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He tardado 20 años en ver 'Titanic'... y no me habría importado esperar 20 más
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He tardado 20 años en ver 'Titanic'... y no me habría importado esperar 20 más

Fui el único de mi colegio que no fue al cine a ver la mayor superproducción de la historia. Dos décadas más tarde he hecho de tripas corazón para comprobar si semejante fenómeno mundial fue merecido

Foto: Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en 'Titanic' (Fox)
Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en 'Titanic' (Fox)

Es 21-D. Las elecciones catalanas han tomado Twitter. En WhatsApp ya me esperan varios memes anti-indepes. La tele, mejor ni encenderla. Solo hay una solución. Voy a tener que hacer algo que he estado retrasando durante dos décadas. Voy a tener que ver 'Titanic'. No, nunca vi 'Titanic' y no es porque tuviera 10 años cuando se estrenó. En el patio del colegio no se hablaba de otra cosa: las chicas forraban sus carpetas con fotos de 'Leo', los chicos se obsesionaban con las tetas de la Winslet. 'Invent' o no, había incluso quien presumía de haber ido al cine cuatro o cinco veces a verla.

'Titanic' también despertó a los pesados que, años más tarde, nos darían la brasa con las series (“¿¿¿pero no has visto ‘Juego de tronos’???”). Que si era buenísma, espectacular, emocionante; que si era la mayor superproducción de la historia; que si había batido todos los récords de taquilla. Más tarde, que si había ganado 11 premios Óscar. Llámenme antisistema, pero ni así me apetecía sentar el culo durante tres horas cuando yo ya sabía perfectamente que al final el barco se hundía.

Me embarco en el 'Titanic' con 20 años de retraso, sin prejuicios y solo sabiendo dos cosas: que por fin le veré las tetas a una jovencísima Kate Winslet y que al final hay un madero flotante en el que cabría tumbado medio Real Madrid. No pinta mal la cosa con semejante trío protagonista: Leonardo DiCaprio (que ganaría un Óscar por 'El renacido'), Kate Winslet (que ganaría un Óscar por 'El lector') y Billy Zane (que interpretaría al Coronel Sanders en un anuncio de KFC). ¡Vamos allá!

Vale, llevo 20 minutos de introducción y la película todavía no ha empezado. La centenaria Rose reconoce un espejo que usó en el barco hace más de 80 años con total naturalidad. Un gordo con cero inteligencia emocional decide que es buena idea explicarle a la superviviente de semejante evento traumático cómo se hundió el 'Titanic' con todo lujo de detalles.

Pobres bonachones y ricos fríos

La película por fin arranca y asumo que me esperan tres horas de diálogos de telefilme. “Cuando no tienes nada no tienes nada que perder” y todo eso. También hay un señor forzando un acento italiano molesto y yo diría que hasta ofensivo (una mezcla de Peter Griffin con bigote y Mario). Estoy contando los minutos hasta que muera.

¿Sabían que 'Titanic' es una crítica a las diferencias sociales? De momento solo se ha mencionado en cada escena y es fácil que a alguien se le escape. Sospecho que los pobres son bonachones y los ricos, fríos, pero habría que confirmarlo.

¿'Las señoritas de Avignon' de Picasso y 'Los nenúfares' de Monet se hundieron con el 'Titanic'? ¡Y Neil deGrasse Tyson se quejaba por la nimiedad de que el cielo estuviera mal! Bueno, es un error comprensible, no es que James Cameron bajara personalmente a ver el barco o recreara hasta la vajilla en pos de la exactitud histórica.

Llevo 45 minutos y no me creo que queden todavía tres horas, yo creo que se me ha parado el reloj. ¿Dónde está ese maldito iceberg?

Llevo 45 minutos y no me creo que queden todavía tres horas, yo creo que se me ha parado el reloj. ¿Dónde está ese maldito iceberg? Por cierto, tenía yo razón: los pobres son más felices. Mientras los ricos tienen una cena anodina, los pobres bailan y ríen. ¿He dicho ya que la película va de las diferencias de clase? Me declaro fan del capitán que parece que lo único que hace es beber té.

Por fin empieza el mambo. Espera, ¡eso quiere decir que el barco va a tardar una hora y media en hundirse! ¡Árbitro, la hora! En realidad es el hundimiento de Schrödinger, juraría que los pasillos se llenan y vacían de agua conforme el guion lo requiere.

¿Quién diseñó la calefacción del 'Titanic'? Es como si el agua de dentro solo estuviera mojada y hasta que el barco no se hunde del todo no hace frío. Al menos el actor austríaco-estadounidense que hace de italiano ya no está.

Pero súbete a la tabla, Jack

No tengo tan claro que Jack cupiera en esa tabla. Peor me sienta que, tras correr de lado a lado del 'Titanic' seis veces sin rendirse, intente subirse una única vez antes de tirar la toalla. “Vamos a ver… ¡hop! Vaya, parece que no puede ser. Pues nada, tendré que morir congelado tal y como dije hace dos horas que no quería morir”. Nos queda el consuelo de que, siendo realistas, debería haber muerto de un hachazo hace un rato.

Y volvemos al presente. Olé por el público de la anciana Rose. Yo he tenido que levantarme a mear dos veces, pero algunos de ellos han aguantado de pie toda la historia. ¡Hasta el gordo cruel!

Vale, la última escena sí que me ha cabreado. No entiendo tanta chufla con la tabla de madera cuando 'Titanic' tiene el mismo final que 'Perdidos'. Casi oigo a los productores exigir que termine con un beso “sea como sea”. Nada odio más que una película que termina con aplauso. Qué injusto para el anónimo marido con el que Rose compartió toda su vida, todo para que el público estadounidense se vaya a casa con buen sabor de boca.

Llegan los créditos y yo me he quedado tan frío como Jack. La culpa es mía por llegar tarde a un fenómeno mundial cuyos efectos especiales, tan espectaculares que han envejecido a la perfección, maquillaron la realidad: que es una película de catástrofes para adolescentes. Cine de domingo por la tarde en el que el barco tiene más personalidad que sus pasajeros, lo cual no tiene por qué ser malo. Lo peor de todo es la sensación de haber perdido uno de los rasgos que me definían como ser humano: no haber visto 'Titanic'. Al menos sé cómo solucionarlo. No pienso ver 'La La Land'.

Es 21-D. Las elecciones catalanas han tomado Twitter. En WhatsApp ya me esperan varios memes anti-indepes. La tele, mejor ni encenderla. Solo hay una solución. Voy a tener que hacer algo que he estado retrasando durante dos décadas. Voy a tener que ver 'Titanic'. No, nunca vi 'Titanic' y no es porque tuviera 10 años cuando se estrenó. En el patio del colegio no se hablaba de otra cosa: las chicas forraban sus carpetas con fotos de 'Leo', los chicos se obsesionaban con las tetas de la Winslet. 'Invent' o no, había incluso quien presumía de haber ido al cine cuatro o cinco veces a verla.

James Cameron
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