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Messi, el mejor futbolista del mundo, resulta que solo es un ser humano de carne y hueso
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José Manuel García

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Messi, el mejor futbolista del mundo, resulta que solo es un ser humano de carne y hueso

Los mejores especialistas del planeta debaten sobre el asunto. Nadie se ha parado a pensar en algo tan simple como que Lionel Messi es de carne y hueso

Foto: Messi, nada más lesionarse durante el partido Betis-Barcelona (EFE)
Messi, nada más lesionarse durante el partido Betis-Barcelona (EFE)

Cuando la suerte te pega esquinazo, mejor que vayas a la tienda y te compres el paraguas más grande. O te compras un techo. Eso le debe pasar por la cabeza a Leo Messi, el mejor futbolista del mundo en el último lustro, el jugador que lo ha disputado todo y que ahora, metido en miedos, hasta teme jugar un rondo. Un jugador que acunaba magia y una fortaleza de hierro, se rompe como un cristal.

Los mejores especialistas del planeta debaten sobre el asunto Messi y sus prolongadas roturas musculares. Nadie se ha parado a pensar en algo tan simple como que Lionel Messi, a sus veintiséis años, es de carne y hueso, humano en toda regla y que, como todos los carnales, cuando se utiliza mucho termina por romperse. Ley del Perogrullo.

Amparado en su rabiosa juventud (debut con diecisiete años y desde entonces en la primera fila de un club top como es el Barça y a los ojos del mundo), los técnicos y directivos han exprimido el portentoso talento del genio argentino de manera exagerada. Messi,el Principitode Rosario, en los últimos seis años ha jugado una media de noventa partidos al año. El mundo, desde Argentina a China, pasando por Europa, ha gozado de las excelencias de un genio de menos de metro setenta y sesenta kilos. Un pequeño gigante, que lo ha conseguido todo y ha hecho ganar una cascada de títulos al Barcelona.

Messi lo ha jugado todo y se ha roto. Ahora, con tanto descosido, se ha puesto el reloj de las urgencias y dinamizado la operación “recuperar a Messi”.

Pero no se puede ocultar que esta fabulosa máquina de fútbol chirriaba en el último año. Chirriaba desde la marcha dePep Guardiola. Curioso. Con Pep, Leo recuperaba balones, sin Pep, y ya conTito VilanovaoRoura, el jugador se retrajo,su carácter se avinagró, como si se encerrara en un caparazón y solo saliera para meter gol o realizar esa jugada fantástica. En los últimos tiempos, esa fantasía parece andar cojeando y apenas se ha prodigado. Leo Messi ha perdido chispa y se ha vuelto huraño. Antes, no hace mucho, cuando le arrebataban el cuero, el rosarino se revolvía e iba a por él con el hambre de los jóvenes leones, y volvía a recuperarlo. Ahora lo pierde, baja los brazos, y se abstrae: defensivamente, el Barcelona es un jugador menos.

Con el aterrizaje en el Barça delTata Martino(un gesto de la directiva azulgrana hacia Messi después de la 'afrenta'de fichar aNeymar), el 10 aumentó ligeramente sus prestaciones, pero su chispa seguía sin aparecer y, lo que es peor, sus goles. Sus compañeros, el cuerpo técnico y el director deportivo,Andoni Zubizarreta, quieren restar importancia al problema. Piensan que todo no es más que producto de la mala racha que se ha acomodado en la vida de Messi. Que todo pasará.

En medio de una marabunta triste, ausente su chispa y el olfato goleador en plena avería, Messi ha vuelto a caer lesionado y los médicos vaticinan que para el arreglo de su enésima rotura le da un mínimo de dos meses de estancia en la enfermería. Leo, triste y desesperado, ha recurrido aLuis García, que es el kinesiólogo de la selección argentina, un 'manos mágicas'que ha resuelto casos complejos como el sevillistaDiego Perotti, también argentino, que ha errado durante dos años víctima de las lesiones musculares.

Con Luis García, Leo Messi tratará de comenzar 2014 en buen ritmofísico. Antes, y mientras sus células dañadas se regeneran, elPrincipito de Rosariotendrá tiempo de pensar y planificar su futuro; podrá saber qué le fue mal hasta ahora, también qué le marchó bien. Querrá volver a ser el rey, el dueño de la llave de los sueños, el mago de los mil balones. Y dejará de ser el futbolista serio que en la cancha ya no se divertía. También podrá pensar que Neymar esaliado y compañero, sobre todo ahora que no está. Y con el brasileño, más losmágicos enanos(Iniesta,Xavi Hernández…) de siempre, podrá recobrar el trono. Ahora que tiene tiempo de pensar y percatarse de un detalle esencial: resulta que solo es humano.

Cuando la suerte te pega esquinazo, mejor que vayas a la tienda y te compres el paraguas más grande. O te compras un techo. Eso le debe pasar por la cabeza a Leo Messi, el mejor futbolista del mundo en el último lustro, el jugador que lo ha disputado todo y que ahora, metido en miedos, hasta teme jugar un rondo. Un jugador que acunaba magia y una fortaleza de hierro, se rompe como un cristal.

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