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Simeone se tiene que quitar la careta de una vez y aparcar la modestia
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

Simeone se tiene que quitar la careta de una vez y aparcar la modestia

Simeone debe quitarse la careta. Se ha ganado ese derecho con resultados y debe aparcar la modestia. Esa ambición no tiene motivo alguno para ser mala

Foto: Simeone, durante una rueda de prensa
Simeone, durante una rueda de prensa

Simeonedebe quitarse la careta. Se ha ganado ese derecho y debe aparcar la modestia. Esa ambición no tiene motivo alguno para ser mala. Al revés, todo un estímulo para afición y jugadores. Ya es hora de que dé un paso y que reconozca que suAtlético, ese mismo que ahora trata de igual a igual al Barcelona, tal y como demostró en laSupercopa, el que pelea por no caerse del primer puesto de la Liga, vuelve a ser un grande, un equipo que lucha por todos los títulos que disputa.

El argumento del ‘partido a partido’ ya no vale. Este Atlético ha crecido y vuelve a ocupar el puesto que nunca debió dejar atrás, el de un candidato a todo y que por culpa de la mediocridad en la que ha vivido muchos años, perdió de la misma manera que malgastaba millones en fichajesy operaciones que pocos acertaban a comprender.

Lo curioso es que ese resurgir ha llegado cuando lasinstitucionesoficialeshan cerrado el grifo al Atlético y a sus dirigentes. No hay lugar a experimentos, ni afichajesmillonarios. Ahora toca pagar por lo hecho en las décadas pasadas. Es el momento de apelar a la cordura, a las cosas hechas con sentido, por mucho que duela a los aficionados, esos que reclaman otrosfichajescuando ven que se marchaFalcaoa cambio de 50 millones de euros (10 fueron a parar al clubrojiblanco) y en su lugar aparecen Villa,Aranzubía,Baptistaoy los no deseados GuilavoguiyAlderweieldo cuando saben que Adrián oJuanfrantuvieron el cartel de transferibles hasta el último día de mercado. Es el Atlético real, el de ahora, el que sabe vivir en la ‘austeridad’ y la combina a la perfección con el éxito gracias a la gestión deSimeone.

El argentino atravesó momentos de duda, de mirar hacia otro lado, de arrepentirse de no haber aceptado alguna de las ofertas llegadas desde Italia (InteryNápoles), pero esos momentos le han hecho más fuerte, se ha aferrado al grupo. Desconfía de algunas cosasque le llegan desde arriba, pero su fe ha crecido hacia el equipo, ese mismo al que ha dado forma y que parece haber convertido en imbatible. ¿Lo dudan? Diez de diez. Siete en Liga, dos de laSupercopay una de laChampions.

En elSantiago Bernabéusiguen sin ver al Atlético como rival. Curioso tras lo visto el sábado. No incomodan los cinco puntos de ventajarojiblancosy sí losazulgrana. Tal cual.

Simeonedebe quitarse la careta. Se ha ganado ese derecho y debe aparcar la modestia. Esa ambición no tiene motivo alguno para ser mala. Al revés, todo un estímulo para afición y jugadores. Ya es hora de que dé un paso y que reconozca que suAtlético, ese mismo que ahora trata de igual a igual al Barcelona, tal y como demostró en laSupercopa, el que pelea por no caerse del primer puesto de la Liga, vuelve a ser un grande, un equipo que lucha por todos los títulos que disputa.

El argumento del ‘partido a partido’ ya no vale. Este Atlético ha crecido y vuelve a ocupar el puesto que nunca debió dejar atrás, el de un candidato a todo y que por culpa de la mediocridad en la que ha vivido muchos años, perdió de la misma manera que malgastaba millones en fichajesy operaciones que pocos acertaban a comprender.

Diego Simeone
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