Es noticia
El enigmático 'caso Llorente': pasar de despedido a fichaje estrella
  1. Deportes
  2. Es lo que hay
Antonio Sanz

Es lo que hay

Por

El enigmático 'caso Llorente': pasar de despedido a fichaje estrella

Hace justo un año, se confirmaría oficialmente avanzado el mes de enero, Fernando Llorente se comprometió formalmente con la Juventus de Turín

Foto: Fernando Llorente celebrando un tanto frente al Udinense.
Fernando Llorente celebrando un tanto frente al Udinense.

Hace justo un año, se confirmó oficialmente avanzado el mes de enero, Fernando Llorente se comprometió formalmente con la Juventus de Turín… siendo futbolista del Athletic de Bilbao. El acuerdo se extendió a cuatro temporadas que comenzaron a contar el uno de julio… de ese curso. Cumplidos esos seis meses, y cuando ni siquiera había comenzado la competición oficial, el abogado encargado de negociar aquel contrato recibió una comunicación conminando al letrado a exponer a su cliente que lo mejor para todos, Juve y Llorente, era buscar una nueva ubicación deportiva para el delantero riojano. Trascurridos otros seis meses más, ya no se cuestiona el rendimiento de Llorente. Ni entre el staff deportivo del club, ni entre la masa social ‘bianconera’, ni siquiera entre los medios de comunicación transalpinos que tildaron al chico de mocetón guapo y esbelto, y poco más. Tanto ha cambiado su vida que hasta el seleccionador Del Bosque lo vuelve a incluir en el peleado casting del ‘9’ con vistas al Mundial de Brasil.

La negativa a renovar y continuar en el Athletic, entidad a la que llegó siendo un niño desde su Rincón del Soto, provocó un cisma en su vida personal, acosado por los seguidores más radicales del club, y profesional, carne de banquillo e incomprendido por Bielsa. Muchos meses antes, a los once años, José Mari Amorrortu, hoy director deportivo del Athletic y entonces cazatalentos y gran conocedor de cantera, convenció a sus padres para que aceptasen que viviese con una familia de acogida de íntima amistad del verdadero valedor de ese crío tan espigado como elegante en el juego. No sería la única vez que Amorrortu llamó a su puerta. En el verano de 2007, cuando el Liverpool FC compró al Atleti a Fernando Torres, el director de fútbol base madrileño, el mismo Amorrortu, sugirió al responsable del fútbol profesional, García Pitarch, que apostase por un jugador que no terminaba de despegar en el Athletic, tras dos años oscuros. Pitarch ‘arriesgó’ pagando casi lo mismo que abonaban los ingleses para traerse a Forlán del Villarreal.

Sin embargo, ese bienio 2005-07 no resultó su periodo más negro. La llegada de Caparrós, unida a la salida de Urzáiz, acentuó el protagonismo del goleador hasta alcanzar el verano de 2012. Tras una gran temporada bajo la batuta de Bielsa, las ofertas comenzaron a llegar a las oficinas de Ibaigane. Si el Bayern depositó la cláusula por Javi Martínez, la Juventus trató de negociar con la dirigencia bilbaína, sin éxito. A falta de un año, con las partes más que distanciadas, con el presidente desvelando en rueda de Prensa la reunión dónde se dijo que renunciaba a continuar, con el club filtrando los emolumentos que exigía el jugador para firmar, en definitiva, con un ambiente hostil en el entorno, la situación se convirtió en extrema. Los italianos llegaron a ofrecer cerca de 20 millones de euros, pero el Athletic remitió al jugador a su cláusula de rescisión de 36 ‘kilos’. Después, volvió a ofrecer 12 en la ventana de invierno con la misma respuesta. No obstante, lo peor para Llorente estaba por llegar: en el vestuario se cerraba el definitivo distanciamiento con Marcelo Bielsa.

De 53 partidos a 36 ratos

El cambio resultó radical. Fernando Llorente pasó de jugar 53 partidos oficiales con el Athletic convirtiendo 29 goles en la temporada 2011/12 a completar 36 ratos, sólo tres partidos completos, y 5 tantos, en la que fue su triste última campaña como bilbaíno. El bajo estado anímico y físico con que acabó el curso lo arrastró en los primeros entrenamientos a las órdenes de Antonio Conte en Turín. El primer episodio oscuro lo cubrió en pleno entrenamiento cuando delante del grupo lo abroncó en pleno mes de agosto, cuando supuestamente debía mimar y enseñar la doctrina del equipo al recién llegado. No mucho más tarde llegó la lapidaria frase de “Llorente necesita tiempo. Ha estado casi un año de turismo en Bilbao”, sentenció el técnico. Y esto es lo que envenenó durante esos primeros días al italiano. La mala forma y el mal estado anímico del futbolista.

Por eso, antes de empezar, el internacional español tuvo claro que su nueva situación sería especial, distinta a la de un fichaje estrella. No resultaría la de un campeón del mundo que refuerza la plantilla de un grande de Europa. La conversación que mantuvieron Julio Senn, su abogado, y Chus Llorente, su hermano, con Giuseppe Marotta, director general ejecutivo turinés, era más arena para quien atravesaba un desierto personal. No contaba para el entrenador y debía buscarse una salida, bien cesión o bien venta. La respuesta del jugador se centró en no rendirse, rechazar la propuesta de salida de la entidad y apurar el vínculo que acaba de abrir hasta 2017. Si las vacaciones siguieron durante agosto y septiembre, aunque se estrenó con el primer gol ante el Hellas Verona, el punto de inflexión se alcanzó con el doble duelo frente al Real Madrid en la Liga de Campeones, coincidiendo con la lesión de su compañero Vucinic. Si los blancos siempre han sido un club aspirante a contar con Llorente, y la grada lo cuenta entre los elegidos, cada gol en esa ‘eliminatoria’ cotizó al alza para él. Después, cuatro goles más en seis partidos de la Serie A.

Conte ha cambiado el discurso y explica que la cuestión del cambio de su delantero es tanto mental como física. Incluso, exige más aún a quien premia ahora con la titularidad. Lo ocurrido es que el delantero español ha conseguido recuperar la confianza perdida en San Mamés, el tono físico que pretendía el técnico y adaptarse al ritmo y frecuencia del Calcio. Con todo, las oportunidades concedidas lo han ubicado nuevamente en la plataforma de aspirantes para el ‘9’ de España en el Mundial. Ahora, todos hablan de acierto. Hace un año eran promesas de éxito, pero se fueron difuminando mientras calentaba banquillo en el Athletic. Entre medias, la Juve perdió la fe en Llorente. Hoy es intocable porque así de volátil es el mundo del Fútbol.

Hace justo un año, se confirmó oficialmente avanzado el mes de enero, Fernando Llorente se comprometió formalmente con la Juventus de Turín… siendo futbolista del Athletic de Bilbao. El acuerdo se extendió a cuatro temporadas que comenzaron a contar el uno de julio… de ese curso. Cumplidos esos seis meses, y cuando ni siquiera había comenzado la competición oficial, el abogado encargado de negociar aquel contrato recibió una comunicación conminando al letrado a exponer a su cliente que lo mejor para todos, Juve y Llorente, era buscar una nueva ubicación deportiva para el delantero riojano. Trascurridos otros seis meses más, ya no se cuestiona el rendimiento de Llorente. Ni entre el staff deportivo del club, ni entre la masa social ‘bianconera’, ni siquiera entre los medios de comunicación transalpinos que tildaron al chico de mocetón guapo y esbelto, y poco más. Tanto ha cambiado su vida que hasta el seleccionador Del Bosque lo vuelve a incluir en el peleado casting del ‘9’ con vistas al Mundial de Brasil.

Vicente del Bosque
El redactor recomienda