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Álvaro Arbeloa se disfraza de capitán y salva a Karim Benzema de la guillotina
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José Félix Díaz

Álvaro Arbeloa se disfraza de capitán y salva a Karim Benzema de la guillotina

Un gesto bastó para dar la vuelta al que era un pensamiento único, ese que Arbeloa llevó a cabo tras un claro error de Karim Benzema frente al Getafe

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Un gesto bastó para dar la vuelta al que era un pensamiento único. El Bernabéu había tomado la matrícula a Karim Benzema desde el inicio de la temporada y el partido del domingo fue el marco ideal para que esos pitos volvieran a aparecer. Y así fue durante algunas fases del partido, esas en las que el francés se vuelve silencioso y transparente, que sirven para desesperar tanto al madridista como al invitado al feudo blanco.

El punto álgido de esa protesta estaba a punto de aparecer tras un fallo a puerta vacía, precedido de un remate forzado. Pero de repente lo que iba a ser una nueva bronca se mudó hacia una más que apreciable ovación al francés. ¿Qué había podido pasar para que el que iba a ser guillotinado, deportivamente hablando, pasara a ser ovacionado? Un gesto de Arbeloa a la grada. Nada más. Sin serlo, el lateral ejerció de capitán para frenar el ímpetu de la grada, para revertir una situación a la que ni los dos goles de Estambul habían servido de remedio.

Criticado en la selección francesa, la afición del Real Madrid le respeta y algunos sectores le consideran como el líder espiritual del madridismo de a pie. La grada sabe hasta dónde puede llegar, pero premian su entrega y carácter aguerrido, el mismo que le ha granjeado alguna que otra enemistad.

Arbeloa se identificó con Mourinho hasta el punto de distanciarse de sus compañeros de Selección, tanto del Real Madrid como del Barcelona; señaló a la prensa (algo que está muy de moda hoy en día en el entorno del madridismo) y no dudó a la hora de apoyar a Özil en su adiós al club blanco, algo que no gustó por la zona noble del Bernabéu.

Ahora, y tras acercarse un tanto a Sergio Ramos, tal y como mostraron ambos en las redes sociales, ha suavizado una situación que fue muy tensa durante la pasada campaña. El diálogo con algunos compañeros fue prácticamente inexistente, pero supo manejar la situación hasta convertir en normal una relación que se había perdido por culpa del posicionamiento de unos y otros hacia Mourinho. Ahora le queda resolver su distanciamiento con Casillas. Complicado.

El gesto del domingo dignifica a un jugador que dio la cara por un compañero, que poco le importó enfrentarse a una afición que en ese momento tenía claro que Benzema no era un personaje grato. Al menos durante unos minutos, el francés pasó de héroe a villano y todo gracias a Arbeloa, que ha demostrado que no solo es un líder en eso de las redes sociales. Por cierto, el capitán del pasado domingo era Pepe.

Un gesto bastó para dar la vuelta al que era un pensamiento único. El Bernabéu había tomado la matrícula a Karim Benzema desde el inicio de la temporada y el partido del domingo fue el marco ideal para que esos pitos volvieran a aparecer. Y así fue durante algunas fases del partido, esas en las que el francés se vuelve silencioso y transparente, que sirven para desesperar tanto al madridista como al invitado al feudo blanco.

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