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De 'Canción triste de Hill Street' a 'Juego de Tronos': así se forjó la historia de las series
Toni de la Torre y Roca Editorial ha publicado un interesante ensayo que recorre la historia de ficción televisiva
¿Sabes cuál fue la primera ficción de la Historia de la televisión? ¿Y el medio que más influencia tuvo en la ficción televisiva estadounidense? ¿Cuándo surgieron los primeros autores? ¿Qué estudio estadístico resultó fundamental para la creación de series de televisión? ¿Cuándo se fundó la ficción contemporánea? ¿Qué serie se encargó de ello? Es probable que no conozcas la respuesta de muchas de estas preguntas, aunque si las adaptásemos a la Historia de la ficción cinematográfica las posibilidades de tener una idea aproximada serían mayores. ¿Por qué?
Porque como bien sabe el periodista y escritor Toni de la Torre, hasta hace relativamente poco, a las series “se las ha asociado a un medio generalmente menospreciado como es la televisión”, lejano al estatus artístico del que habitualmente ha gozado el cine. Una mancha que, en los últimos años, ha ido diluyéndose gracias a diversas cadenas y autores. Algo que hacía imprescindible que un experto conocedor del medio como De la Torre, que ha publicado libros sobre The Big Bang Theory, Perdidos y J. J. Abrams entre otros, se preocupase por acercar a los amantes de las series, los inicios y la historia de la ficción televisiva.
Cuatro años, y “muchas horas de visionado y documentación después”, el periodista ha publicado ‘Historia de las Series’ (Roca Editorial). Tan necesaria en la literatura dedicada a estas creaciones televisivas, como imprescindible para cualquier aficionado al género, Toni de la Torre realiza en su nuevo libro un viaje ameno y meticuloso por las memorias de la ficción de la pequeña pantalla. Un recorrido atractivo y extenso, que arranca en el siglo XIX y termina en la actualidad. Y que pone nombres, busca causas y explica las consecuencias de los hechos que hicieron posible que hoy, las series de televisión comiencen a ganarse el respeto de propios y ajenos.
Los grandes éxitos
“Una de las virtudes del libro es que desvela que el mundo de las series es mucho más complejo de lo que a menudo los espectadores creen, y espero que despierte interés para explorarlo, en vez de reducirlo a una lista de diez series influyentes” comenta el autor. De la Torre ha conseguido recapitular más de cien años de historia a poco más de quinientas páginas no es fácil. Pero si la necesidad de síntesis es aún mayor, y el crítico debe escoger los momentos trascendentales de la Historia de las series, el crítico escoge cinco producciones: 'Marty', 'I Love Lucy', 'El Fugitivo', 'Canción Triste de Hill Street' y 'M.A.S.H'. Y dos corporaciones vitales en el funcionamiento actual de la ficción serializada, HBO y Netflix.
Especialmente interesante resulta el papel de una serie que este 2016 ha cumplido 35 años, 'Canción Triste de Hill Street'. Porque esa producción que algunos recordamos borrosa, pero intensamente, sentó las bases de la serie moderna. Steven Bochco, su creador, organizó “una plantillla en la que se sobreponían tramas de longitudes diversas, algunas de un episodio, otras de varios episodios y unas terceras que se llevaban a cabo en una o más temporadas.” Algo que puede parecer lógico hoy, pero que hasta 1981 no lo fue, porque durante décadas, como comenta De la Torre, “las series se habían dividido entre la ficción de la repetición” o producciones procedimentales, y la ficción de continuidad, con universos en constante evolución.
Como en ‘Historia de las Series’, en la que Estados Unidos tiene un peso fundamental, el crítico no se olvida de los momentos más importantes de la ficción europea, y especialmente la británica. Según él, “no podemos olvidar el trabajo de Ken Loach, Tony Garnett y otros miembros del movimiento del realismo social, que se extiende durante tres décadas en el Reino Unido y que explica por qué las series inglesas suelen ser más realistas y tienen menos miedo a abordar temáticas controvertidas.”
Detrás de las series
A lo largo de doce capítulos, el lector descubre el poder que la publicidad ya tenía en los años 40, cuando las marcas producían dramas a través de agencias de publicidad, especialmente dirigidas a su público objetivo. Un vínculo “entre anuncio y contenido que ha seguido manteniéndose a lo largo de la historia, afectando a los contenidos” explica el autor. Al igual que los deseos de las cadenas de atraer el interés del público a través de un gran director no es una novedad reciente, y Hitchcock ya se marcó “un Woody Allen” en los 50. “En realidad Alfred Hitchcock no estaba interesado en la televisión. Él quería hacer una antología radiofónica y fue su agente, Less Wasserman, quien lo convenció para hacer una antología televisiva.” Y añade que aunque “ambos parten de puntos de vista similares, pues Allen tampoco tiene interés en la televisión” el maestro británico del suspense agrandó su leyenda gracias a la pequeña pantalla. Algo que no parece estar destinado a lograr el creador neoyorquino.
El contraste entre el escapismo estadounidense propio de los sesenta, y el realismo social británico ya mencionado, el auge de la figura del programados o los experimentos que las televisiones realizaron a través de la narración serial en la segunda mitad de los años setenta, son otros de los aspectos que el autor analiza en su libro. Especialmente interesante resulta, en este último periodo, el análisis que De la Torre realiza sobre la relevancia que Raíces tuvo en la audiencia estadounidense, que nada tiene que ver con la percepción dramática que logró en España.
La serie, según el crítico, “logró crear una catarsis colectiva en la audiencia al abordar un tema difícil y traumático para el país como la esclavitud haciendo que todos los espectadores, no sólo los afroamericanos, se identificaran con la víctima.” Pero en términos televisivos, que unos años antes Bill Cosby se convirtiese en el primer afroamericano en protagonizar una ficción, tuvo un efecto “más duradero, pues desde entonces la representación de los afroamericanos en las series no ha regresado a los estereotipos racistas de series como ‘Amos n Andy’, y actualmente en muchas series tienen un rol equiparable al del protagonista blanco” puntualiza.
Nombres imprescindibles
Para comprobar cuántas personas son responsables de que una producción salga adelante sólo hay que esperar a que el capítulo termine. Pero en muchas ocasiones, aquellos que verdaderamente tienen la culpa de que un producto llegue a la parrilla televisiva, no tienen un hueco en los títulos de crédito. Para el autor de ‘Historia de las Series’ especialmente trascendental fue el trabajo de Jeff Bewkes y Chris Albrecht. “El primero fue el presidente de HBO que decidió apostar por las series como forma de desmarcarse de su competencia en el cable y atraer a un tipo de suscriptor que se mantuviera en el canal a largo plazo” explica.
Aquellos que verdaderamente tienen la culpa de que un producto llegue a la parrilla televisiva, no tienen un hueco en los títulos de crédito
“El segundo fue nombrado director del departamento de drama durante ese período y es el responsable, por parte del canal, de las ficciones que se emitieron durante este período.” Series como ‘Los Soprano’, ‘The Wire’ o ‘A dos metros bajo tierra’, que “fueron ambiciosas y transgresoras, tanto en la forma como en el contenido” porque “Albrecht fue muy inteligente al identificar los puntos fuertes que la televisión por cable tenía frente a las cadenas tradicionales y explotarlos para su propio beneficio.”
Bewkes y Albrecht sólo son los representantes más recientes de una extensa lista de directivos que supieron arriesgar cuando fue necesario. Nombres fundamentales en su época, como años antes también lo fueron, cada una a su manera, los de mujeres como Lucille Ball o Mary Tyler Moore. Preguntado por su relevo generacional actual, De la Torre señala que “Shonda Rhimes es probablemente la figura que más se les aproxima. A pesar de todo, Shondaland (su productora) no tiene el papel en la industria que en su día tuvieron MTM, una de las productoras independientes más importantes de la televisión de los 70, o Desilu, que produjo muchos de los grandes éxitos de los 50 y los 60.” El autor apunta aquí que “Lucille Ball y Mary Tyler Moore eran también actrices, protagonistas de sus propias series, y muy queridas por el público.” Para concluir añadiendo que “Shonda Rhimes tampoco puede compararse con ellas en términos de popularidad ni como figura icónica de la mujer televisiva.”
No sólo cable
A la época responsable de que ‘Historia de las Series’ haya sido posible, la última y manida “edad de oro de la televisión”, el autor dedica los tres últimos capítulos del libro. Un momento de la Historia en el que es innegable la importancia de los canales de cable, “y ahora también los servicios de vídeo bajo demanda” porque según explica “se han convertido en las ventanas televisivas de donde surgen las series con una visión artística más sólida y menos dependientes de fórmulas establecidas.” No sin antes puntualizar que “la ‘edad de oro’ también son series como ‘Lost’, ‘House’ o ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’. El éxito que tienen actualmente las series de televisión va más allá de un tipo de serie o de un sector de la industria.”
A este complejo entramado formado por la ficción serializada ha llegado recientemente un nuevo actor, Netflix. Una incorporación que el autor encuentra positiva, tanto para los espectadores como para los “creadores de series, guionistas, repartos, productores, directores, equipo técnico, etc.” Una alteración que, como señala De la Torre, “se han producido varias veces a lo largo de la historia. La más reciente, la eclosión de los canales por cable, a mediados de los 80, que como podemos ver hoy, ha beneficiado a la industria televisiva en general.” Para el futuro, el crítico pronostica que, seguramente, “consideraremos el momento actual como el período de transición” entre la televisión lineal y la no lineal. Un tiempo que puede no estar bañado en oro, pero que resulta igualmente interesante.
¿Sabes cuál fue la primera ficción de la Historia de la televisión? ¿Y el medio que más influencia tuvo en la ficción televisiva estadounidense? ¿Cuándo surgieron los primeros autores? ¿Qué estudio estadístico resultó fundamental para la creación de series de televisión? ¿Cuándo se fundó la ficción contemporánea? ¿Qué serie se encargó de ello? Es probable que no conozcas la respuesta de muchas de estas preguntas, aunque si las adaptásemos a la Historia de la ficción cinematográfica las posibilidades de tener una idea aproximada serían mayores. ¿Por qué?
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