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Cristiano y la conversión de Rafa Benítez por encima de Mourinho
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Antonio Sanz

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Cristiano y la conversión de Rafa Benítez por encima de Mourinho

Nasser Al-Khelaifi, el dueño de PSG, se ha comprometido a firmar a un jugador del Madrid y quiere al que para él es el mejor jugador del mundo, algo en lo que ya coincide con el técnico de los blancos

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No le ha quedado más remedio que aceptar la fe ‘cristiana’. Por el bien común. Rafa Benítez, en un golpe de sensatez, ha buscado recortar en una conferencia de Prensa la distancia que lo separa desde hace años de la estrella portuguesa. Consciente de que habían sido más los gestos hacia otros que hacia Cristiano, el técnico madrileño ha optado por ahogar cuitas y tender la mano a quien entiende este negocio como un deporte individual. Sabedor, el míster, de que penetramos en el que podría ser último curso del chico en Madrid, para qué vivir en un espacio diferente si ambos, en definitiva, van a pelear por lo mismo, por lograr el éxito. El Real Madrid cierra heridas y cicatriza posturas. Esa es también la labor del buen entrenador. Y Rafa lo es. Por eso, no puede comportarse ajeno a la buena convivencia en la caseta. Otra cosa son los despachos. Esa no es su guerra, aunque en ocasiones, el técnico guste pisar esos terrenos con el riesgo del tropiezo.

¿Con quién va a posicionarse el entrenador del Liverpool FC? ¿Con el mejor jugador del United? Se han rescatado unas declaraciones de hace seis temporadas en las que Benítez igualaba al reciente ganador del Balón de Oro con otros futbolistas. Aquella manifestación relataba que Cristiano “es un gran jugador, pero no el mejor porque a su nivel están Kaká, Messi o Rooney, o dos de mi equipo -Gerrard y Torres”-. Así se expresaba el técnico. De otra forma, menuda se hubiera liado en una parte del Merseyside si los elogios hubieran abundado en la figura del portugués. A la máxima figura del eterno rival, ni agua. O se imaginan a Luis Enrique alabando a Ronaldo por encima de Messi. Pues eso trasládenlo a un Liverpool FC-Manchester United porque hasta Mourinho ha destacado a Hazard por encima de su compatriota y antiguo amigo. Un ‘Mou’ que se ha vuelto ateo con Cristiano tras el enfrentamiento personal que los separó definitivamente en la caseta del Bernabéu. Un ‘Mou’ que aprovecha cualquier motivo para entrar a matar a Benítez. Dos entrenadores cuyo esfuerzo ha sido máximo, al no contar con pasado de jugador contrastado, para figurar en primera línea. La cordialidad entre ambos se destruyó cuando el madrileño lo empezó a ganar. Para Rafa, Jose solo ha entrenado buenos equipos, de ahí su éxito. Para Mourinho, Benítez no pasa de ser un hombre con buena suerte.

“Sólo ves ofensa contra los portugueses”

La conversión de Rafa nació con el desaire público del delantero hacia el nuevo técnico. Esa acción en un entrenamiento agrandó la leyenda. El comentario altanero del ‘7’, “sólo ves ofensa contra los portugueses”, trató de desnudar al técnico que, sin embargo, guardó templanza, se cargó de experiencia y arruinó las esperanzas de los agoreros que se frotaban las manos con una relación cargada de antipatía. Benítez es consciente del alto nivel competitivo y del buen rendimiento que le va a ofrecer Ronaldo durante la temporada, siempre que su lastimada rodilla se lo permita. Aún así, el grado de ambición del entrenador provoca que trate de mejorar sus prestaciones. Sí, en esa nómina no está excluido el para muchos mejor del mundo. Por eso, el entrenador decidió echar arena al intempestivo fuego creado por el luso. “Siempre trato de potenciar a los jugadores que integran mi plantilla. Ser competitivo es una virtud, no un defecto. Trabajando con Cristiano entiendes por qué es el mejor del mundo”. No importaba que días atrás igualara el nivel y situase a Bale, Benzema o James en la órbita del portugués. Entonces pretendía halagar a gran parte de la plantilla. Entendía que el ego del goleador no se vería tan afectado. Pero se equivocó. De nada servía descubrir aquel sueño de verano que tuvo cuando lo quiso fichar para el Valencia.

La primera medida que decidió el entrenador fue visitar a Gareth Bale antes de un partido internacional. Recorrió la isla británica desde el norte, donde se encuentra su residencia familiar, hasta Gales para entregar confianza al que desde el ático blanco se considera el jugador franquicia para los próximos años. Benítez conoce que debe mimar al futbolista en función de su carácter y de su introvertida personalidad. En el club se explica que ese guión de seguridad le puede venir bien a quien es casi una isla en el vestuario blanco. Y más, cuando sobre las espaldas del ex jugador del Tottenham se pretende construir el futuro más inmediato del Real Madrid. Un futuro en el que ya no pinta Cristiano Ronaldo. Pero como el presente preside todavía, el entrenador se ha visto en la obligación de dorarle la píldora y de situarlo por primera vez en lo más alto del pedestal. Un puesto de honor que se ha ganado con goles y rendimiento, si bien no cambia que se apunte a clausurar una etapa. Ya esta temporada se ha deslizado la posibilidad del abandono de Cristiano. Sin embargo, las opciones reales se reducían al empeño de Sir Alex Ferguson. El bravucón escocés trató de seducirlo para el nuevo proyecto de los ‘diablos rojos’. Así lo admitiría más tarde Van Gaal, “Ronaldo es el jugador que necesitamos para competir con los grandes de Europa”. Pero aquella persuasión no ha resultado eficaz. Para el delantero reescribir lo vivido no es la mejor elección.

El PSG, a expensas de la marcha de Ibra

Quien sí va a lanzar todo su empeño en convencer a Cristiano es el imperio catarí. El ‘fair play’ financiero detiene ese ardoroso ímpetu. El objetivo era eliminar de la plantilla a Zlatan Ibrahimovic, a quien le resta una temporada más de contrato. Una vez el sueco estuviera fuera, el salario de Ronaldo sería asumible para el París Saint Germain evitando sobresaltos financieros con las instituciones deportivas. Sin embargo, los coqueteos de ‘Ibra’ con el AC Milan no han terminado en flechazo porque la inversión económica aún no se ha descargado en el club lombardo. Por tanto, el escandinavo va a seguir en París y el madridista debe esperar una temporada más para desembarcar en Francia. Nasser Al-Khelaifi, el dueño del imperio, se ha comprometido a firmar a un jugador del Real Madrid. Este verano sondeó a Casillas, pero los técnicos le borraron la idea de la cabeza: optaron por un portero joven. Lo que ningún cortesano va a conseguir es convencerlo de no atrapar al que para él es el mejor jugador del mundo. En eso coincide ya con Rafa Benítez.

No le ha quedado más remedio que aceptar la fe ‘cristiana’. Por el bien común. Rafa Benítez, en un golpe de sensatez, ha buscado recortar en una conferencia de Prensa la distancia que lo separa desde hace años de la estrella portuguesa. Consciente de que habían sido más los gestos hacia otros que hacia Cristiano, el técnico madrileño ha optado por ahogar cuitas y tender la mano a quien entiende este negocio como un deporte individual. Sabedor, el míster, de que penetramos en el que podría ser último curso del chico en Madrid, para qué vivir en un espacio diferente si ambos, en definitiva, van a pelear por lo mismo, por lograr el éxito. El Real Madrid cierra heridas y cicatriza posturas. Esa es también la labor del buen entrenador. Y Rafa lo es. Por eso, no puede comportarse ajeno a la buena convivencia en la caseta. Otra cosa son los despachos. Esa no es su guerra, aunque en ocasiones, el técnico guste pisar esos terrenos con el riesgo del tropiezo.

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