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El Ojo Clínico de la Inversión Inmobiliaria

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Movimientos corporativos a medio plazo

El concurso de acreedores voluntario de Habitat (o su caída, a pesar de que el objeto del concurso es precisamente tratar de darle viabilidad) nos llega

El concurso de acreedores voluntario de Habitat (o su caída, a pesar de que el objeto del concurso es precisamente tratar de darle viabilidad) nos llega ya casi sin sobresaltos. Desde luego estaba en todas las porras. Otra más. Lamentablemente, la lista de inmobiliarias tóxicas es bastante larga y en la medida en que dejen de estar en la lista de las concursables para pasar a las concursadas asistiremos a más capítulos de esta lamentable cadena de acontecimientos.

Pero hay algo mucho más peligroso: algunos hacen ya ese tipo de apuestas sanguinarias con bancos o cajas. Desde el ojo clínico vengo sosteniendo que el sistema financiero español es más consistente de lo que, por su exposición al inmobiliario residencial, pueda parecer. Pero eso no quiere decir que no nos desayunemos cualquier día algún sobresalto. Hace dos o tres años la pregunta que siempre nos hacían a los que nos dedicamos al ladrillo, era que si tal o cual zona, a tal o cual precio estaba bien comprado. Ahora mis conocidos me preguntan que si su dinero en tal o cual banco o caja está seguro. Como han cambiado las cosas.

Lo cierto es que entre los astronómicos acreedores de casi todas las compañías caídas, hay nombres que se repiten. Entidades que prestaron a diestro y siniestro a los iluminados cabecillas de esos proyectos empresariales. Y la gran pregunta no es quienes más van a caer, si no cómo vamos a salir de ésta. Hace tan sólo unos días, que Félix Abanades, presidente de Afirma, decía que seguiría comprando empresas si obtuviese liquidez con su ampliación de capital. Con un par y además no es ningún disparate.

Con el lamentable espectáculo de Sacyr comprobamos de nuevo que las posibilidades de salir de una empresa son proporcionales al calibre del embolado generado. Quizá por eso la única manera de salir de algunas cajas o bancos e inmobiliarias sea la absorción y fusión con otras. Hace unos años estaban de moda los movimientos corporativos. Algunos inmobiliarios de los de toda la vida se quedaron fuera de ellos.

Y hasta les asaltaba la duda:¿estaré cavando mi propia tumba por ser demasiado conservador?¿será la compra de empresas (a base de creditazos) la única manera de sobrevivir? Vaticino nuevos movimientos corporativos. Financieros e inmobiliarios. De los primeros ya se viene hablando desde hace tiempo. Pero los movimientos entre empresas inmobiliarias van a producirse de aquí a verano de 2009. Ya que los bancos acreedores son siempre los mismos, y ¿porque no juntamos unas cuantas inmobiliarias y hacemos una cuya caída haga tambalearse las cuentas de estos acreedores en caso de verse obligados a provisionar? Puede parecer un disparate pero no lo es.

Hace falta que entren en escena nuevos actores en el sistema inmobiliario-financiero español, por que los que había no son suficientes. A día de hoy, un hipotético fondo podría hacerse a precio de deuda, con muchas grandes empresas inmobiliarias españolas. Sólo con la reestructuración financiera del agregado inmobiliario resultante ya estaría ganando a medio plazo (tres o cuatro años) centenares de millones de Euros.Y les aseguro que el concepto de distressed no es simplente comprar activos inmobiliarios con minusvalías.

Es jugar fuerte, sobre todo con las reestructuraciones financieras. Para Habitat ya es demasiado tarde pero ¿qué ocurriría si apareciese un nuevo (y mismo accionista de capital internacional y especialista en el troceo empresarial) y entrase simultáneamente en alguna de las cotizadas y algunas de las grandes no cotizadas. Entonces Zapatero tendría que salir al rescate no ya de un inmobiliario de Murcia, si no de algún banquero. En fin, si lo importante en España es que Ortega Cano ha salido bailando, entonces es que tenemos lo que nos merecemos.

El concurso de acreedores voluntario de Habitat (o su caída, a pesar de que el objeto del concurso es precisamente tratar de darle viabilidad) nos llega ya casi sin sobresaltos. Desde luego estaba en todas las porras. Otra más. Lamentablemente, la lista de inmobiliarias tóxicas es bastante larga y en la medida en que dejen de estar en la lista de las concursables para pasar a las concursadas asistiremos a más capítulos de esta lamentable cadena de acontecimientos.