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Cuando una buena causa reúne a enemigos irreconciliables
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Héctor G. Barnés

Empecemos por los principios

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Héctor G. Barnés

Cuando una buena causa reúne a enemigos irreconciliables

El pasado domingo, los afortunados británicos que disponían de entrada para el concierto que se celebró en el Royal Albert Hall asistieron a una de las

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Cuando una buena causa reúne a enemigos irreconciliables

El pasado domingo, los afortunados británicos que disponían de entrada para el concierto que se celebró en el Royal Albert Hall asistieron a una de las estampas más improbables que uno podía esperar ver en el mundo del rock. Después de dos décadas de constantes desprecios e insultos mutuos, dos de los miembros más importantes de Oasis y Blur, el guitarrista Noel Gallagher y el frontman Damon Albarn respectivamente, firmaron la paz y, por primera vez en la historia de ambas formaciones, colaboraron en la interpretación en vivo de «Tender», el single que Blur publicó en 1999 como adelanto de su álbum 13.

La razón por la que ambos músicos decidieron tragarse su orgullo merece la pena. Se trataba de un concierto organizado por la Teenage Cancer Trust, una fundación británica que tiene como objetivo ayudar económica y moralmente a los adolescentes enfermos de cáncer. La iniciativa atrajo a Albarn y a Gallagher, que decidieron que la causa era demasiado importante como para echarla a perder por viejas rencillas, así que no tuvieron problema en saltar al escenario junto a Paul Weller y Graham Coxon. Desde luego, la vieja rivalidad entre las dos grandes bandas del brit-pop se ha traducido en episodios particularmente virulentos. Noel Gallagher llegó a declarar a mediados de los noventa que no estaría mal que Damon Albarn y el bajista de Blur, Alex James, contrajesen sida, unas duras declaraciones de las que Gallagher se ha arrepentido con posterioridad. Sin embargo, sus ataques no quedaron ahí, ya que en otra entrevista que tuvo lugar en 1997 señaló que no tenía nada en contra de Albarn, más allá que su novia fuese fea, refiriéndose a Justine Frischmann de Elastica.

Enterrando el hacha de guerra

El caso de Gallagher y Albarn no es el único de este tipo a lo largo de la historia de la música popular, y diversos acontecimientos semejantes han demostrado que incluso los rockeros más irredentos tienen su corazoncito, al dejar sus conflictos personales a un lado para ayudar a aquellos que lo necesitaban. Uno de los ejemplos más claros se produjo durante el primer macrofestival benéfico, el Live Aid organizado por sir Bob Geldof a mediados de los años ochenta. Led Zeppelin, separados a comienzos de la década después de la muerte de su batería John Bonham, habían declarado por activa y por pasiva que jamás volverían a tocar juntos, ya que no tenía sentido hacerlo sin sus miembros originales.

Una llamada del que fuera líder de Boomtown Rats hizo a Jimmy Page, Robert Plant y John Paul Jones cambiar de opinión rápidamente, y aceptaron contar a la batería con Phil Collins para su aparición el concierto que pretendía acabar con el hambre en el mundo. El resultado no dejó satisfecho a nadie, y Plant acusó a Collins de ser el principal culpable del flojo concierto, Page definió la actuación como “caótica”. Al menos, un buen sentimiento condujo a los miembros del grupo de hard rock más importante de la historia a aceptar la propuesta de Geldof, al contrario que con la última reunión de la banda, que tuvo lugar en 2007.

Elton John y George Michael se reconciliaron gracias a un festival organizado para ayudar a los enfermos de SIDAUn caso aún más evidente es el que llevó a Roger Waters y a David Gilmour a unir sus fuerzas, en el Live 8 de 2005 y reunir la formación clásica de Pink Floyd (sin Syd Barrett, claro está). Los dos músicos, junto a Nick Mason y Richard Wright, llevaban más de veinte años sin tocar juntos, y no han vuelto a hacerlo con posterioridad, ya que Wright murió en 2008. Sin embargo, Waters y Gilmour han coincidido en alguna que otra ocasión, a pesar de que el guitarrista rechazase la oferta del primero de incorporarse a la gira aniversario de The Wall. Curiosamente, siempre que han aparecido juntos ha sido en proyectos solidarios, como cuando durante el año 2010 interpretaron «Wish You Were Here» y «To Know Him is To Love Him» ante un público formado por 200 personas en una gala organizada por la Fundación Hoping en Oxfordshire. Gracias a dicho concierto, la institución, dedicada a ayudar a refugiados palestinos, obtuvo una cantidad de 350.000 libras.

La lista de artistas reconciliados por lo benéfico podría ser mucho más larga. Pero lo dejaremos con una última historia, la que juntó a Elton John y George Michael en un concierto benéfico organizado por el primero durante el año 2011. Michael interpretó en dicha gala «Don’t Let the Sun Go Down on Me», la canción de Elton John que ambos grabaron juntos en 1991, lo que puso fin a las grandes diferencias que se habían producido entre ambos músicos desde los años ochenta, cuando compartían una gran amistad. Elton John señaló por aquel entonces que el abuso de la marihuana por parte de George Michael le iba a conducir al desastre, y este respondió diciéndole que cerrase su bocaza y se metiese en su propia vida. Años más tarde, la reconciliación se llevó a cabo en el marco de un festival dedicado a recaudar dinero para la Fundación de Ayuda del SIDA que John preside.

El pasado domingo, los afortunados británicos que disponían de entrada para el concierto que se celebró en el Royal Albert Hall asistieron a una de las estampas más improbables que uno podía esperar ver en el mundo del rock. Después de dos décadas de constantes desprecios e insultos mutuos, dos de los miembros más importantes de Oasis y Blur, el guitarrista Noel Gallagher y el frontman Damon Albarn respectivamente, firmaron la paz y, por primera vez en la historia de ambas formaciones, colaboraron en la interpretación en vivo de «Tender», el single que Blur publicó en 1999 como adelanto de su álbum 13.