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Leo Jiménez, el heavy español a la conquista de América: "¡Ostras, aquí tenemos trabajo!"
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Víctor García

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Víctor García

Leo Jiménez, el heavy español a la conquista de América: "¡Ostras, aquí tenemos trabajo!"

Inició su carrera profesional como vocalista a los 19 años en Saratoga y ahora, en solitario, está recogiendo los frutos que lleva sembrando al otro lado del charco desde 2009 con Stravaganzza

“Es un honor esta llamada”. Leo Jiménez no es alguien que esté acostumbrado a que un medio generalista como El Confidencial dé un amplificador a su voz. Los cantantes heavies tienen complicado lanzar agudos en España… quizás por eso, desde hace seis años cruza continuamente el charco plantando semillas que están dando en la actualidad buenos frutos: “En Colombia fuimos recibidos por 200 personas con pancartas en el aeropuerto y a Ecuador calculo que la próxima vez que vayamos de gira llenaremos salas de más de 1.000 personas en cada show”. En marzo, Leo aterrizó en Madrid después de ‘curiosear’ en cuatro fechas por Estados Unidos y sacó una conclusión: “¡Ostras, aquí tenemos trabajo!”. Su próximo álbum lo lanzará en castellano y en inglés porque está comenzando a notar movimiento en países del centro y norte de Europa. ¿Cómo ha conseguido este ascenso? Entre otras cosas, “perdiendo unos cuantos kilos en cada show…”.

Leo Jiménez comenzó su carrera profesional a los 19 años de edad, “cuando había buenos cantantes pero ninguno con una depurada técnica vocal. Con clases de canto, fijándome en artistas internacionales y dicha técnica ofrecí algo que no había y encontré mi hueco”. Ahora cuenta con 35 y tras su triunfal paso por Saratoga, en 2006 decidió agarrar un volante y escribir su propio libro de ruta. Primero fundó Stravaganzza, luego Leo 037 y, finalmente, se quedó con Leo Jiménez. Aunque siempre –lejos de un micrófono y un escenario- ha sido Juan Daniel Jiménez González. “Diferencio mucho la persona del personaje. Uno es Leo, al que le resbala todo, y otro es Juan Daniel, sensible y cuya vida es familiar y secreta para el público. El alter ego de Leo se apodera de la persona en un concierto. Hay veces que repasando algún DVD digo: “¡Ostras! ¿Ese tío soy yo? Qué fuerte…” Pero es la manera de darlo absolutamente todo –ya sea para 10 personas o 20.000- cuando subo a un escenario. Si quieren a un dios yo se lo voy a dar”.


Vídeo: Parte I de concierto de Leo en el Circo Volador (México DF)

En sus 16 años de carrera es ahora “con internet, cuando más conocido soy en todo el mundo. Más que con Saratoga. Me llega una cantidad brutal de mensajes de Latinoamérica, España y Europa… ¡incluso desde Transilvania! A nivel de fama internet provoca que suba de una manera bestial, pero ahora la industria musical no es tan bonita como cuando empecé. Debes trabajar dos o tres veces más, no desconectas ni una hora al día. Y yo no me puedo quejar porque tengo fan de casi todas las partes del mundo y es lo que me importa. No pretendo hacerme rico y famoso e irme a vivir a un casoplón, sólo que la gente disfrute de lo que hago y que a los 80 años pueda ver y mostrar mi legado”, comenta Leo, quien a pesar de tener más trabajo fuera, continúa viviendo y durmiendo en su pueblo, Fuenlabrada.

“Normalmente doblamos la asistencia de un show al siguiente”

Con su voz (y su guitarra), presencia y filosofía ha logrado el complejo reto de vivir de la música como vocalista heavy. “En 2006 dejé Saratoga siendo consciente de que tenía demanda en solitario tanto en España como en Latinoamérica. La primera vez que viajé para allá fue en 2009 con Stravaganzza a un festival y, aunque en este show no te podías percatar de cuánta gente había venido por mí, en la firma de merchandising y discos me di cuenta de que tenía mi público porque –además de ser larga la cola- tenían álbumes originales que no se vendían allí. “¿Cómo coño han conseguido esto?... Aquí hay gente”, me dije. Y entré por México, donde ahora si voy para allá no tengo problema en poner 4 o 5 fechas, también tengo público en Chile, Venezuela, Guatemala, Costa Rica, Ecuador… prácticamente en todos los países salvo Brasil, que debo trabajar en ello. En mayo he dado cuatro conciertas como artista invitado de Mago de Oz para audiencias de unas 6.000 personas y comprobé que la gran mayoría cantaba mis canciones… la próxima vez que regrese allí sé que puedo hacerlo en salas de más de 1.000 personas. Ascendemos a pasos agigantados, normalmente doblamos de una vez a otra, y esto lo he logrado dejándome la piel y perdiendo unos cuantos kilos en cada show…”.


Vídeo: Saratoga - Si amaneciera

En marzo plantó sus primeras semillas por Estados Unidos. “En Los Ángeles y nueva York habría más de 300 personas en cada actuación y en Chicago y Washington algo menos de la mitad. Pero sé que la próxima vez habrá más porque la gente se fue contenta. Hubo un chico que tras el concierto se me acercó y me dijo: “No he entendido nada pero me ha encantado. No había visto nunca a nadie canta el Painkiller (Judas Priest) como tú”. Y se llevó los diferentes discos que se vendían en el merchandising. Ese es un fan para siempre”. Leo demuestra cómo su caminar por América es un ejemplo incipiente de éxito, aunque no a todos les ha ido igual de bien... "allí, por ejemplo, lo que nosotros llamamos rock urbano no gusta tanto", advierte.

“La Voz me parece una mierda”

“No hay que dormirse nunca”. Y así, en alerta, prepara su cuarto disco en solitario que saldrá en 2016. “El anterior, Apocalipsis (un directo grabado en México DF y lanzado en mayo), me ha servido para asentarme. Con el nuevo pretendo dar un paso más puesto que lo voy a editar en castellano y en inglés viendo que existe demanda en Estados Unidos y por Europa. ¡Me encantaría tocar por Finlandia o Alemania! Todas las canciones están compuestas y habrá un buen porcentaje de ellas que sean tranquilas, casi baladas, y otras de metal extremo. Soy más de Pantera que de Poison”.


Vídeo: Stravaganzza - Hijo de la luna

La evolución de la carrera musical de este vocalista coincide con el auge televisivo de un programa que tiene mucho que ver con su labor: La Voz. “Me parece una mierda. La primera edición la vi con ilusión porque es algo que se refería a mi oficio y profesionalmente me parecía bonito. Pero tres amigos que tengo dentro del programa me empezaron a contar lo que sucedía y cuando vi que se trataba de un circo lleno de farándula y postureo dejé de verlo. Allí no importa lo que cantes, sino si lloras, tienes unas buenas tetas o eres un personaje raro. Los couchers son los más beneficiados porque al final son los que tienen publicidad, retoman proyectos, hacen giras, sacan discos… me jode por los chavalitos. Si el día de mañana hicieran un programa –me da igual que haya flamenco, pop o cualquier otro estilo- y necesitan un coucher que sea de verdad no tendría problema en acudir… Pero la condición es que debe ser un concurso de verdad. Con valores”.

“Es un honor esta llamada”. Leo Jiménez no es alguien que esté acostumbrado a que un medio generalista como El Confidencial dé un amplificador a su voz. Los cantantes heavies tienen complicado lanzar agudos en España… quizás por eso, desde hace seis años cruza continuamente el charco plantando semillas que están dando en la actualidad buenos frutos: “En Colombia fuimos recibidos por 200 personas con pancartas en el aeropuerto y a Ecuador calculo que la próxima vez que vayamos de gira llenaremos salas de más de 1.000 personas en cada show”. En marzo, Leo aterrizó en Madrid después de ‘curiosear’ en cuatro fechas por Estados Unidos y sacó una conclusión: “¡Ostras, aquí tenemos trabajo!”. Su próximo álbum lo lanzará en castellano y en inglés porque está comenzando a notar movimiento en países del centro y norte de Europa. ¿Cómo ha conseguido este ascenso? Entre otras cosas, “perdiendo unos cuantos kilos en cada show…”.

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