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'Nerds', 'hackers' y pioneros en 'Silicon Valley' y 'Mr. Robot': la red atrapa a las series
Las producciones televisivas encuentran en la tecnología una fuente de inspiración
El séptimo arte lleva décadas utilizando la tecnología informática como argumento, principal o secundario, de sus creaciones. Este interés se acrecentó a partir de los años noventa, cuando vimos a Bridget Fonda utilizando un Apple Comlik Fax para enviar su anuncio de 'Mujer blanca soltera busca', a Sandra Bullock haciendo del espionaje informático un 'blockbuster' en la red o a Angelina Jolie convirtiéndose en una pirata informática en 'Hackers'. Tras ellas llegaron la informática como excusa para la comedia romántica, los 'thrillers' en que el enemigo se aprovechaba del anonimato de la red o aquellos que se servían de la inteligencia artificial. Y, por supuesto, el incansable interés de Hollywood por contarnos las vidas de fenómenos como Mark Zuckerberg y Steve Jobs, algunas de ellas incluso más de una vez.
Mientras tanto, su hermana pequeña, la televisión, estuvo ocupada con temas más ordinarios y mundanos, y no fue hasta comienzos del siglo XXI cuando demostró cierto interés por utilizar la informática como argumento. Para que esa atracción diese lugar a un producto llamativo, hubo que esperar a la última década. Y no ha sido hasta las tres últimas temporadas cuando esta temática ha logrado ser verdaderamente relevante en la ficción televisiva. Entre las responsables de que esto haya sucedido, se encuentra la serie de HBO (en España, Movistar +) 'Silicon Valley', que el domingo regresa con su nueva, y tercera, temporada.
Emprendedores y pioneros
Creada por Mike Judge, la producción que lleva el nombre de la afamada localidad californiana se inspira en sus propias experiencias como programador informático en los años ochenta. Y se centra en un grupo de jóvenes emprendedores que tratan de destacar en un mundo que mueve millones de dólares. Algo que consiguen cuando Richard, un treintañero tímido e inseguro, crea un algoritmo de compresión de información tan potente que despierta el interés de su jefe, un hombre que aspira a “construir un mundo mejor” a base de talonario. La antipatía que despierta en Richard le impide aceptar su oferta rápidamemte. Sus pensamientos se confunden aún más cuando aparece en su vida un hombre dispuesto a financiar su aventura empresarial, Peter Gregory. Este excéntrico millonario le ofrece la posibilidad de levantar su propio negocio y alcanzar la cima empresarial con su esfuerzo, y no con el dinero de otros.
'Silicon Valley' combina las singularidades del universo informático con el dramatismo de una industria que no deja lugar a los sentimientos
Como es habitual en las comedias de HBO, 'Silicon Valley' es más bien una dramedia corta, que combina las singularidades propias del universo informático con el dramatismo de una industria en que la presión por destacar no deja lugar a los sentimientos. A pesar de que el lenguaje profesional pueda ser un inconveniente para que el espectador se adentre en la historia, los miedos, los sueños y las aspiraciones de Richard forman parte de un lenguaje universal. Y la producción no deja de ser una historia de superación que pone cara a algunas de las personalidades más interesantes de la industria y desvela el funcionamiento de la misma.
Lejos de terminar con los estereotipos que rodean a los informáticos, 'Silicon Valley' los asume como propios. Si algo se echa de menos en la serie, además de una camisa y algo de buen gusto a la hora de vestir, son personajes femeninos que, en pleno siglo XXI, lleven a cabo el mismo trabajo que los hombres. Los protagonistas tampoco tienen una vida social especialmente azarosa, y son personajes singulares que abrazan el término 'nerd' sin preocupaciones. Tal y como hicieron, en 2006, Roy y Moss, los protagonistas de la 'sitcom' británica 'The IT Crowd', que actualmente podemos encontrar en el catálogo de Netflix en nuestro país.
Los papeles interpretados por Chris O’Dowd y Richard Ayoade no son prometedoras figuras de las nuevas tecnologías, sino que se encargan del departamento informático de una compañía ficticia en Londres. Y se ganan a pulso el desprecio de sus compañeros, gracias a sus limitaciones sociales y sus aires de superioridad, sabedores de la importancia de su papel en el funcionamiento de la empresa. Aunque la mayoría de las llamadas al departamento las solucionen preguntando a su interlocutor si el ordenador está enchufado o si ha probado a “encender y apagar”. Unos recursos de los que también se sirve Jen, su compañera, una mujer sin conocimientos informáticos, pero con unas capacidades sociales muy necesarias para el departamento.
Aunque la rapidez con la que cambian las tecnologías puede imprimirle cierto regusto anticuado que no le hace justicia, 'The It Crowd' es un producto brillante que, a base de combinar situaciones absurdas con un humor ácido y referencial, supo ganarse el aplauso de la crítica y la confianza del público. Pero, además, a lo largo de cuatro temporadas y 25 episodios, logró ganar numerosos premios y despertar el interés de cadenas norteamericanas que, sin éxito, intentaron hacer su propia versión.
Piratas del siglo XXI y pioneros de los ochenta
El verano pasado, la cadena USA Network decidió hacer su propia aportación a la ficción televisiva informática, y para ello apostó por la vertiente más arriesgada, la de los piratas informáticos. Por aquel entonces, nadie daba un duro por 'Mr. Robot', una serie con un reparto más bien discreto, en el que solo destacaba el hasta entonces gafe Christian Slater, y un argumento que podía parecer ambicioso, pero que también resultaba familiar. Para sorpresa de críticos, 'hackers' y espectadores, la serie fue capaz de mantenerse alejada de los estereotipos y lo consiguió gracias a su creador, Sam Esmail. Un hombre que prefirió apostar por la coherencia y la realidad de la oscuridad de la subcultura cibernética, antes que por una narración efectista.
'Mr. Robot' prefirió apostar por la coherencia y la realidad de la oscuridad de la subcultura cibernética, antes que por una narración efectista
Ese compromiso con el realismo es el que ha llevado a los expertos en la materia a señalar que 'Mr. Robot' es el retrato más fiel del mundo 'hacker' hasta la fecha. Algo a lo que ha contribuido Michael Bazzell, un veterano investigador gubernamental de crímenes cibernéticos. Gracias a sus experiencias, Esmail ha podido perfeccionar la historia de Elliot, un joven que durante el día trabaja como ingeniero de seguridad y por la noche se convierte en un Robin Hood cibernético. Para redondear su compromiso con la causa informática, los títulos de los capítulos están escritos como si fuesen un archivo de vídeo digital. Todo ello ayudó a que la producción lograse numerosos premios, entre ellos dos Globos de Oro, y fuese una de las más alabadas de 2015.
Un año antes, con menos fortuna y menos bombo, AMC estrenó 'Halt & Catch Fire'. Un drama, ambientado en los años ochenta, que narra el auge de los ordenadores personales y la pelea entre varias empresas por encontrar su lugar en el mercado. Por aquel entonces, IBM acababa de presentar su primer PC, el IBM PC 1510, que no tardó en convertirse en un éxito de ventas. A pesar de no ser el primero destinado al mercado doméstico, las características de su composición y su éxito provocaron que otras empresas lo intentasen. Tal y como sucede en Cardiff Electric, la empresa imaginaria que sirve para contar la historia de tres visionarios a los que su pasión por la informática les lleva a perseguir sus sueños.
Entre ellos se encuentra, para romper con la 'costumbre', Cameron Howe, una joven programadora algo rebelde que, por fin, hace justicia a esas mujeres que nunca encontraron su lugar en creaciones de este tipo. Sin embargo, el atractivo de este u otros personajes, así como la notable ambientación o la banda sonora, pueden no ser suficientes para que el espectador asuma la ingeniería informática más pura, que nutre las conversaciones y el devenir de los protagonistas. Un inconveniente que, sin duda, juega en contra de la popularidad de la serie.
Entre la realidad y la ficción
'Silicon Valley', 'The IT Crowd', 'Mr. Robot' y 'Halt & Catch Fire' son las representantes más evidentes del interés de la ficción audiovisual por el género informático. Pero son muchas las producciones que utilizan las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y la computación para construir sus tramas. Ya sea como un elemento primordial de la historia, sin importar su verosimilitud, o asumiéndola como algo que forma parte de nuestras vidas. Así, en 'Person of Interest', un millonario desarrolla un programa informático que tiene la capacidad de predecir crímenes, algo en lo que le ayudará un exagente de la CIA. En 'Chuck', un cerebrito informático colabora con la agencia y la NSA para detener a criminales, mientras que en 'CSI: Cyber' tiran de todo tipo de artilugios para encontrar al asesino de turno, compartiendo el esquema y la credibilidad de sus predecesoras en la franquicia. Ninguno.
'Silicon Valley', 'The IT Crowd', 'Mr. Robot' y 'Halt and Catch Fire' son las representantes del interés de la ficción audiovisual por el género informático
En el lado opuesto se encuentra el interés que ha demostrado el drama judicial 'The Good Wife' por trasladar a la pantalla casos en los que tenía un papel primordial la tecnología informática. Problemas en las redes sociales, demandas por privacidad o discriminación, el 'bitcoin' o las prácticas de la controvertida Agencia Nacional de Seguridad han sido algunos de los temas que la ficción protagonizada por Julianna Margulies ha puesto sobre la mesa. Con un oportunismo y un acierto que ya quisieran para sí muchas series. Una empresa al alcance de cualquiera cuando el propósito final es describir con claridad los elementos informáticos de la trama, y no convertirlos en algo intimidante o innecesariamente espectacular.
El séptimo arte lleva décadas utilizando la tecnología informática como argumento, principal o secundario, de sus creaciones. Este interés se acrecentó a partir de los años noventa, cuando vimos a Bridget Fonda utilizando un Apple Comlik Fax para enviar su anuncio de 'Mujer blanca soltera busca', a Sandra Bullock haciendo del espionaje informático un 'blockbuster' en la red o a Angelina Jolie convirtiéndose en una pirata informática en 'Hackers'. Tras ellas llegaron la informática como excusa para la comedia romántica, los 'thrillers' en que el enemigo se aprovechaba del anonimato de la red o aquellos que se servían de la inteligencia artificial. Y, por supuesto, el incansable interés de Hollywood por contarnos las vidas de fenómenos como Mark Zuckerberg y Steve Jobs, algunas de ellas incluso más de una vez.
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