Eric McCormack intenta quitarse el sambenito de 'Will & Grace' con 'Perception'

La maldición de Chanquete, aquella por la que un actor tiene que cargar toda su vida con el nombre del personaje que le dio fama, es una de las maldiciones más difíciles de curar de la televisión. Le ha afectado a intérpretes internacionales como Jane Wyman (Ángela Channing), Ángela Lansbury (Jessica Fletcher) o Peter Falk (Colombo) o a nacionales como Luisa Martín (La Juani) o Antonio Molero (Poli o Fiti). 

Algunos afortunados consiguen sanarse, mientras que otros llevan ese sambenito de por vida. A medio camino está Eric McCormarck, el popular Will de Will & Grace. El actor, que hasta protagonizar esa serie era un un desconocido, ha estado esta semana en Madrid para presentar su nueva serie Perception, la cual se estrena este lunes en AXN a partir de las 21:30 horas.

"El personaje de Will sólo ha sido positivo para mí. Nunca tuve remordimientos por mi participación. Fue un gran éxito. En las grandes productoras temen que todo el mundo me conozca como el gay. Pero el público te sigue por otro camino si lo haces atrayente", comenta el actor en un encuentro con bloggers de televisión organizado conjuntamente por la cadena y BirraSeries. "Cuando me dieron el papel pensé que iba a ser gay durante el resto de mi vida. Me di cuenta que sería una serie que duraría mucho. Tuve un momento de duda, pero mi mujer me dio una colleja y se me pasó esa tontería", añade. 

Quizá por ello, a la hora de volver a la televisión y después de haber participado en Trust me, el canadiense confiesa que "buscaba un personaje lo más alejado de Will Truman". Ese es Daniel Pierce (McCormack), un excéntrico neurocientífico y profesor de universidad que ayuda al FBI para resolver casos. Su mente puede ser brillante, pero también está dañada: sufre de alucinaciones esquizofrénicas y delirios paranoides, y tiene dificultad de relacionarse socialmente.

Una historia que ha podido contarse con libertad gracias a que se emite en un canal por cable. "En las generalistas los productores suelen estar encima y vigilando. Algo que no obstante no pasó en Will & Grace, en la cual nos dejaron bastante solos. Aquí TNT nos ha dado libertad para hacer lo que queríamos y hemos colado cosas que en la televisión generalista no se podría. En un episodio, tengo una alucinación con Juana de Arco y le comento que diga a Dios que es un gilipollas. En NBC o ABC no lo hubiéramos podido hacer".