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¿Te diste cuenta? Las nueve claves de 'Juego de tronos' 7x07: 'El dragón y el lobo'
El cierre de temporada de la serie de HBO ha aclarado algunas incógnitas, pero deja muchas preguntas para la última entrega de la producción
El séptimo episodio de la séptima temporada de 'Juego de tronos' ha servido para resolver algunas de las incógnitas que han marcado la temporada, y la propia serie. Pero ni Benioff ni Weiss han sido capaces de eliminar, a lo largo de los nuevos episodios, uno de los dos frentes bélicos contra los que luchan los protagonistas, ni han podido responder a todas las preguntas que la historia necesita resolver antes de su despedida. Así que habrá que esperar al desenlace de la serie de HBO, previsiblemente antes de que acabe 2018, para despejar completamente todas las incógnitas de la adaptación televisiva de la saga de George R. R. Martin. Ante los últimos acontecimientos de esta tanda de episodios parece bastante probable que en la octava temporada vivamos de sorpresa en sorpresa hasta el cierre final. Pero antes de pensar en los capítulos futuros, analicemos qué nos ha dejado ‘El dragón y el lobo’.
Los orígenes de Jon Nieve
Una cosa es que la historia se desarrolle “a toda mecha” y otra muy diferente es que la secuencia más esperada de la temporada (y de ‘Juego de Tronos’) enlace con su anticlímax. Me explico. Como no tenemos suficiente con pensar en el hijo que esperan los hermanos Lannister (entre ellos), los creadores de la producción decidieron que para confirmar el romance que llevan contando (forzadamente) toda la temporada, el de Jon Nieve y Daenerys Targaryen, había que aderezarlo con Bran explicando los orígenes del (hasta ahora) bastardo. Una secuencia en la que el espectador difícilmente puede pensar en otra cosa que no sea “Jon se está tirando a la hermana de su padre y no lo sabe”.
Para llegar a esta incestuosa imagen ha habido que demostrar que ambos tiene carácter, pasear por oscuras cuevas en las que proclamaban su condicionada fidelidad política o postrar a Nieve en una cama para incrementar la (supuesta) tensión sexual entre ellos. Tan importante como esto fue la visión de Bran en el cierre de la sexta entrega, o la última lectura de Elí en la Ciudadela que, contra todo pronóstico, Samwell sí pareció escuchar.
Tal y como Bran comenta en la escena, las visiones y los escritos confirman una noticia que marcará el futuro de la Casa Stark y la Casa Targaryen. Porque Nieve no sólo no es el hijo bastardo de Ed Stark, sino el hijo legítimo de su hermana, Lyanna Stark, y el hermano de Daenerys, Rhaegar Targaryen, que se casaron en secreto. Pero la secuencia desvela otro dato crucial en el futuro de Jon que fue obviado en el décimo episodio de la sexta temporada. Lyanna le dijo a su hermano que el verdadero nombre de la criatura era Aegon Targaryen.
El verdadero nombre
La elección del nombre por parte de los creadores, que recordemos que no siguen la creación de George R. R. Martin desde la pasada temporada, no es casual. En los libros, Aegon Targaryen es el hijo de Rhaegar y Elia Martell, princesa de Dorne. Tras sobrevivir a la paulatina aniquilación de su familia, Aegon fue criado en las Ciudades Libres bajo la tutela de un amigo de su padre. En Poniente le dan por muerto, pero el joven está decidido a reclamar el Trono de Hierro como legítimo heredero, para lo cual le acompañará, curiosamente, la Compañía Dorada. Los mismos asesinos a sueldo que en la serie trabajan para Cersei.
El nombre de Aegon forma parte de la tradición de la casa Targaryen, que recordemos fue fundada por Aegon el Conquistador, conocido por ser el responsable de la unificación de los Siete Reinos. En la serie ya se ha mencionado el nombre de los hijos que tuvieron Elia Martell y Rhaegar, a los que llamaron Rhaenys y Aegon. Por lo que, según Benioff y Weiss, el hermano de Daenerys llamó a sus dos hijos varones igual. Algunos justifican esta excentricidad apelando a la obsesión que Rhaegar tenía con las profecías, especialmente con la de Azor Ahai, el príncipe prometido. Del que el propio Targaryen dice, en uno de los libros, que será “la canción de hielo y fuego”, la unión de los Stark y los Targaryen. Recordemos además que Aegon es una referencia para la madre de los dragones a la hora de hablar de conquistar pueblos, tal y como demostró en el episodio anterior.
Las fuentes poco fiables de Daenerys
Entre las situaciones más forzadas que hemos vivido en la séptima temporada se encuentra el inexplicable interés de la madre de los dragones, Tyrion y cualquiera que pasase por su lado, por hablar de su sucesión. De pronto, las palabras que una bruja le dijo a Daenerys en la primera entrega de la serie cobran una importancia vital, y es necesario imaginar un escenario catastrófico en el que alguien deba coger el testigo de la madre de los dragones.
El empeño de Daenerys por compartir su infertilidad en realidad se justifica con la escena que comparte con Nieve en Pozo Dragón. Cuando el Rey del Norte le halaga, diciéndole “tú no eres como las demás” ella saca a relucir su incapacidad de tener descendencia. Ante lo que Nieve pregunta por el responsable de semejante diagnóstico. “La bruja que mató a mi marido” responde ella apenada. Entonces Jon plantea una posibilidad que hasta ahora nadie había expresado, “¿no se os ha ocurrido que quizá no fuese una fuente fiable de información?” Parece evidente, y más con la visita nocturna que siguió a esta conversación, que Nieve demostrará a la propia Daenerys que debía haber contrastado el “diagnóstico” con otro “especialista” antes de pasarse años, y capítulos, pensando en su esterilidad.
La alianza de los hermanos Stark
“Se os acusa de asesinato, se os acusa de traición” añade Sansa antes de preguntar “¿Qué respondéis ante tales cargos, Lord Baelish?” El mundo entero ha suspirado de alivio cuando, tras comprobar que Sansa hablaba de Arya con Meñique como si verdaderamente estuviese convencida de que deseaba su muerte, la mayor de las Stark termina su pregunta dirigiéndose a Meñique. El hombre que, durante tantas temporadas, ha estado enfrentando a familias enteras, “hermana contra hermana”, y manejando en la sombra los hilos de Poniente.
Durante tres episodios, la producción ha incidido en las dificultades que atravesaba la relación de las hermanas Stark y la tensión que se respiraba en cada estancia de Invernalia. El espectacular repaso de cargos en su contra que Sansa hace en el Gran Salón, y el encuentro de ambas en lo más alto de Invernalia, borra los peores momentos de los Stark en los últimos años. Pero los espectadores tal vez hubiésemos agradecido algo más de información sobre la relevancia de Bran en el destino de Meñique, o la verdadera opinión de Sansa sobre las nuevas capacidades de sus hermanos, que parece asumir como si nada. Aunque sólo sea por ver algo de complicidad en el trío de hermanos, en una temporada marcada por una permanente sensación de incomodidad.
El futuro de Invernalia
Es deseable que los creadores dediquen, en la octava temporada, una buena cantidad de minutos a las reacciones que provoque en todos los personajes los verdaderos orígenes de Jon Nieve. Pero especialmente importante para la historia es el futuro de la Casa Stark, tras descubrirse el linaje de su actual representante.
En el desarrollo de esa trama será muy relevante el encuentro de Nieve, que ha rendido pleitesía a Daenerys, con los Señores del Norte, y si este se produce antes o después de que conozca sus verdaderos orígenes. En cualquier caso, la legítima heredera de Invernalia sería Sansa y podemos descartar, tal y como la propia Arya le confirma en el último episodio, que esto vaya a ser un problema para la relación entre ambas.
Cersei y Jaime, condenados a separarse
Las relaciones fraternales de Desembarco toman otro camino. Por un lado, Tyrion consigue sobrevivir al encuentro con su hermana y, a ojos de Daenerys y sus aliados, es el responsable de que Cersei se una a su alianza contra los Caminantes. Sin embargo, como la propia Lannister reconoce en su última conversación con Jaime, en realidad sólo le dijo lo que quería oír para salir con vida de la visita de la Targaryen a Desembarco. Una manipulación que puede alargarse en el tiempo, ya que el enano puede haber experimentado un cambio de opinión sobre su hermana, que tendría consecuencias en el futuro.
Por otro lado, los mellizos amantes han pasado por diferentes fases en los últimos capítulos, pero el estado de buena esperanza de Cersei ha calmado los ánimos entre ambos. Sin embargo, cuando ella reconoce que no cumplirá la palabra dada a Daenerys y Jon, Jaime se siente decepcionado. Un sentimiento que empeora cuando su hermana le informa del verdadero destino de Euron Greyjoy. Con la Montaña a su espalda, lo único que puede hacer el Matarreyes es alejarse de la reina y ser leal a su juramento, dirigiéndose al Norte. Allí puede ser recibido con la misma acusación con la que le despide su hermana, la de ser un traidor. Esperemos que, al menos, Brienne esté allí para echarle una mano.
Omisiones y retrasos
Si la séptima entrega de ‘Juego de Tronos’ hubiese sido más parecida a sus predecesoras, probablemente habríamos disfrutado del encuentro en Pozo Dragón en un capítulo, y de los eventos posteriores en otro. Así podríamos haber visto cómo le sienta a Cersei que Sansa no acepte su invitación y se limite a enviar a una escudera. O el momento en el que Theon se sube al barco junto a Nieve, Tyrion y Varys, pero no encuentran unos minutos para compartir todo aquello que se dicen en la sala del Trono de Rocadragón.
Cumpliendo con los cánones de los últimos capítulos de cada temporada, ‘El dragón y el lobo’ ha sido un episodio escoba que trata de cerrar todas las tramas de la temporada. A la marcha de Theon para salvar a su hermana, que se podía haber producido hace varios episodios, hay que sumar la confirmación del destino de Samwell, Invernalia. Del que por cierto, habría estado bien saber que sí escuchó la lectura de Elí, o que incluso hubiese reconocido el mérito de la joven.
Sueños de fans
Teorizar sobre una serie es una de las muchas aficiones de los espectadores, y ‘Juego de Tronos’ lleva esta moda al extremo que sólo viven los grandes fenómenos. Además de ser una práctica que demuestra la enorme imaginación de la audiencia, también puede terminar siendo responsable de algunas decepciones. Porque teorías como la que combinaba el futuro de Cersei con el origen de Nieve resultaban muy apetecibles de ver, aunque nos tendremos que conformar con imaginarlas.
Con las profecías de Azor Ahai y Maggy la Rana por cumplir, y el posible linaje Targaryen de Tyrion siendo una teoría de los fans más que otra cosa, para la octava temporada queda pendiente de resolver la importancia de frases como “el dragón tiene tres cabezas” que Daenerys escuchó en la Casa de los Eternos. Así como el destino de “Filípides” Gendry, el bastardo de la casa Baratheon, o la relación de Bran con el Rey de la Noche.
La debacle del Muro
Que la construcción que mantenía a los Caminantes alejados de las Casas de Poniente no pasaba por su mejor momento también ha sido tema de conversación esta temporada. Y la serie no podía despedirse sin confirmar las peores previsiones, que apuntaban que el Señor de la Noche y sus seguidores iban a ser capaces de asaltar el Muro. Para lograrlo ha sido vital la intervención del Vyserion espectro, cabalgado por el líder de los Caminantes Blancos.
Con la incógnita del devenir de Tormund y Beric Dondarrion sobre la mesa, el gran misterio de cara a la octava entrega es, de nuevo, una cuestión de tiempo. ¿Cuánto tardarán los espectros en llegar a Invernalia? Es de suponer que no demasiado, puesto que la última temporada sólo contará con seis episodios. Aunque siempre pueden hacer trampas, como en “El dragón y el lobo’ y regalarnos cada semana un 2x1.
El séptimo episodio de la séptima temporada de 'Juego de tronos' ha servido para resolver algunas de las incógnitas que han marcado la temporada, y la propia serie. Pero ni Benioff ni Weiss han sido capaces de eliminar, a lo largo de los nuevos episodios, uno de los dos frentes bélicos contra los que luchan los protagonistas, ni han podido responder a todas las preguntas que la historia necesita resolver antes de su despedida. Así que habrá que esperar al desenlace de la serie de HBO, previsiblemente antes de que acabe 2018, para despejar completamente todas las incógnitas de la adaptación televisiva de la saga de George R. R. Martin. Ante los últimos acontecimientos de esta tanda de episodios parece bastante probable que en la octava temporada vivamos de sorpresa en sorpresa hasta el cierre final. Pero antes de pensar en los capítulos futuros, analicemos qué nos ha dejado ‘El dragón y el lobo’.