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“Debería ser ilegal llamar a alguien ‘gordo’ en televisión”, asegura Jennifer Lawrence
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Miguel Ayuso

Empecemos por los principios

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Miguel Ayuso

“Debería ser ilegal llamar a alguien ‘gordo’ en televisión”, asegura Jennifer Lawrence

Hasta la protagonista de 'Los juegos del hambre' ha sido discriminada por no cumplir los cánones de delgadez de Hollywood, que siguen siendo estrictos

Foto: Jennifer Lawrence en la 'premiere' de la última entrega de Los juegos del hambre. (Reuters)
Jennifer Lawrence en la 'premiere' de la última entrega de Los juegos del hambre. (Reuters)

Parece increíble que la actriz Jennifer Lawrence (Los juegos del hambre, X-men), que muchos consideran una de las bellezas más atractivas de Hollywood, haya tenido problemas en la industria por estar demasiado rellenita. Pero, según ha reconocido en un programa de televisión estadounidense, su cuerpo no entra dentro de los estándares de peso de las grandes productoras. Muchos ejecutivos consideran que está gorda y ha sufrido bullying durante toda su carrera por ello.

Lawrence tuvo una infancia marcada por los kilos de más, y ha confesado que cuando era pequeña tuvo que aguantar los insultos de muchos compañeros. Por eso, ahora que es una súper estrella, quiere hacer campaña en los medios para que las personas con sobrepeso dejen de recibir un trato vejatorio y se dejen de promocionar cuerpos excesivamente delgados. La actriz no entiende como puede ser “divertido” para la audiencia humillar a las personas gordas y ha asegurado que “debería ser ilegal llamar a alguien ‘gordo’ en televisión”.

Los medios no están haciendo lo suficiente por cambiar el canon de la mujer atractiva, que en muchos casos va unida a una delgadez extrema

La protagonista de Los juegos del hambre cree que “los medios deben de ser responsables del efecto que tienen sobre los jóvenes, especialmente en las chicas que ven los programas de televisión para aprender cómo hablar y cómo ser populares y de repente ven que es gracioso reírse de la chica que lleva un vestido feo”.

“Si regulamos el uso de cigarrillos, el sexo y las palabrotas, porque tienen un efecto en los jóvenes, ¿por qué no regulamos otras cosas como llamar a la gente gorda”, sentenció Lawrence.

Llueve sobre mojado

Aunque la petición de Lawrence pueda considerarse excesiva, lo cierto es que los medios no están haciendo lo suficiente por cambiar el canon de la mujer atractiva, que en muchos casos va unida a una delgadez extrema. Todos los meses hay alguna polémica de este tipo. La última la ha protagonizado Frozen, la película de la factoría Disney para estas navidades, cuya protagonista, la princesa Anna, tiene los ojos más grandes que las muñecsa.

Y no es una excepción en la filmografía de la todopoderosa firma de animación. Para el sociólogo Philip N. Cohen, de la Universidad de Maryland, “los ojos gigantescos y las manos diminutas simbolizan la feminidad en Disneyland”. La muñeca media de una mujer real está entre los 15,4 y los 16,3 centímetros, y la de un hombre entre los 17,5 y los 18,1. Sin embargo, Cohen asegura que en las películas de Disney las muñecas de las mujeres son, por sistema, un tercio más pequeñas que las de los hombres.

La cosa no acaba ahí. Tras analizar todas las películas clásicas de la factoría, Cohen ha descubierto que Disney tiende a dibujar a sus ya de por sí delgadas protagonistas, aún más delgadas cuando son objeto de atención romántica. En cuanto aparece el príncipe azul la cintura de las princesas se encoge.

No cabe duda de que la proporción de los dibujos es muy distinta a la de la vida real, pues la clave de una buena caricatura reside en saber exagerar ciertos rasgos, pero no estaría de más ver alguna heroína algo más rellenita. Si el contenido audiovisual que más consumen los niños vincula desde el principio belleza con delgadez, no habrá suficientes Lawrences en el mundo para que cambie el canon dominante. 

Parece increíble que la actriz Jennifer Lawrence (Los juegos del hambre, X-men), que muchos consideran una de las bellezas más atractivas de Hollywood, haya tenido problemas en la industria por estar demasiado rellenita. Pero, según ha reconocido en un programa de televisión estadounidense, su cuerpo no entra dentro de los estándares de peso de las grandes productoras. Muchos ejecutivos consideran que está gorda y ha sufrido bullying durante toda su carrera por ello.

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