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El niño de 3 a 6 años: desarrollo físico, cognitivo y social
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Rebeca Recio

Relación Padres e Hijos

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El niño de 3 a 6 años: desarrollo físico, cognitivo y social

Para poder relacionarnos con los niños, y educarlos, es importante que los conozcamos y entendamos sus necesidades y motivaciones. Hay aspectos individuales, características, gustos y dificultades,

Durante los años de juego, los niños adelgazan y crecen y la grasa del bebé se convierte en músculo. Se modifican muchas de las características diferenciales del niño pequeño, desaparece el vientre prominente, la cara ya no es tan redondeada, las extremidades se alargan y las dimensiones de la cabeza se hacen más proporcionadas con respecto al resto del cuerpo. El centro de gravedad se desplaza desde el esternón hacia el ombligo, lo que permite desarrollar numerosas habilidades motoras que le van a ser de gran utilidad, ya que tienen un papel importante en los juegos, y estos a su vez son los que permiten al pequeño una correcta socialización.

La mayoría de los juegos y actividades que se realizan en este periodo van acompañados de movimiento físicoLas habilidades motoras de los niños aumentan a esta edad considerablemente debido a la combinación de la maduración cerebral, la motivación y la práctica, ya que la mayoría de los juegos y actividades que se realizan en este periodo van acompañados de un importante movimiento físico.

Otro de los cambios internos que va a afectar al desarrollo externo del niño comienza después del primer año de vida. La proliferación de neuronas aumenta el crecimiento del encéfalo, y se produce la mielinización. La mielina es un revestimiento que cubre los axones y que acelera la transmisión de impulsos nerviosos entre las neuronas. Si bien los efectos más notables de esta son más visibles durante la primera infancia, la mielinización continúa durante un mayor periodo de tiempo.

La mielinización es un proceso esencial para la comunicación rápida y compleja entre neuronas. De los tres a los seis años la mielinización se produce en las áreas del encéfalo dedicadas a la memoria y a la reflexión. Debido a este proceso el niño puede actuar, cada vez más, de forma reflexiva y no dejándose llevar siempre por sus impulsos, como sucedía en etapas anteriores.

A un nivel práctico, el desarrollo cognitivo que se produce a esta edad conlleva numerosos cambios. Se denomina pensamiento preoperacional al desarrollo cognitivo que se produce entre los 2 y los 6 años de edad. El pensamiento preoperacional tiene cuatro características fundamentales.

Es importante tener en cuenta que si bien existen limitaciones en los niños derivadas del proceso de desarrollo, hay una importante variabilidad individual.

El niño de esta edad se esfuerza por ordenar las cosas y progresivamente va consiguiendo mejores resultados. Le gusta ayudar en las tareas domesticas. En cuanto a la autonomía, necesita supervisión del adulto para la mayoría de las tareas como lavarse los dientes o ducharse, pero progresivamente puede ir realizando algunos de los pasos que las componen. Pueden enjabonarse o secarse solos y que el adulto repase los lugares de difícil acceso.

A esta edad el niño ya puede  crear compañeros de juego imaginarios que sumará a sus amistades realesEntre sus juegos favoritos están los de dramatización y rolesm que lleva a cabo con otros niños. También los de práctica sensoriomotora (actividad física) de los que disfruta simplemente por las sensaciones que provocan. A esta edad el niño ya puede imaginar sin actividad, por lo que es capaz de crear compañeros de juego imaginarios que sumará a sus amistades reales. Comprende la necesidad de compartir juguetes y lo pone en práctica con mayor frecuencia a medida que cumple años.

En ocasiones, la búsqueda de protagonismo se lleva a cabo de manera inadecuada, saltándose las normas o no haciendo caso a las indicaciones del adulto. Comienza a conocer la diferencia entre presente y pasado y va tolerando la necesidad de posponer la satisfacción de deseos. Una adecuada regulación emocional y mayor tolerancia a la frustración ayudarán a conseguir este objetivo. 

Los niños son muy observadores y muchos de los avances se producen por el modelado de las personas significativas. Los niños copian lo que ven, ya sea esta la intención del adulto o no. Si a este aprendizaje por observación se le añade atención, dedicación y que el adulto lleve a cabo el esfuerzo de ponerse en su lugar, el aprendizaje del niño aumenta cualitativa y cuantitativamente.

Otras formas en que padres y madres pueden guiar activamente su desarrollo son:

Durante los años de juego, los niños adelgazan y crecen y la grasa del bebé se convierte en músculo. Se modifican muchas de las características diferenciales del niño pequeño, desaparece el vientre prominente, la cara ya no es tan redondeada, las extremidades se alargan y las dimensiones de la cabeza se hacen más proporcionadas con respecto al resto del cuerpo. El centro de gravedad se desplaza desde el esternón hacia el ombligo, lo que permite desarrollar numerosas habilidades motoras que le van a ser de gran utilidad, ya que tienen un papel importante en los juegos, y estos a su vez son los que permiten al pequeño una correcta socialización.