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Tras un accidente traumático, la vida continúa
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Ana Fernández Rodríguez

El arte de vivir

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Tras un accidente traumático, la vida continúa

Parece que en este año 2012 que acaba de finalizar, en nuestros cines se han repetido historias que tienen como protagonistas a personas con algún grado

Parece que en este año 2012 que acaba de finalizar, en nuestros cines se han repetido historias que tienen como protagonistas a personas con algún grado de discapacidad física. Entre ellas, la exitosa comedia francesa, Intocable (Eric Toledano y Olivier Nakache), estrenada en España en marzo del 2012, pasando por la mucho más dramática De óxido y hueso (Jacques Audiard, estrenada en diciembre), hasta la actualmente en cartelera Las sesiones (Ben Lewin), de nuevo en clave de humor.

No es de extrañar que este tema se convierta en una preocupación creciente, si tenemos en cuenta que a las discapacidades congénitas o del desarrollo, habría que sumar las sobrevenidas, ya sea por enfermedad o por accidente. Si el tema de la discapacidad congénita podría sonar ajeno a algunas personas que no conviven con esta realidad, al referirnos a la causada por accidente o enfermedad, la empatía con este espinoso tema se universaliza, ya que nos sitúa a todos frente al inquietante lugar de la posibilidad.

En los periodos vacacionales, como el navideño que acabamos de disfrutar, las cifras de accidentes de tráfico tienden, por desgracia, a dispararse, como resultado del incremento de desplazamientos. El balance de este año tras la “operación Navidad” ha sido de 58 víctimas mortales en nuestras carreteras. Sin embargo, suelen pasarnos más desapercibidas las cifras relativas a aquellos que, aunque no han perdido la vida, resultan heridos de diversa consideración –23 heridos graves, y 17 leves, según los datos–. Algunos de ellos sufrirán secuelas permanentes e irreversibles. Por último, las secuelas psicológicas derivadas del trauma, invisibles tanto en las noticias como, a simple vista, en el propio accidentado, pueden generar un intenso sufrimiento si no se detectan y/o se tratan adecuadamente.

Terapia sexual para discapacitados

De los protagonistas de nuestras películas de hoy, sólo el personaje de Philippe en Intocable ha sufrido un accidente de tráfico, en el que además su mujer perdió la vida. Por su parte, Stéphanie, en De óxido y hueso, es víctima de un accidente laboral, mientras que Mark O´Brien, en Las sesiones, sufre las secuelas de una enfermedad infantil. Tanto Intocable como Las sesiones, dramatizan unos hechos reales y comparten el tono ligero y amable propio de la comedia dramática, apta para todos los públicos.Las secuelas psicológicas derivadas del trauma pueden generar un intenso sufrimiento si no se tratan adecuadamente

La película Las sesiones acierta al abrir el debate, habitualmente oculto, de la sexualidad. La terapia sexual, y no sólo en casos en casos de discapacidad,  lleva mucho tiempo en funcionamiento con resultados excelentes. Además, en ocasiones, como en la película, puede ser necesaria la asistencia de “profesionales del sexo” (para utilizar el término políticamente correcto), con el fin de realizar los ejercicios sexuales, en aquellos casos en que no haya pareja disponible para tal fin.

Como explica el verdadero Mark O´Brien en uno de sus escritos (On seeing a sex surrogate), a la mayor parte de las personas que tratan sus problemas sexuales, lo que les afecta verdaderamente es el miedo. Los miedos pueden ser muy variados: a fracasar, a ser rechazado, a hacer algo mal, etc. Cada vez más personas buscan ayuda, aunque pese a las apariencias, todavía es un tema tabú. Más aún, en el ámbito de la discapacidad.

Discapacidades emocionales

Mucho menos amable, más dura y para ser repensada a la salida del cine, es De óxido y hueso, una difícil historia de amor. Frente a la evidente discapacidad de la protagonista, una Marion Cotillard nominada al un Oscar como mejor actriz, encontramos otra discapacidad, la de su compañero de reparto, más sutil pero muy frecuente en nuestra sociedad, a la que podríamos llamar discapacidad emocional. Técnicamente, sería más correcto denominarlo falta de inteligencia emocional. La inteligencia emocional se define básicamente como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos.Cada vez más personas buscan ayuda, aunque pese a las apariencias, todavía es un tema tabú

Alí parece carecer por completo de ella. Es un hombre fuerte, tosco, duro, que se gana la vida como boxeador callejero. ¿Qué puede tener en común con la delicadeza y refinamiento de Stéphanie? Sin embargo, cuando ella pierde sus piernas en una de sus actuaciones como entrenadora de orcas en un parque acuático, el acercamiento entre ambos se hace patente. "¿Por qué?", se pregunta el espectador con desasosiego. Parece que la respuesta final es clara: porque se complementan.

Él no sólo se convierte en sus piernas, como muestra una de las escenas más emblemáticas de la película, en la que él la pasea por la playa sobre sus hombros. Alí también representa la fuerza bruta, un canto a la vida, la vida que continúa pese a todo. Parece que la extraña conexión que Stephanie había llegado a establecer con sus orcas, esos animales poderosos y enormes, ha encontrado un excelente sustituto, ¿podría ser que precisamente esa “parte animal” de Alí, fuera la que le atrae? ¿Y a Alí? ¿Qué le aporta Stephanie? No parece necesitar nada ni a nadie. ¿Es ella el canal que necesitaba para dar salida a sus emociones? Ella es su “inteligencia emocional”. Algunas imágenes son inolvidables por su crudeza, como las escenas de sexo, con los muñones perfectamente visibles gracias a la tecnología digital.

La película rezuma corporalidad, nos conecta con nuestro cuerpo, con las sensaciones físicas desagradables de los cuerpos maltratados –por las peleas de él y por las amputaciones de las piernas de ella–. No en vano, el título remite al sabor a óxido de la sangre y a la dureza del hueso al romperse. Pero también nos hace sentir la calidez del agua bañando la piel en la playa, o la caricia del sol en el rostro de la protagonista, así como el frío de la nieve y el hielo en la angustiosa escena final.

La conciencia plena

Estamos vivos, por eso sentimos. Así es la vida, sentir plenamente, en unas ocasiones dolor, y en otras placer. Muy en consonancia con las actuales estrategias psicológicas del mindfulness, traducido al español como conciencia plena.Con estas personas hay que actuar con naturalidad, sin protección excesiva o paternalismo

Volviendo a la complementariedad, ese era también el nexo de unión entre los dos personajes protagonistas de Intocable, aunque en esta ocasión no se trate de una pareja sentimental, sino de una amistad creciente entre cuidador y cuidado. La alegría y el humor de Driss (interpretado por Omar Sy) parece ser lo que necesita Philippe (François Clouzet) cansado de cuidadores profesionales que realizan un trabajo impecable pero rutinario. Driss, al igual que el Alí de De óxido y hueso, es otra fuerza poderosa, que le empuja a redescubrir la vida, a rebasar los límites autoimpuestos. Por su parte, Driss, recién salido de la cárcel, y perteneciendo a un barrio marginal, es un superviviente, que encuentra en el trabajo con Philippe, un refugio donde vivir, formación cultural y dinero. Para los dos, su amistad marcará el primer paso de una nueva vida.

Cine y discapacidad

Pero, ante todo, Driss trata a Philippe con naturalidad, sin protección excesiva o paternalismo. Nos sugiere que a veces la mirada compasiva o etiquetadora puede ser tan incómoda como la invisibilidad, quizá los dos polos opuestos entre los que nos movemos frente a lo diferente, sin siquiera darnos cuenta. Probablemente ese sea el principal mérito de estas películas, que además de entretenernos, nos puedan enseñar a ser no sólo más sensibles, sino también más eficaces en el modo en que nos comunicamos con los demás.

A todos los interesados en el tema de cine y discapacidad, os invitamos a seguir profundizando sobre ello el próximo día 23 de enero, a las 19:00 horas en un cine fórum gratuito y abierto al público, que tendrá lugar en Cuesta San Vicente, 4-5º planta (Madrid). Se proyectará un cortometraje realizado por personas con discapacidad intelectual en el equipo técnico y discapacidad sensorial en el equipo artístico y luego tendremos la oportunidad de charlar con ellos. Veremos el cortometraje Latitud y el making of de Determinando latitud.

Parece que en este año 2012 que acaba de finalizar, en nuestros cines se han repetido historias que tienen como protagonistas a personas con algún grado de discapacidad física. Entre ellas, la exitosa comedia francesa, Intocable (Eric Toledano y Olivier Nakache), estrenada en España en marzo del 2012, pasando por la mucho más dramática De óxido y hueso (Jacques Audiard, estrenada en diciembre), hasta la actualmente en cartelera Las sesiones (Ben Lewin), de nuevo en clave de humor.