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La ciudad no era para él
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María José S. Mayo

La hija del Acomodador

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María José S. Mayo

La ciudad no era para él

Si volviese a su antiguo sueño, ennegrecería el centeno. No hay manera de regresar inmaculado de la guerra urbana, de las noches interminables llenas criaturas indeseables campando

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La ciudad no era para él

Si volviese a su antiguo sueño, ennegrecería el centeno. No hay manera de regresar inmaculado de la guerra urbana, de las noches interminables llenas criaturas indeseables campando a sus anchas. La ciudad no es para él, pero debió pensarlo antes. ¿Es que no hay un dios todopoderoso que imparta justicia en todo este mundo? Pero ya es demasiado tarde para recuperar la cordura y ser feliz con esa bella mujer con inquietudes políticas. Grandes mentiras que sumar al resto. Indigestas para los que no quisieron entender que el gris de las ciudades acabaría tiñendo también sus pensamientos. 

Si volviese a su antiguo sueño, ennegrecería el centeno. No hay manera de regresar inmaculado de la guerra urbana, de las noches interminables llenas criaturas indeseables campando a sus anchas. La ciudad no es para él, pero debió pensarlo antes. ¿Es que no hay un dios todopoderoso que imparta justicia en todo este mundo? Pero ya es demasiado tarde para recuperar la cordura y ser feliz con esa bella mujer con inquietudes políticas. Grandes mentiras que sumar al resto. Indigestas para los que no quisieron entender que el gris de las ciudades acabaría tiñendo también sus pensamientos.