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Mariano Ozores: tetas, punkies y la Gürtel
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Carlos Prieto

Animales de compañía

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Mariano Ozores: tetas, punkies y la Gürtel

La Academia de Cine otorga el Goya de Honor a uno de los reyes del destape. Toda la verdad sobre el culto contracultural a su película emblema: 'Los bingueros'

Foto: Fernando Esteso, Andrés Pajares y Mariano Ozores (EC)
Fernando Esteso, Andrés Pajares y Mariano Ozores (EC)

He visto cosas que no creeríais: punkies enloquecidos jaleando escenas de 'Los bingueros' más allá de Orión...

Sí, amigos, ahora que la Academia de Cine ha decidido dar su Goya de Honor al director Mariano Ozores, es hora de rescatar uno de los fenómenos culturales más extraños con los que este reportero se ha topado en su vida: el desaforado culto contracultural a 'Los bingueros' (1979), comedia 'ozoriana' en la que Fernando Esteso, Andrés Pajares y Antonio Ozores sembraban el terror cómico en varios bingos celtibéricos.

Nunca es tarde si la dicha es buena, vale, pero la Academia de Cine ha llegado con treinta años de retraso en la reivindicación del 'ozorismo': el underground llegó primero. Y no, no hablamos de una simple gracieta hipster ni de postureo cultural, hablamos de un culto tan irracional como el de los davidianos de Waco. Hablamos de jóvenes rebeldes e izquierdistas que, en plenitud de sus facultades mentales (o casi), decidieron ver 'Los bingueros' veinte, treinta o cuarenta veces en los años noventa. Hablamos de amantes del punk y el hardcore que recitaban de memoria todos y cada uno de los diálogos de la película, como si 'Los bingueros' fuera una versión carpetovetónica de los Manuscritos del Mar Muerto. O cómo una película considerada casposa y conservadora se convirtió en un hito punkie.

¿Por qué ocurrió eso? Ni idea. He aquí un turbio asunto político/cultural complejo de descifrar.

Roberto Herreros, autor de un libro sobre Kortatu, músico y miembro de la Fundación Robo, fue uno de esos 'hardcoretas' que instigó el desaforado culto a 'Los bingueros' vía fanzines. Veinticinco años después del desvarío, le llamamos a traición para que se explique: “Sí, yo participé en aquello… y ahora me arrepiento”, cuenta entre carcajadas, como si en lugar de haber dejado atrás a Ozores hubiera dejado atrás la droga y las armas… No obstante, la cabra tira al monte, así que Herreros hace memoria y procede a deconstruir la obra cumbre de Ozores... como si siguiera viendo 'Los bingueros' a escondidas en la intimidad.

“Aunque se rodó durante la Transición y en pleno boom de la conflictividad social, la película no deja de ser un espejo costumbrista de la España anterior, aunque aún vigente: la del desarrollismo. A su manera, no deja de ser un corta y pega costumbrista; es decir, como 'Amanece que no es poco'”, analiza Herreros.

Un sindios cómico

No obstante, más allá de coartadas culturales o políticas, lo que realmente le gustaba a Herreros de 'Los bingueros' era algo mucho más simple y primitivo (cual riff punk): “Lo que me hacía gracia es que es un puto disparate de película". Dicho lo cual procede a disertar sobre otro hito absurdo del 'ozorismo': 'Yo hice a Roque III' (1980). "[Antonio] Ozores, el actor, era muy excesivo y estaba muy pasado de rosca. Si hubiera hecho otro tipo de películas, en otro contexto cultural, quizá fuera un cómico de prestigio. ¿Era un buen cómico? No lo sé, diría más bien que trascendía la categoría de cómico”.

Lo que me hacía gracia de 'Los bingueros' es que es un puto disparate de película

Y ahora viene la traca final que acabó por desmadrar el culto a 'Los bingueros' en el siglo XXI. Todos estamos de acuerdo en algo sobre la operación Gürtel: su trama costumbrista, encabezada por Correa y el Bigotes, parece sacada de una comedia cuñada de Pajares y Esteso sobre la financiación de los partidos políticos en España. Pues bien: resulta que Álvaro Pérez Alonso, el Bigotes, salía en 'Los bingueros'. Y no es un chiste: el Bigotes interpreta a un funcionario del INEM encargado de encontrar trabajo para un sexador de pollos (Fernando Esteso). Que se dice pronto.

El Bigotes, sobrino de la exmujer de Pajares, era entonces el joven manager del actor. Y ahora es cuando deberíamos analizar el salto de rodar 'Los bingueros' a montar mítines y bodorrios para José María Aznar -¿son ambas facetas la misma cosa?- pero igual lo dejamos para mejor ocasión...

Porque vamos a lo que vamos. 'Los bingueros' llegó a ser el hito que es hoy tras no pocos altibajos. Comenzó arrasando en taquilla en el año 79, pero pronto llegarían las malas noticias: los progres y los modernos de los ochenta dieron la espalda a la caspa y el destape en favor de productos culturales más sofisticados. El underground rescataría más tarde a Pajares y Esteso del estercolero cultural. Luego llegó la recuperación popular vía Torrentes. Y ahora viene la Academia de Cine a dar a Ozores el empujón final hacia el prestigio cultural (lo siguiente, por lógica, debería ser una entrevista de Juan Cruz a Ozores en 'El País Semanal').

Conclusión: Lo 'ozoriano' ha mutado en hegemonía cultural 'gramsciana' asumida tanto por la izquierda punkie como por la derecha 'gürteliana', y hasta por lo más granado de las instituciones culturales del país. Ya es oficial: este reportero es la última persona en España a la que no le hace gracia alguna 'Los bingueros'. Un freak, un indeseable, un paria social que no se representa ni a sí mismo… ¡Qué pena, de verdad, qué pena!

He visto cosas que no creeríais: punkies enloquecidos jaleando escenas de 'Los bingueros' más allá de Orión...

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