Es noticia
"Los músicos no crean nada nuevo porque su tiempo ha pasado"
  1. Alma, Corazón, Vida
  2. Confidencias POP
Raquel Tomé

Confidencias POP

Por
R. Tomé

"Los músicos no crean nada nuevo porque su tiempo ha pasado"

Exmiembro de Australian Blonde y La Costa Brava, y desde hace algunos años en solitario, Francisco Nixon cuenta con una carrera extensa cuyo último paso hasta

Exmiembro de Australian Blonde y La Costa Brava, y desde hace algunos años en solitario, Francisco Nixon cuenta con una carrera extensa cuyo último paso hasta la fecha ha sido El problema de los tres cuerpos (Music as Usual), registrado junto a The New Raemon y Ricardo Vicente. Fran Nixon es, además, uno de los autores más interesantes del panorama nacional. En este artículo conversa con El Confidencial sobre el ahora y el mañana de la música popular.

Esteban Hernández.- Muchas innovaciones sonoras han aparecido en momentos de cambio histórico. La sociedad se transformaba y aparecían nuevos estilos (o reinvenciones apreciables de los viejos) a través de los cuales se narraban nuevas realidades. Estamos en uno de esos momentos, ante cambios que parece serán profundos y duraderos y, sin embargo, pocas de esas realidades aparecen en las letras de las canciones y menos aún si se trata de autores españoles. Lo cual no deja de ser paradójico. Y no tanto porque la música popular no entre en cuestiones políticas, sino porque los letristas ni siquiera cuentan su propia realidad.

Fran Nixon.- Respecto a la afirmación de que los autores españoles (no me gusta hablar en general, sin poner nombres y apellidos, pero bueno) no reflejan la realidad (ni la suya ni la ajena) creo que se debe al hecho de que los músicos no nos dedicamos a reflejar la realidad (como puede hacerlo un periodista o un novelista), sino a seguir una tradición. Creo que el concepto de tradición es importante porque, si no, no se entiende nada. Por ejemplo, el otro día en tu conversación con Víctor Lenore, él se preguntaba si no es posible hacer una crítica musical que vaya más allá del gusto personal del crítico, una crítica basada en aspectos objetivos y no meramente subjetivos.

No se puede analizar con el mismo criterio al músico que tiene pretensiones artísticas y al que sólo pretende entretenerYo creo que la música es ante todo una institución, como el lenguaje, las sillas o el Ministerio de Agricultura. Las instituciones son rutinas sometidas a normas, y una institución se objetiviza cuando supera el lapso de tiempo de una generación (sigo aquí al profesor Gustavo Bueno). O por decirlo en términos de Harold Bloom, una novela se convierte en una institución cuando pasa a formar parte del canon. A mí el Quijote me puede gustar o no, pero si soy un crítico literario honrado, no puedo pasarlo por alto, como si no existiera, porque entonces no puedo explicar a Nabokov, ni a Mark Twain, ni a Flaubert, ni todo lo que tú quieras... Quiero insistir en que estamos hablando de valores estéticos (en este caso literarios) objetivos, no estoy haciendo sociología, ni psicología, ni antropología (aunque son disciplinas que no podemos dejar de lado).

Un músico, cuando hace canciones, está pensando cuál es su posición en ese canon más que en cualquier otra cosa, es decir, piensa en términos de la propia historia de la música. Por eso (y aquí cierro mi argumento), cuando un músico pop se limita a hacer canciones de amor de lo más trillado, no está siendo repetitivo, sino que está continuando una tradición. Naturalmente, los músicos que llaman la atención son aquellos capaces de aportar ideas nuevas a la tradición, pero hoy ya no hay una corriente principal, sino muchas, y la mayoría de nuevas ideas corren el riesgo de pasar desapercibidas.

Finalmente, creo que la música cumple muchas funciones, y que no se puede analizar con el mismo criterio al músico que tiene "pretensiones artísticas" y al que sólo pretende entretener. La mayoría de las discusiones musicales se producen porque los interlocutores hablan desde diferentes plataformas.

Personalmente, sí que intento que mis canciones reflejen mi realidad. Es más, la vida en sociedad es un baile de máscaras, y a veces pienso que mis canciones son el único sitio donde me dejan ser totalmente sincero. Por ejemplo, en la música pop, los estilos son valores estéticos objetivos. El crítico musical debe conocerlos para poder analizar cualquier disco. Y es que "criticar" es ante todo "clasificar", no sólo "valorar".

Lo único que preocupa a los directores de los medios es que los jóvenes que hemos sido esquilmados les paguemos la jubilación

Esteban Hernández.- El problema de las instituciones es que no son pacíficas sino polémicas. Y no sólo porque, si recurrimos a la tradición musical también existen obras canónicas que han apostado por la temática social, es decir, por no hacer canciones de amor trilladas,  sino  porque en la tradición del rock está acabar periódicamente consigo misma. Yo no lo veo como un sistema de archivos a través del cual la institución sanciona y recoge periódicamente las novedades, sino como un campo de fuerzas en el que se mueven muchas tendencias, que en general tratan de ocupar el sitio de las precedentes. Y, siguiendo por ese camino, lo que vemos es que las tendencias innovadoras apenas tienen vigor hoy, quedando sepultadas en una avalancha de productos de lo más dispar

Dicho de otra manera, vivimos en un entorno muy conservador al que no le gusta reconocer las novedades que le sacan de su área de confort. Y eso sirve igual para las letras. No digo que el músico deba abordar temáticas sociales, sino que me llama la atención que viviendo en una crisis permanente nada de eso asome por sus canciones (si de repente ningún músico compusiera canciones de amor, también me parecería extraño). Lo que ocurre, en mi opinión, es que prefieren seguir apegados a las tradiciones en lugar de afrontar las cosas que pasan.  De igual modo le ocurre a la crítica, que cada vez es más tradicional, es decir, cada vez otorga más relevancia a viejas estrellas o a nuevas bandas que repiten viejas pautas. 

Fran Nixon.- Totalmente de acuerdo contigo en que las instituciones son polémicas. De hecho los grupos compiten entre ellos por la atención del público y de la crítica, así como los críticos compiten para llamar la atención de público y editores. Y los editores compiten por la atención de público y anunciantes, etc.

La escena musical prefiere seguir las tradiciones en lugar de afrontar la realidadRespecto a lo que me comentas de la falta de apoyos desde los medios generalistas hacia propuestas arriesgadas, yo creo que se debe simplemente a un problema generacional. Los directores y propietarios de los grandes medios de comunicación accedieron en su día al poder siendo muy jóvenes, gracias a que la transición política desalojó del poder a la generación anterior. Es una generación comprometida con un modelo económico basado en la construcción y el turismo, un modelo que ha fracasado y ha dejado el país como un erial. Los pocos jóvenes que no han podido irse del país es porque están hipotecados... Lo peor de la crisis económica no es la ruina que tenemos, sino que ha creado un sistema de valores en los que se hace imposible toda crítica. Por decirlo brevemente, el poder no va a permitir que nadie cree problemas.

Esteban Hernández.- Sí, pero lo que me resulta paradójico es que en ese mundo, la gente de la música no esté más posicionada. Y repito que no se trata de emitir consignas políticas, sino de entender qué está pasando, cómo te afecta y qué tipo de sentimientos y de visiones genera. Que el poder quiera impedir la crítica es algo habitual. Quizá cambie la intensidad, porque como dices, hay mucha gente que subió hace mucho tiempo, que no quiere descender de nivel y que se ha vuelto más conservadora (más tradicional) que sus procedentes.

La última innovación que vino del mundo de la música fue la conversión de la gente del hip-hop (un género ya esclerótico) en vendedores de ropa y de bebida

Pero lo que me sorprende es la pasividad que invade al resto de la gente. Por seguir con la música, conozco un montón de iniciativas interesantes, de bandas, de espacios y de sellos que se han vuelto más invisibles que nunca. Hubo un tiempo en España en que el rock era algo absolutamente minoritario e incluso entonces las bandas tenían posibilidades de ser más visibles de lo que son hoy. Y, en este contexto, en lugar de activar redes, de combatir esa situación y de querer buscar una posición propia, las bandas se conforman con recluirse en conciertos a los que sólo van sus (cada vez menos)  amigos.  De igual modo, en lugar de buscar nuevos modos sonoros y literarios y de querer contar una nueva realidad, hay muchas bandas, sellos y medios de comunicación se contentan con glorificar el pasado, terminando por congelar lo que una vez fue interesante. Y eso es todavía peor, en lo social, que el control que el poder trata de realizar.   

Fran Nixon.- Yo no estoy de acuerdo que el mundo de la música no esté posicionado, creo que es uno de los colectivos más ideologizados que hay. Lo que ocurre es que la música ha perdido peso en la sociedad. Tanto desde el punto de vista industrial como artístico. Y para mí es un fenómeno irreversible.

Esteban Hernández.- Pero una cosa no quita la otra. Un colectivo puede estar ideologizado y no producir nada nuevo o no hacer nada para frenar el deterioro de las condiciones de su sustento material, por ejemplo. La última innovación que vino del mundo de la música fue la conversión de la gente del hip-hop (un género ya esclerótico) en vendedores de ropa y de bebida y quizá eso explique también por qué está perdiendo peso en la sociedad…

Fran Nixon.- Pero precisamente no pueden crear nada nuevo porque su tiempo ha pasado. La música jazz dominó toda la primera mitad del siglo XX para dar paso a la música pop en la segunda. El pop dominó las décadas de los 60 y los 80. El rock la de los 50 y los 70. En los noventa llegan el grunge y la música tecno, y a partir del 2000 desaparecen las tendencias a causa de internet. El cine tuvo su momento en los años 40 y 50. Yo cuando era pequeño veía por la tele La Bola de Cristal, o Tocata, y la gente que salía me parecían dioses. Hoy los chavales escuchan Club Disney y reggaetón (cosa que está muy bien). Seguramente los artistas que serán recordados de esta época no sean músicos, sino unos chavales que ahora mismo están programando un videojuego.

Exmiembro de Australian Blonde y La Costa Brava, y desde hace algunos años en solitario, Francisco Nixon cuenta con una carrera extensa cuyo último paso hasta la fecha ha sido El problema de los tres cuerpos (Music as Usual), registrado junto a The New Raemon y Ricardo Vicente. Fran Nixon es, además, uno de los autores más interesantes del panorama nacional. En este artículo conversa con El Confidencial sobre el ahora y el mañana de la música popular.