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Cómo detectar a un mentiroso y hacer que diga la verdad
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Rocío Mayoral

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Cómo detectar a un mentiroso y hacer que diga la verdad

“Engañar es muy fácil. Yo lo hago hace más de 50 años y es tremendamente sencillo si sabes cómo hacerlo”. Estas inquietantes palabras provienen de James

Pero es cierto. Engañar es muy fácil: tanto, que incluso niños muy pequeños logran hacerlo con éxito. Aprenden pronto que la mentira es un camino muy fácil para obtener ganancias sin esfuerzo y evitar castigos. Demasiado atractivo para algunos. ¿Pero sólo para algunos?

Una investigación realizada en la Universidad de Los Ángeles en 2004 concluyó que incluso las personas más sinceras mienten varias veces al día: lo hacen cuando dicen no haber leído un email; cuando inventan excusas por llegar tarde o niegan haber visto a alguien. Según este estudio casi todos mentimos y eso que no consideraron como mentira la ocultación de datos. Un error, porque esta es sin duda otra forma grave de mentir. Eso sí, mucho más sutil y aceptada.

Los graves riesgos que conlleva la mentira

Pero aunque casi todos hayamos mentido alguna vez, hoy más que nunca es necesario insistir en que el engaño es algo reprobable que puede convertirse en un juego muy peligroso. La investigación ha demostrado por qué:

  • El éxito de una mentira alimenta la repetición de los actos que se han ocultado. Éstos suelen ser reproblables y la consecuencia de que aumenten son claras.
  • Cuanto más se miente es más difícil descubrir al mentiroso. Cuando quien oculta la verdad comprueba que su estrategia es válida, actúa con más seguridad y reduce las señales externas de nerviosismo. Cada vez será más difícil pillarle.
  • El acto de mentir se imita fácilmente. Muchos mienten ante hijos, amigos… Sin pudor. Ver mentir a otros puede llevarnos a pensar en momentos de debilidad: “¿Por qué no lo hago yo también?” El engaño es muy contaminante. Hay sociedades muy afectadas por este mal.
  • Pero además mentir puede generar daños importantes en quienes son engañados. El más grave es la indefensión ya que no se puede evitar ni actuar sobre aquello que se desconoce.
  • Y si quien nos engaña es alguien en quien se confía, se admira o se quiere -un hijo, la pareja, un ídolo- la mentira genera también decepción, desconfianza, pérdida de referentes… 

Está claro. Son muchos los motivos para evitar que se propague la nociva cultura del engaño, pero ¿cómo conseguirlo? Los expertos coinciden: en la prevención está la clave. Y en ella es fundamental la educación y sobre todo el ejemplo.

Los expertos coinciden: en la prevención está la clavePero para muchos ya es tarde. Se han convertido en mentirosos profesionales. La investigación es clara al respecto, solo hay una manera eficaz para lograr que quien ha empezado a mentir deje de hacerlo: establecer consecuencias firmes que hagan desistir de seguir engañando. Sabemos sobradamente que el perdón no es útil para este propósito.

Pero para poner consecuencias antes hay que detectar a quiénes mienten. ¿Cómo hacerlo? Muchos estudios han ofrecido pistas eficaces. Conocerlas es algo clave en la prevención.


7 claves para saber quién miente 

El método más eficaz para obtener la verdad

Pero sin duda el método más eficaz para descubrir a una mentira y obtener la verdad es una confesión. ¿Existen medios efectivos para obtenerla? En la actualidad, el método Reid es uno de los más utilizados en interrogatorios de todo el mundo. Intenta crear situaciones opuestas que desestabilicen al sospechoso y provoquen “respuestas instintivas” que le hagan confesar. Su simplicidad y eficacia del método lo hace útil para la vida cotidiana. Consta de nueve pasos.

Nunca es tarde. Podemos evitar caer en las redes de la cultura del engaño. Tenemos herramientas para ello. Sólo falta tomar conciencia y tener voluntad para trabajar en ello.

Pero es cierto. Engañar es muy fácil: tanto, que incluso niños muy pequeños logran hacerlo con éxito. Aprenden pronto que la mentira es un camino muy fácil para obtener ganancias sin esfuerzo y evitar castigos. Demasiado atractivo para algunos. ¿Pero sólo para algunos?