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El día en que James Cameron fue despedido y decidió liquidar a la humanidad con un ciborg
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Carlos Prieto

Animales de compañía

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El día en que James Cameron fue despedido y decidió liquidar a la humanidad con un ciborg

'Terminator' vuelve a las salas. Viaje a los convulsos orígenes de una saga que marcó época

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No es que las cosas ocurran a veces por casualidad; es que las cosas ocurren a veces de los modos más extraños que uno pueda imaginar. Hubo un tiempo en que James Cameron no sólo no era el director más poderoso de Hollywood, sino el mayor apestado de la industria.

Acababa de arrancar la década de los ochenta y a Cameron, que tenía 26 años, le pasó lo peor que le puede pasar a un director novato: que le despidan durante la realización de su primer filme: Piraña 2 (1981). El director de Avatar y Titanicfue puesto de patitas en la calle tras chocar con su productor, que tenía sus propias ideas sobreel filme, rodado en Italia.

Cuenta la leyenda que, mientras el productor estaba en Cannes, Cameron forzó la entrada de la sala de montaje usando su tarjeta de crédito y logró montar su propia versión de la película, que se comercializaría años después vía formatos caseros… Resumiendo: un follón de campeonato.

Todo eso ocurrió en Roma, donde Cameron se atrincheró en un hotel y enfermó. Una noche, con cuarenta de fiebre, tuvo un sueño sobre un robot que resurgía de sus cenizas en medio de una bola de fuego. Por la mañana, se levantó y empezó a escribir partiendo de esa escena. Acababa de inventarse el personaje de Terminator.

“Estaba solo en Roma, no hablaba italiano, no tenía dinero, el productor acaba de cortarme las dietas y no me sentía conectado en absoluto con el resto de la humanidad. Fue muy fácil para mí proyectarme sobre este personaje”, ha explicado Cameron. En efecto, en un momento en el que todos parecíanestar en contra suya, ¡qué mejor catarsis que meterse en la piel de un ciborg dispuesto a acabar con el ser humano!

Terminator (1984), cuya quinta parte se estrenó ayer (Cameron sólo dirigió las dos primeras), no sólo fue un éxito comercial apoteósico (costó 6 millones de dólares y recaudó 78 millones), sino que logró algo más complicado: convertirse en un clásico de la ciencia ficción. Y eso que su producción no estuvo exenta de complicaciones y vaivenes.

Cameron escribió una primera versión del guion del filme, peroantes de ponerse manos a la obra, le surgieron otros dos encargos: escribir los guiones de Alien 2 y Rambo 2. Todo a la vez y con prisas: tenía dos meses y medio para escribir Alien 2, Rambo 2 y pulir Terminator. A lo loco.

Cameron calculó que debíaescribir 0,8 páginas de guion por hora para que le diera tiempo y, como contó Tom Shone en su libro Blockbuster, ideó un curioso método musical para centrarse en cada historia: Cuando escribía Rambo, se ponía la wagneriana Cabalgata de las Valkirias;y cuandoescribíaAlien, escuchabaMars theBringer of War, de Gustav Holst. Todo ello a altas horas de la madrugada: Cameron dormía durante el día y se levantaba cuando empezaba a anochecer. De ocho de latarde a una, escribía un filme; y de dos a siete, escribía el otro.

¿Que qué pensaban sus vecinos cuando oían laCabalgata de las Valkiriascadanochea las cinco de la madrugada? Suponemos quebien en encerrar a Cameronen un psiquiátricobien en matarle. Hubiera sido una grave pérdida para el cine contemporáneo, eso seguro.

No es que las cosas ocurran a veces por casualidad; es que las cosas ocurren a veces de los modos más extraños que uno pueda imaginar. Hubo un tiempo en que James Cameron no sólo no era el director más poderoso de Hollywood, sino el mayor apestado de la industria.