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2017: el año definitivo para la carrera de Fernando Alonso en la Fórmula 1
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Javier Rubio

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2017: el año definitivo para la carrera de Fernando Alonso en la Fórmula 1

Con Verstappen y Rosberg por delante en el podio de 2016 -y Ferrari merecedora de la hojalata- el español mira al frente: nuevos coches, futuro de McLaren, fin de contrato...

Foto: Fernando Alonso, en una imagen de archivo. (Gtres)
Fernando Alonso, en una imagen de archivo. (Gtres)

Oro / Max Verstappen

No se viste de dorado al holandés como el mejor de la parrilla en 2016, sino por su impacto deportivo y mediático para la Fórmula 1. Hace cuatro años el niño Verstappen competía en karts, mientras hoy su precocidad y personalidad en pista han roto los esquemas al ‘stablishment’. Su implacable mentalidad competitiva, carente del menor complejo a pesar de su juventud, y la habilidad para llevar un monoplaza a otra dimensión en el cuerpo a cuerpo con sus rivales, parecen reafirmar ese anticipado futuro de campeón. Incluso hubo de modificarse el reglamento para atajar su irreverente agresividad defensiva. Si cuenta con el material adecuado, Christian Horner ya le ve como aspirante al título en 2017. Y por encima de todo, el impacto de su historia está trascendiendo los límites mediáticos de la Fórmula 1.

Plata / Nico Rosberg

Pocas clasificaciones periodísticas de final de temporada eran encabezadas por el piloto alemán. Enfrentando al sublime talento y genio naturales de Hamilton, Rosberg se antoja un voluntarioso esforzado del volante y el estudio técnico. Y si el británico sufrió con la fiabilidad mecánica, el piloto alemán elevó su nivel con gran capacidad de sacrificio para exprimir todas sus capacidades en una titánica tarea de oscuro trabajo cotidiano. En esa oscilante balanza que era la preeminencia en Mercedes, Rosberg desequilibró su fiel al superar a Hamilton en detalles técnicos decisivos que marcaron la última microdiferencia, pero que no llegan al gran público. Al margen de victorias decisivas como Baku, Singapur y Suzuka. Por primera vez Hamilton ha perdido frente a un compañero de equipo por el título con el mismo monoplaza.

Bronce / Fernando Alonso

Tendremos que conceder el mérito que el propio Fernando Alonso otorga a su rendimiento en 2016 si nos confiesa que esta ha sido “mi mejor temporada en la Fórmula 1 después de las de 2012 y 2014 (con Ferrari)”. Entonces, Alonso elevó dos auténticos 'botijos' rojos por encima del nivel que les correspondía en relación a maquinas rivales, en una disciplina donde el monoplaza tanto determina el rendimiento y la percepción de quien lo maneja.

En 2016, piloto español volvió a pulverizar a su compañero de equipo en las estadísticas. Pero, sobre todo, confirmó que su reconocimiento entre los grandes de este deporte viene determinado por temporadas como la presente, dejando títulos al margen. Prueba de ello es que Alonso ha sido situado en las primeras posiciones de prácticamente todas las clasificaciones que han resumido el pasado campeonato. Sus arrancadas y primeras vueltas de ‘Playstation’ han sido antológicas en 2016. Ha llevado al McLaren más allá de su posición objetiva en la jerarquía de la parrilla. Su colmillo competitivo sigue afilado. Y nos invita a preguntarnos de nuevo qué Alonso veríamos con un Mercedes o un Red Bull en las manos.

Hojalata / Ferrari

Sergio Marchionne puede ser un extraordinario talento en la industria automovilística, pero ha confirmado que aún tiene mucho que aprender en la Fórmula 1. La singular historia y carisma del equipo italiano le condenan como fracasado siempre que no logre el título. Pero Marchionne situó a Ferrari el pasado inivierno en un contexto para el que no estaba preparado: plantar cara a Mercedes. Y esa horma demasiado ancha para su verdadero potencial trituró un año más a la Scuderia, que pagó el precio de una exagerada presión por ello. Hasta el mismo presidente ha reconocido tamaño error en estas últimas fechas. Tan efectiva en el mundo del recambio fácil de los ejecutivos automovilísticos, su política de miedo y presión para lograr resultados inmediatos no funciona en la Fórmula 1. Y menos, después de hacer tabla rasa en el organigrama de Ferrari. El monoplaza italiano de 2016 desconcertaba en su rendimiento, especialmente los sábados. Descompuso hasta al mismísimo Sebastian Vettel, quien ya ha siente en la piel la quemadura de que Ferrari es ‘algo más que un club’. La tragedia personal de James Allison terminó por descuadrar a la Scuderia a partir de la primeravera. Desde entonces, la 'involuzione'.

Tres ideas para 2017

Alonso, su futuro... y el de Mclaren. En el año que está a punto de comenzar Fernando Alonso termina contrato con el equipo británico. El español ya ha dejado claro que el estímulo o atractivo de la próxima Fórmula 1 y los nuevos monoplazas que nacerán en 2017 serán factores determinantes para su continuidad. Pero el salto cualitativo que logre -o no- el equipo británico en 2017 jugará indudablemente su papel para su motivación. Habrá que comprobar si el revuelo creado por la vacante en Mercedes ha sentado bases para un futuro contrato con McLaren a partir de 2017, si para Alonso se abre una futura oportunidad, o si decide marcharse a por la victoria en Le Mans. El equipo británico comienza un nueva ciclo histórico de gestión sin Ron Dennis, y necesita angustiosamente confirmar con Honda una progresión que ya debe alcanzar el podio como mínimo. Por muchos factores, 2017 será un año decisivo para el devenir de Alonso en la Fórmula 1. Pero la pasada temporada ha vuelto a confirmar que todavía hay demasiado fuego competitivo para irse a casa sin ese tercer título.

Explotará el mercado de fichajes. Vettel y Raikkonen: por primera vez desde 1995, los dos pilotos de Ferrari terminan contrato, con lo que esto puede suponer para el mercado. ¿Y si Ferrari pusiera todas las fichas sobre la mesa por Hamilton? Es de suponer que el sustituto de Rosberg cuente con solo un año ante un mercado donde tanto se puede pescar en 2017. También Fernando Alonso queda libre. Carlos Sainz ya ha avisado que no quiere seguir en Red Bull si no da el salto al equipo principal. Renault le espera. Durante la próxima temporada, ya antes de verano, los despachos serán un hervidero. Del panorama que surja a finales de 2017 tomará cuerpo la Fórmula 1 de los próximos años.

Una nueva era en la Fórmula 1. “El cambio más importante de las dos últimas décadas”, señalaba James Key, director técnico de Toro Rosso, sobre los nuevos monoplazas que llegarán en 2017. ¿Serán más espectaculares, más exigentes también para los pilotos? ¿Harán las carreras más dinámicas? ¿Pirelli ofrecerá neumáticos para exprimir en carrera? Previsiblemente, Liberty se hará con el control de la Fórmula 1 y, bajo su gestión, llegarán cambios cuyo alcance se desconoce. Entre ellos estará el futuro de Bernie Ecclestone, en quien quizás los americanos tengan que apoyarse más de lo que desearían. En 2017 comienza una nueva era en la Fórmula 1.

Oro / Max Verstappen

No se viste de dorado al holandés como el mejor de la parrilla en 2016, sino por su impacto deportivo y mediático para la Fórmula 1. Hace cuatro años el niño Verstappen competía en karts, mientras hoy su precocidad y personalidad en pista han roto los esquemas al ‘stablishment’. Su implacable mentalidad competitiva, carente del menor complejo a pesar de su juventud, y la habilidad para llevar un monoplaza a otra dimensión en el cuerpo a cuerpo con sus rivales, parecen reafirmar ese anticipado futuro de campeón. Incluso hubo de modificarse el reglamento para atajar su irreverente agresividad defensiva. Si cuenta con el material adecuado, Christian Horner ya le ve como aspirante al título en 2017. Y por encima de todo, el impacto de su historia está trascendiendo los límites mediáticos de la Fórmula 1.

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