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Al Tata Martino le acechan los oportunistas y la sombra de Guardiola
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José Manuel García

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Al Tata Martino le acechan los oportunistas y la sombra de Guardiola

El Tata Martino no pudo batir un absurdo récord de invicto y los oportunistas se acuerdan ahora de Pep Guardiola. Sabía muy bien que no lo tendría nada fácil

Foto: Martino, pensativo durante un entrenamiento del Barcelona (EFE)
Martino, pensativo durante un entrenamiento del Barcelona (EFE)

El fútbol no tiene memoria. Y ha quedado demostrado durante y después de la derrota del Barça frente al Ajax. El fútbol está lleno de demagogos, como se vio durante el desarrollo del horrendo choque que hizo el cuadro azulgrana ante el aguerrido equipo holandés. Tata Martino no pudo batir un absurdo récord de invicto y los oportunistas se acuerdan ahora de Pep Guardiola.El Barcelona, como a veces ocurre también con el Real Madrid,devora a sus ídolos con una fruición macabra. Estos días el magistral Goya hubiera bordado varios cuadros de Saturno engullendo a sus hijos.

Es cierto que el Barça realizó un partido para enmarcar en el cuadro de los olvidos. Ni jugó ni tuvo actitud. Los de Frank De Boer, aquel gemelo listo y elegante que no pudo repetir la gesta de su paisano Ronald Koeman, aprovecharon la coyuntura para disparar y salir victoriosos y, lo que es peor, dejar un reguero de dudas en la alfombra azulgrana. Pero también es cierto que el paso barcelonista en este curso, de la mano de Martino, está siendo poderoso y ahí anda en la cresta de la ola: líder de la Liga.

Los oportunistas se acuerdan ahora de Pep Guardiola, cuyo partido ante el Borussia Dortmund de Jurgen Klopp lo ha puesto en las portadas. Hablan de la pizarra de Guardiola, de su magisterio, de su genialidad con los cambios. Nadie tuvo en cuenta las bajas importantes que en defensa padeció el equipo de Dortmund y, sobre todo, que falló en la posición inicial de Javi Martínez. Tampoco nadie se acuerda que Pep, el mejor entrenador de la historia del FC Barcelona, se marchó de su club de siempre por la puerta trasera y de puntillas. Cuando cerró la puerta muchos celebraron la marcha. Sandro Rosell, el primero. Pero no el único.

El Tata Martino sabía muy bien que no lo tendría fácil cuando agarró el timón azulgrana; sabía muy bien que, en el primer traspié, los demagogos sacarían el nombre de Pep y se lo restregarían. Tardaron un minuto en hacerlo.En su difícil y complicado plan para renovar un equipo adicto a los títulos, el Tata Martino se ha topado con el muro de la leyenda y la poca paciencia que por tradición siempre ha hecho gala el barcelonismo. La noche del martes y durante todo el miércoles, el nombre del ex entrenador del Barça ha corrido como tiras de vidrio por el cuerpo de un ajusticiado.

El Barça tiene que ganar y hacerlo bien. Para ello tiene que ajustar conceptos y desprenderse de tics y amaneramientos. Martino busca un buen relevo para Xavi Hernández, el gran intocable, pero no resulta fácil encontrarlo. Los años no pasan en balde y el fútbol de toque y talentoso del que siempre ha hecho gala el '6'barcelonista, ya no tiene la velocidad de antaño y se ha hecho previsible. Su sustituto natural siempre ha sido Cesc Fábregas, pero da la impresión de que el ex del Arsenal no termina de asumir los galones. Por otro lado, la posición de Andrés Iniesta, con tradicional tendencia a volcar su talento sobre el costado izquierdo, se topa de bruces con Neymar. Esa tarea trae sin sueño a Martino, que busca con empecinamiento el mejor ensamblaje entre ambos genios, lo que no siempre consigue.

En medio de tanto debate, las lesiones. Busquets está siendo muy castigado. Ha caído el arquero Valdés, pieza clave, y la cadena de dolencias musculares que arrastra Lionel Messi. Con su paisano de Rosario, el técnico pide paciencia: cuando esté en condiciones, que vuelva y haga lo que sabe hacer. Todo esto ocurrirá a mitad o finales de enero. En el camino, quitar minas explosivas: como la renovación del contrato de Iniesta y la marabunta de rumores que disparan sobre el '10'y sus millonarios pretendientes. Pero se topan con un 'problema': Messi no se quiere ir de Barcelona ni con agua hirviendo. Que lo echen. Si pueden.

El fútbol no tiene memoria. Y ha quedado demostrado durante y después de la derrota del Barça frente al Ajax. El fútbol está lleno de demagogos, como se vio durante el desarrollo del horrendo choque que hizo el cuadro azulgrana ante el aguerrido equipo holandés. Tata Martino no pudo batir un absurdo récord de invicto y los oportunistas se acuerdan ahora de Pep Guardiola.El Barcelona, como a veces ocurre también con el Real Madrid,devora a sus ídolos con una fruición macabra. Estos días el magistral Goya hubiera bordado varios cuadros de Saturno engullendo a sus hijos.

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