La 'rubia' que se rifan todos

Cómo es la vida... Tan pronto se pasa uno tres o cuatro años en el outlet periodístico, como le vienen de repente ciento cincuenta ofertas para ser lo más. Cosas del poder oscilante.

Ha pagado Saénz de Buruaga caros los mimos del gobierno de Aznar. Viven los directores de informativos de los presidentes marcados como una res de por vida. Que se lo pregunte si no a Urdaci, que ahora duerme en el desván de El Pocero. Salvo los madrileños, pocos han visto u oído a Buruaga en la legislatura del Apocalipsis, legislatura que él ha narrado con pelos y señales en la televisión de la esperanza.

Parece que ha gustado en el gremio la forma y el fondo de Madrid Opina, un programa de debate que cumple rigurosamente las cuotas matemáticas de representatividad idiosincrásica: tres oradores del ala oeste de la Moncloa y otros tres del ala este. La elección de los temas a tratar, eso sí, corre a cuenta de la casa.

Va bien Madrid Opina en el seno de una cadena que va bastante mal. Así que se rifan todos los magnates del establishment periodístico -en permanente crisis- la jeta impertérrita de este señor de Burgos. Un tipo serio. No al modo de los Coen. Buruaga es más bien un personaje de western: el juez instructor de un encuentro al alba entre bandoleros de ideología reconocible y discurso predecible.

Buruaga hasta en la sopa. Le podremos escuchar todas las mañanas en la COPE, fichaje que les adelantó en primicia este diario. Y le seguiremos viendo en Telemadrid. O eso pensábamos. Vuelve Veo 7 a la carga –ya lo intentó, como también les adelantamos aquí- ofreciéndole a Buruaga llevarse a sus forajidos al prime time de la cadena moribunda de Unidad Editorial.

Se lleva bien Buruaga con la gente de El Mundo. Rara es la vez que Casimiro García-Abadillo o Melchor Miralles no ocupan una silla en el reality de la autonómica madrileña. Paradojas de la vida, a Miralles le echan de Veo 7 para llamar a Buruaga. No como director de la cadena, simplemente como consejero. Se comenta en los mentideros periodísticos que las labores de mando puede que recaigan en manos de uno de sus máximos hombres de confianza, Rafael Ortega, con el que coincidió en Antena 3 y con el comparte trabajo ahora en Telemadrid.

Sea como fuere, nos vamos a hartar de Buruaga. Tras seis años en la caverna de Platón, ve la luz este tipo serio y amenaza con sonreír.

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