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Netflix estrena en San Valentín 'Dirty John', la serie perfecta para dejar de creer en el amor
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

Netflix estrena en San Valentín 'Dirty John', la serie perfecta para dejar de creer en el amor

Connie Britton y Eric Bana protagonizan esta producción del canal norteamericano Bravo basada en un podcast de Los Ángeles Times que narra una historia real

Foto: Eric Bana y Connie Britton en una imagen de la serie. (Netflix)
Eric Bana y Connie Britton en una imagen de la serie. (Netflix)

Es innegable que la comedia romántica ha hecho mucho daño a la educación sentimental de varias generaciones, adolescentes que crecimos con historias hechas de tiernas casualidades y finales felices. Ese particular género que tiene sus propias reinas y, en los días más grises, siempre llega con un cubo de helado bajo el brazo, no nos enseñó nada realmente provechoso. Pero por lo menos, nos permitió soñar.

En televisión los estándares edulcorados propios del género en el cine, han dejado paso a otro tipo de visiones sobre el amor romántico en el siglo XXI. Está el amor hormonado adolescente de ‘Big Mouth’, el amor imposible de ‘The Mindy Project’, el amor alternativo de ‘Love’, el amor huidizo de ‘Lovesick’, el amor surrealista de ‘Man Seeking Woman’ o el amor aterrador de ‘You’re the worst’. Pero, de alguna manera, hay amor. Un amor que no invita a un atracón de helado, pero sí a reflexionar sobre lo divino y lo sentimental.

Foto: Natasha Lyonee en una imagen de 'Muñeca Rusa'. (Netflix) Opinión

Sin embargo, parece que los creadores de series de televisión no consideran estas (heterogéneas) visiones del amor suficientemente realistas como para no perjudicar a las generaciones venideras. Y en los últimos meses han llegado a la pequeña pantalla un par de producciones que si Pablo Casado supiera de su existencia solicitaba su retirada de Netflix. Porque la polémica (y de sobra conocida) ‘You’, y la recién estrenada ‘Dirty John’ perjudican más a la natalidad que la ley del aborto vigente.

Quiero aplaudir desde aquí la mala leche de los programadores de Netflix, que han colocado el día más romántico del año un thriller criminal inquietante que ni siquiera en su primer episodio consigue destilar algo de ternura. Ocho episodios que, como vemos en su arranque, lejos de cerrarse con un “y comieron perdices” lo hace en la habitación de un hospital. Y que se basa en un podcast inspirado por una (increíble) historia real. El menú ideal para aquellos que luchen con saña y mala leche contra la cita más empalagosa del año, aunque a algunos la osadía pueda salirles cara.

placeholder Bana y Britton en una imagen de 'Dirty John'. (Netflix)
Bana y Britton en una imagen de 'Dirty John'. (Netflix)

De fracaso en fracaso

Estrenada en el mes de noviembre en el canal norteamericano Bravo, ‘Dirty John’ narra la relación sentimental entre Debra Newell, una exitosa diseñadora de interiores californiana, y John Meeham, un anestesista. Ella, con cuatro matrimonios a sus espaldas, trata de encontrar el amor a través de una aplicación de citas. Y se encuentra con tipos condescendientes, alcohólicos, que ponen pegas al precio de una ensalada en la primera cita o solo son capaces de hablar de su difunta esposa. Hasta que el atractivo y encantador John llega a su perfil y cae rendida a sus pies.

A pesar de que su primera cita no fue precisamente perfecta, Debra es capaz de conceder una segunda oportunidad a un hombre que, por fin, le hizo pasar una divertida velada. “Luego no lo fue” explica a su asistente antes de que suene el teléfono y al otro lado se encuentre una confusa, pero entendible, razón para su comportamiento. A partir de entonces, a un ritmo endiablado, la exitosa diseñadora de interiores y el servicial anestesiólogo se convierten en una entrañable pareja que podría adornar cualquier catálogo de moda.

placeholder Juno Temple, que interpreta a Verónica, en una imagen de 'Dirty John'.
Juno Temple, que interpreta a Verónica, en una imagen de 'Dirty John'.

A lo largo de su capítulo inicial los espectadores pueden conocer el entrañable arranque de la historia de la pareja. Pero, para compensar, también están ahí las hijas de Debra, que temen que su madre vuelva a encontrarse con una nueva decepción amorosa. Verónica, la hija mayor con la que comparte piso, es la que más se preocupa por el devenir sentimental de su enamoradiza madre. A pesar de que eso acabe en discusiones que les lleven a ir juntas terapia. Sin embargo, Debra no será capaz de entender sus reticencias hacia John y se las ingeniará para embarcarse en una nueva, y peligrosa, relación.

Quién es el sucio John

El éxito, en 2014, del podcast sobre crímenes reales titulado ‘Serial’ fue el culpable de que en los últimos años se haya vivido en Estados Unidos una auténtica fiebre sobre este tipo de documentales sonoros. Dos años después, la historia de Debra Newell y John Meehan llegó a los informativos de todo el país, y en 2017 Los Ángeles Times lanzó un podcast con el título de ‘Dirty John’. El apodo con el que Meehan era conocido durante su etapa universitaria en Dayton.

placeholder Eric Bana en una imagen de 'Dirty John'. (Netflix)
Eric Bana en una imagen de 'Dirty John'. (Netflix)

El periodista Christopher Goffard fue el encargado de investigar a un hombre mucho menos atractivo que Bana, y más peligroso de lo que parece en un primer momento. “John Meehan era un depredador en serie. Fue de víctima a víctima” comentó el redactor, que también es productor de la serie, en la nota de prensa de la cadena.

A lo largo de su investigación Goffard tuvo la oportunidad de conocer a la familia del anestesista, y encontrar la raíz de la problemática personalidad de Meehan. Sus hermanas compartieron con él que su padre le enseñó desde pequeño cómo estafar al seguro e interponer denuncias falsas. Posteriormente, en el instituto, el joven era “un imán para las niñas. Aprendió que sus regalos proporcionaban atajos” según sus hermanas. La combinación de ambos aspectos de su vida son, prácticamente, la tarjeta de presentación con la que Meehan llegó a las portadas de los medios.

placeholder Jean Smart y Connie Britton en una secuencia de 'Dirty John'. (Netflix)
Jean Smart y Connie Britton en una secuencia de 'Dirty John'. (Netflix)

Educación preventiva

Connie Britton, que interpreta a la soñadora Debra, fue nominada a un Globo de Oro por su papel en esta serie. La combinación de su encanto natural y la candidez sentimental del personaje dan lugar a un rol por el que el espectador se interesa fácilmente. Aunque a veces su inocencia choque con la frialdad que desprende Eric Bana, el encargado de dar vida a Meehan. En demasiadas secuencias el australiano mantiene una actitud tan distante que cuesta entender por qué la diseñadora de interiores se interesó por semejante mueble.

Juno Temple (‘Vynil’) y Julia Garner (‘Maniac’) son las encargadas de dar vida a las hijas de Debra, mientras que la mítica Jean Smart encarna a Arlane, su madre. Porque aunque los protagonistas de la historia son Newell y Mehaan, su relación terminará teniendo consecuencias para toda la familia de la diseñadora. Una pesadilla real que no ayuda a soñar en el amor romántico y príncipes azules, pero que sirve para hacerse una idea del tipo de engendros con los que algunas mujeres tienen que lidiar en su vida. Que como educación sentimental preventiva, tampoco está mal.

Es innegable que la comedia romántica ha hecho mucho daño a la educación sentimental de varias generaciones, adolescentes que crecimos con historias hechas de tiernas casualidades y finales felices. Ese particular género que tiene sus propias reinas y, en los días más grises, siempre llega con un cubo de helado bajo el brazo, no nos enseñó nada realmente provechoso. Pero por lo menos, nos permitió soñar.

Pablo Casado Aborto