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Destruyendo mitos: ¡El apalancamiento no es malo!
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Javier Molina

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Destruyendo mitos: ¡El apalancamiento no es malo!

La idea es bien simple, tomando prestado, de una forma u otra, puedo comprar más exposición al activo y, por tanto, superar lo generado por una inversión en efectivo

Foto: Bolsa de valores de Nueva York (Efe)
Bolsa de valores de Nueva York (Efe)

En las últimas tribunas que he publicado en esta misma sección expuse temas que me parecían fundamentales, como la necesidad de establecer siempre un nivel máximo de pérdidas en toda operativa y la existencia de productos que permiten aprovechar caídas del mercado sin estar influenciados por temas como vencimiento o volatilidad implícita y futura. Curiosamente, algunos lectores me pusieron a caldo y hasta me tildaron de temerario por hablar de ETFs inversos. Unos no veían la necesidad de usar 'stops' de protección y otros me querían colgar por decir que uno se puede poner bajista en mercado y hasta ganar cuando caen los precios.

Movido por esta motivación de seguir levantando pasiones, hoy me atreveré a demostrar que el apalancamiento, bien utilizado y entendido, puede ser bueno y rompe, incluso, con teorías como el CAPM. A muchos inversores y traders les sigue seduciendo la idea de multiplicar su capacidad de inversión y es por ello que productos como los CFDs, las cuentas con margen, los futuros y demás atraen a un buen número de participantes del mercado. La idea es bien simple, tomando prestado, de una forma u otra, puedo comprar más exposición al activo y, por tanto, superar lo generado por una inversión en efectivo. Por ejemplo, si tengo 1000 euros y en mi cuenta del bróker me dejan otros 1000 euros (a cambio de un interés o comisión) quiere decir que me estoy apalancando en 2 veces. Esto lo aprende rápido y veloz el inversor y hasta se lanza a la aventura con resultados, por lo general, dramáticos. El fallo, como siempre, radica en la cuestión principal de cuándo utilizar ese apalancamiento (que en sí mismo no es malo) y cuándo reducir riesgo. Pero a eso no se suele enseñar nunca y la teoría académica dice que es imposible hacer un 'timing' del mercado y, por tanto, del uso del apalancamiento.

Al moverse el mercado y la volatilidad por tendencias, el uso de apalancamiento puede ser muy beneficioso en la gestión de carteras

Sin embargo, estudios de M.Gayed y C.Bilello han evidenciado lo contrario y concluyen que al moverse el mercado y la volatilidad por tendencias, el uso de apalancamiento (una vez entendido correctamente) puede ser muy beneficioso en la gestión de carteras.

Y antes de que me caigan más palos, para nada les estoy incitando al uso del apalancamiento, sino que quiero demostrar que, bien utilizado en momentos de mercado determinados, se consigue mayor rentabilidad sin entrar en mayor riesgo. Ya hemos visto las consecuencias de la avaricia utilizada en formato efecto multiplicación. La idea es que no lo utilice nunca salvo que, entienda y apruebe, lo que vamos a ver ahora.

La primera de las ideas que debemos entender es que, el principal problema del apalancamiento es la volatilidad, pero no por los problemas de la re-inversión y los efectos de la rentabilidad compuesta. Fíjese en el siguiente caso y sus efectos.

Caso 1. Simplemente sacamos la rentabilidad en 6 días del activo con reinversión diaria. En la evolución 1, donde sube cada día un 3%, su rentabilidad acumulada final es del 19,41% con nula volatilidad. En la evolución 2, se llega al mismo resultado pero con mucha mayor volatilidad.

Caso 2. Si aplicamos ahora apalancamiento de 2 veces, fíjese cómo se comporta ahora la rentabilidad por el impacto de la mayor volatilidad de la evolución 2.

Caso 3. Si aplicamos ahora un apalancamiento de 3 veces, las diferencias son aún mayores.

Todo esto para demostrar que, al utilizar apalancamiento en el activo que sea, la rentabilidad en el tiempo estará en función del comportamiento tendencial del activo, la forma de moverse (lo que hemos llamado evolución en el ejemplo) y de la volatilidad. Tendrá sentido su uso, una vez conocido en profundidad el riesgo asumido, en aquellos casos tendenciales y de baja volatilidad. Por el contrario, para activos con mucha volatilidad no debería utilizarse el apalancamiento salvo para muy corto plazo.

Ahora nos falta ubicarnos en la tendencia para ver si tiene sentido o no aplicar ese efecto multiplicador. Y para ello, los autores arriba mencionados utilizan las Medias Móviles. Este es un concepto técnico ampliamente conocido por los inversores donde, básicamente, se considera tendencia alcista cuando se rompe (la cotización) al alza algún tipo de media y bajista cuando rompe a la baja.

Una de las medias móviles más utilizadas es la de 200 sesiones. Sin embargo, si comparamos una estrategia de comprar y mantener el S&P500 en periodos alcistas, con la idea de comprar cuando se rompe la media de 200 al alza, los resultados serían muy malos en comparación a la primera. Es decir, no nos da buenos resultados. Lo vemos en la siguiente tabla.

Pero donde sí nos sirve y tiene su sentido respecto a lo que estamos estudiando es en periodos bajistas. Si hacemos lo mismo -vender cuando se rompe a la baja la media de 200 sesiones- los resultados son mucho mejores. Fíjese que el último período bajista, octubre 2007 a marzo 2009, el comprar y mantener hubiera dado un -55%, pero si hubiéramos salido al calor de la rotura de la media móvil de 200, la pérdida hubiera sido del 10%. La media móvil nos sirve, por tanto, como medida de protección ante caídas.

De esta forma y desde 1928 hasta ahora, en los períodos de expansión, en el 81% de los casos, se ha estado por encima de la media frente al 31% del tiempo en recesión. En recesión, el S&P ha cotizado por debajo de la media de 200 sesiones, el 69% de los casos frente al 19% durante las expansiones.

La siguiente conclusión a la que se llega es que cuando el activo cotiza por debajo de su media móvil, la volatilidad es considerablemente mayor que cuando lo hace por encima. Y entonces, el utilizar la Media Móvil como un indicador de volatilidad, más que de tendencia, puede ser clave para poder utilizar apalancamiento.

Vamos a los números. En primer lugar, comparamos la estrategia de comprar y mantener (gestión pasiva) con el comprar y mantener usando las medias móviles. Todo ello sin apalancamiento.

Vemos claramente que la gestión pasiva daría un 9,1% anualizado con una volatilidad del 18,9%. Si usamos las medias móviles para entrar y salir de mercado, se obtiene una rentabilidad/riesgo que supera a la gestión pasiva. El uso de las medias móviles ayudan, por tanto, a minimizar riesgos.

Si ahora comparamos la gestión pasiva contra gestión pasiva con apalancamiento, vemos como los datos se disparan. Con 2 veces apalancamiento se obtiene un 13,7% de rentabilidad anualizada pero, con una volatilidad del doble. Vamos, que no se me ocurriría llevar a cabo esa estrategia.

Pero donde quiero llegar es a esta otra conclusión. El uso controlado del apalancamiento mediante el empleo de las medias móviles de 200 sesiones si se demuestra efectivo.

Fíjese cómo la gestión pasiva que da un 9,1% anual con volatilidad del 18,9% es claramente inferior al estar apalancado en 1,25 veces. En este caso, se obtiene un 12,5% anual con menor volatilidad. Si vamos a 2 veces, la rentabilidad sube al 19,1% anual pero, obviamente, el riesgo sube aunque no tanto. Pasa del 18,9% sin apalancamiento al 24,9%.

Gráficamente, una inversión de 10.000 dólares en 1928, aplicando esta estrategia de apalancamiento de 1,25, 2 y 3 veces, usando la media móvil de 200 sesiones daría estos resultados.

Así las cosas, nadie debería utilizar el apalancamiento si antes no entiende otras mil cosas. Eso de invertir en CFDs o futuros sin tener claro lo que se hace, termina mal. Pero, guiado por principios como los que hemos visto, el apalancamiento funciona y lo hace mucho mejor cuando existe baja volatilidad, dando una mayor probabilidad de rentabilidades positivas. Cuando existe, sin embargo, mucha volatilidad produce resultados peores y no debiera de utilizarse. Y así lo muestran los datos. Las medias móviles dan una información muy valiosa sobre lo que puede suceder con la volatilidad y su uso, como 'market timing', proporciona un menor riesgo para un mismo nivel de rentabilidad.

Y todo esto viene a que, en el mercado actual, aquellos inversores profesionales se encuentran justo con precios del S&P por encima de la media móvil de 200 y con mínima volatilidad, las condiciones correctas para el uso de apalancamiento. Buen momento para ver si funciona desde la barrera.

Nota: el autor no induce ni recomienda el uso alguno de apalancamiento.

En las últimas tribunas que he publicado en esta misma sección expuse temas que me parecían fundamentales, como la necesidad de establecer siempre un nivel máximo de pérdidas en toda operativa y la existencia de productos que permiten aprovechar caídas del mercado sin estar influenciados por temas como vencimiento o volatilidad implícita y futura. Curiosamente, algunos lectores me pusieron a caldo y hasta me tildaron de temerario por hablar de ETFs inversos. Unos no veían la necesidad de usar 'stops' de protección y otros me querían colgar por decir que uno se puede poner bajista en mercado y hasta ganar cuando caen los precios.

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