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Esto es de risa, tres partidos argumento para poner en duda a Mourinho
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

Esto es de risa, tres partidos argumento para poner en duda a Mourinho

En el pasado mes de mayo todo eran elogios. Mourinho era aclamado por todos. Se hablaba del Real Madrid de los récords, de los 100 puntos,

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Esto es de risa, tres partidos argumento para poner en duda a Mourinho

En el pasado mes de mayo todo eran elogios. Mourinho era aclamado por todos. Se hablaba del Real Madrid de los récords, de los 100 puntos, de los goles sin fin en una Liga que celebraban todos los madridistas en Cibeles con el portugués a la cabeza. Tal era la sintonía que el técnico creyó que era el momento idóneo para anunciar una renovación cerrada meses atrás. Afición e incluso prensa estaban de acuerdo y nadie ponía un pero a un Real Madrid imperial, según se decía. Pero el milagro del fútbol ha vuelto a obrar y tres partidos después, han leído bien, son suficiente argumento para cuestionar métodos, maneras y formas de un exitoso técnico tres meses atrás.

Dos derrotas y un empate han bastado para dar la vuelta al calcetín. El resultadismo, apoyado en esta ocasión en una imagen que dista mucho de ser de la del equipo que se llevaba por delante a todo aquel que se ponía por delante en el pasado campeonato liguero, señala a un once que por delante tiene 36 partidos para dar la vuelta a una situación que leyendo y escuchando comentarios y criticas, se antoja como imposible de voltear. Seamos serios. Quedan 108 puntos en juego y los campeonatos se ganan y pierden en febrero y marzo, justo cuando la Champions entra en juego.

La placentera situación del verano ha dado paso a la tensión que siempre llega cuando en un equipo como el Real Madrid no gana en tres partidos seguidos. Y mas cuando una de esas derrotas llega ante el Barcelona. Por suerte o por desgracia, Mourinho tiene la oportunidad de que todo vuelva a su ser o a que se disparen todas las alarmas y que todos los que le están esperando, que son muchos, tengan o no argumentos para la crítica y el ataque personal y deportivo. El crédito dentro del actual Real Madrid parece ilimitado, pero ver al Barcelona levantando la Supercopa en el Bernabéu puede doler y mucho en el madridismo. Mourinho lo sabe y de ahí el toque publico y privado que dio a sus jugadores tras el esperpento de Getafe.

El Real Madrid actual es el mismo al que gano la Liga. Modric, el único refuerzo por el momento, aterrizó ayer, en una maniobra nada acertada. Por lo menos da que hablar el anuncio de su llegada diez horas después del fallo ante el Getafe. El efecto cortina de humo no lo evita ni los dos meses de negociaciones. Lo curioso es que la plantilla necesitaba retoques que no han llegado porque los responsables no lo han considerado oportuno. Ahora entran las dudas y se buscan respuestas y soluciones cuando no se han encontrado durante todo el verano. Si mañana conquistan el primer titulo de la temporada todo volverá a su ser. En caso contrario, dudas y mas dudas.

En el pasado mes de mayo todo eran elogios. Mourinho era aclamado por todos. Se hablaba del Real Madrid de los récords, de los 100 puntos, de los goles sin fin en una Liga que celebraban todos los madridistas en Cibeles con el portugués a la cabeza. Tal era la sintonía que el técnico creyó que era el momento idóneo para anunciar una renovación cerrada meses atrás. Afición e incluso prensa estaban de acuerdo y nadie ponía un pero a un Real Madrid imperial, según se decía. Pero el milagro del fútbol ha vuelto a obrar y tres partidos después, han leído bien, son suficiente argumento para cuestionar métodos, maneras y formas de un exitoso técnico tres meses atrás.

José Mourinho