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Muertos de hambre
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Muertos de hambre

A una postguerra mandaba yo a esta gente. Lleva Parada cuatro días mimetizado con Robinson Crusoe y ya le ha

A una postguerra mandaba yo a esta gente. Lleva Parada cuatro días mimetizado con Robinson Crusoe y ya le ha dado un vahído. Echa Josemanu de menos las magdalenas y demás bollería fina que decoraba la mesa de Cine de barrio en aquellas gloriosas tardes de celuloide caduco y malversación de fondos públicos. Otros tiempos, Parada, otros tiempos.

 

¿Supervivientes? Cabría decir mejor Supermorientes. Le han salido vagos los náufragos de este año a Telecinco. No pescan, no se mueven, apenas hablan, no se pelean, sólo se desvanecen. Un bluff, vamos. Contentos deben estar en la dirección de la casa, mientras ven como este barco se hunde en aguas nicaragüenses. La audiencia no responde. Se trata de la edición menos vista con diferencia.

No me extraña. El concepto de famoso ha evolucionado tanto en los últimos años, gracias sin duda a Telecinco, que a los de esta edición no les conocen ni en el foro. ¡Ay!, la crisis.

El problema de Telecinco es que los concursantes ya le salen resabidillos. Han visto tanto reality, que se saben el decálogo Milá de memoria. Se acusan unos a otros de planear su propia nominación, para salir cuanto antes de allí y dedicarse a recorrer platós. Cría cuervos…

Mientras esperan que la audiencia les mande a casa, ya que si lo hacen voluntariamente Telecinco les empapela, se van desmayando uno tras otro, en una especie de efecto dominó demencial. La cadena lo expone en su programa como si se tratase de divertidísimos gags. La ecuación es simple: Les matan de hambre para que después la audiencia muera de risa. Ellos se dejan matar para después llevárselo muerto. Por lo que cabe inferir que esta gente ya estaba muerta de hambre antes de llegar a la isla.

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