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A Karanka siempre lo esperará Mourinho
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José Manuel García

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A Karanka siempre lo esperará Mourinho

Aitor Karanka ya no pertenece al Real Madrid. Aitor Karanka, que fue un extraordinario defensa (jugó en el Athletic, también en el Real Madrid y algunos

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A Karanka siempre lo esperará Mourinho

Aitor Karanka ya no pertenece al Real Madrid. Aitor Karanka, que fue un extraordinario defensa (jugó en el Athletic, también en el Real Madrid y algunos partidos con la Selección), decidió volar lejos de la casa blanca, firmó el finiquito (500.000 euros: renunció a dos temporadas de las tres que firmó) y ahora medita en su casa madrileña qué hacer con su futuro inmediato. Karanka valora dos alternativas en firme: seguir a José Mourinho como ayudante de campo del portugués en el Chelsea (donde tiene las puertas abiertas) o regresar al staff técnico de la RFEF.

Karanka, como buen vasco, siempre ha atendido a los principios que le marcaron sus padres y nunca dejó de lado el corazón. Tozudo y leal, Aitor suele decir: “Así soy, así seré y así me van a tener que enterrar”. Nunca sin dobleces. Por derecho. Del Athletic hasta el final de sus días, una vez dejó Lezama para aventurarse a jugar en el Real Madrid. Por 1.000 millones de pesetas (que era su cláusula: un fortunón de entonces), Karanka agarró el petate y viajó a la capital del Reino y eso que de una manera directa le sonaron desde varios sitios amenazas de ETA, por españolista y antivasco.

Pero Aitor lo que quería era jugar al fútbol, mostrarse en la élite, llegar a la cima con los ojos muy abiertos y el corazón de la misma guisa, pero ese músculo que tanto nos duele y tanto nos alegra le dio un respingo un día. Karanka tuvo que quedarse un tiempo grande en la cuneta, alejado de las canchas. Con todo, el vasco participó en la consecución de la Octava y siguió haciendo acopio de amigos, entre ellos Iker Casillas. Las cosas.

Aitor ha sido ese hombre que todo joven necesita, la mano casi invisible que ayudó a abrir esa puerta pesada, a medio cerrar, o las palabras que te invitaban a la prudencia en tiempos de sangre alterada… Eso significaba Karanka para Casillas: el amigo perfecto.

Hasta que alguien le habló a José Mourinho de Aitor Karanka y definió al de Vitoria como el ayudante ideal: “Hombre de fútbol, discreto, leal, humilde, honesto”. Y Karanka ejerció de Karanka, y puso en práctica lo que le enseñaron sus mayores. Defendió sus principios contra huracanes y en circunstancias astilladas; cumplió su papel. En las buenas (títulos, triunfos, sonrisas), en las peores (derrotas, explicaciones…). Siempre de frente. Karanka dio la cara hasta en los momentos de máxima tempestad. Por su jefe. Por el Real Madrid.

Y ese carácter de marcada integridad hizo que cultivase lo inevitable: enemigos por las cuatro esquinas. Y los peores enemigos: los jugadores. Él, al fin y a la postre, era el ayudante del entrenador. El amigo del enemigo. O sea, Mourinho.

Por eso, en la planta noble del Real Madrid sabían que, una vez alejado Mou, Aitor Karanka y sus tres años de contrato se convertían en un incómodo problema menor. Por ello, cuando llamaron al vitoriano a las oficinas, éste no puso ni una mota de gris en el documento de finiquito. Pacto a la vieja usanza, apretando manos y esgrimiendo sonrisas.

Aitor Karanka ahora descansa, pone empeño en pulir su deficiente inglés, reflexiona sobre el pasado (esos amigos que se quedaron en el camino y no supieron diferenciar entre corazón y profesión), levanta la mirada y atisba el futuro. Quiere ser entrenador y primer espada. Pero piensa que todavía le queda un par de peldaños y nada mejor que seguir a la sombra del que es, sin duda, uno de los mejores. De ahí que agradezca la llamada de su viejo amigo, el jefe. Karanka sonríe sin disimulo y mira a Londres. Siempre le quedará Mourinho.

Aitor Karanka ya no pertenece al Real Madrid. Aitor Karanka, que fue un extraordinario defensa (jugó en el Athletic, también en el Real Madrid y algunos partidos con la Selección), decidió volar lejos de la casa blanca, firmó el finiquito (500.000 euros: renunció a dos temporadas de las tres que firmó) y ahora medita en su casa madrileña qué hacer con su futuro inmediato. Karanka valora dos alternativas en firme: seguir a José Mourinho como ayudante de campo del portugués en el Chelsea (donde tiene las puertas abiertas) o regresar al staff técnico de la RFEF.

José Mourinho