El premio más absurdo jamás entregado

No seré yo quien critique a Silvio González y Paolo Vasile, porque no querría morir tan joven. Así que me cebaré mejor con Manuel Campo Vidal, que tiene cara de tener menos amigos en el Cotton Club. Leo por ahí que la Academia de la Televisión tiene la intención de entregar el Premio Talento a estos dos reputados señores por su intachable trayectoria profesional y me quedo con la misma cara que cuando veo una película de Julio Medem: la de no haber entendido del todo el mensaje. Pongámonos en situación, aunque hoy me temo que va a ser complicado. González y Vasile son los consejeros delegados de Atresmedia y Mediaset España, Campo Vidal es el presidente de la academia y la academia viene a ser algo así como el apéndice cecal, que uno lo tiene ahí en el cuerpo no sabe muy bien para qué, sin una función definida, y que al final, cuando se manifiesta, sólo acaba trayendo problemas.

Recordarán a Manuel Campo Vidal por su impagable participación en los últimos debates entre candidatos a la presidencia del Gobierno, una oda a la democracia por turnos por la que sin duda el presidente hubiera merecido un Premio Talento sustentado en sus incuestionables habilidades para cronometrar la sofística cual perito de baloncesto. Es un señor, en definitiva, que abandona su caverna una vez cada cuatro años; tres si gobierna Zapatero. Miento. Participa también en todas las galas de entrega de los Premios Iris (antes Premios ATV), que son por definición el evento más antitelevisivo de todo el año.

Sería más coherente entregar a Kiko Matamoros el Nobel de la Paz

Quien más quien menos sabe que las cadenas privadas no se sienten representadas por la Academia de la Televisión. Ni ellas ni nadie. El propio Vasile calificó como una “farsa” la entrega de los Iris y hace tiempo que Telecinco abandonó el colectivo. Ahora de repente quedan todos juntos para hacer calceta. Raro, raro. Parece que a alguien le interesa que los popes italianos vuelvan al redil de la Academia al calor de insignias en la solapa, muy al estilo de Almodóvar. Se pondrá toda la industria en pie para honrar a dos señores que han convertido este país en un circo ambulante. Sería bastante más coherente entregar a Kiko Matamoros el Nobel de la Paz.

Pero en este país las cosas funcionan así. Lo de que el premio sea ex aequo, se supone que para no herir susceptibilidades, eleva el ejercicio de ‘mamoneo’ a la enésima potencia. Si la Academia tenía alguna coartada que justificara su errática existencia, desde luego la acaba de perder. Probablemente el que más se esté riendo con todo esto sea el propio Vasile, porque los que en otro tiempo intentaban violarle, ahora le piden matrimonio. Sería maravilloso que, de confirmarse finalmente el premio, mandara a Belén Esteban a recogerlo en su nombre, reafirmándose así en lo premiado y dejando a Manuel Campo Vidal sin careta. 

*Paolo Vasile rechaza el Premio Talento

Paolo Vasile ha decidido no aceptar el Premio de la Academia de la Televisión que Manuel Campo Vidal, en nombre de la organización y a título personal, había concedido al Consejero Delegado de Mediaset España. El italiano ha decidido rechazar el galardón por “coherencia”. Ya es conocida la mala relación que existe entre el grupo de comunicación y la Academia debido a su sistema de votaciones, una relación que incluso llevó a Mediaset salir de la organización durante varios años.

El propio Vasile ha remitido una carta a la junta directiva de la Academia para anunciar su decisión y aclarar su posición. “La coherencia me impide aceptarlo”, declara el propio consejero delegado. “Desde Mediaset España hemos criticado en diversas ocasiones el sistema de votaciones que desconoce sistemáticamente grandes éxitos de las televisiones privadas, por lo que no sería razonable recibir una distinción a título personal, por más que provenga en este caso de la Junta Directiva”