El 'marrón' que se han encontrado Iker Casillas y Diego López con Carlo Ancelotti

El fútbol vive en las antípodas de la razón, quizás por eso es apasionante. El fútbol no es una ciencia exacta: es un arte. Muchas veces es un arte abstracto, una sinrazón coloreada en sangre. El Real Madrid, que atraviesa por un momento cumbre en la temporada (finalista de Copa y mantiene el pulso muy firme en las otras dos competiciones mayores: Liga y Champions), chorrea dinamita en un puesto clave: la portería. Diego López e Iker Casillas luchan al límite y clavan sus méritos a cuchillo. Ni miran su futuro. Tal vez porque su futuro no existe.

Diego López y Casillas solo miran el presente y su presente tiñe de grandeza el color blanco. Números que apabullan. Carlo Ancelotti, el entrenador, sonríe en plan Robert Redford. Porque siempre saldrá ganando. Como el Real Madrid. El 'marrón' lo tienen los porteros, que solo pueden vivir el hoy, porque el mañana no lo han escrito. Pueden que del mañana del Real Madrid se descuelguen uno de estos nombres. O puede que los dos.

Diego López suele terminar sus partidos de Liga limpio de goles. La estadística queda ahí: en puro oro. La estadística dice que al gigantón gallego sólo le perforan su portería con remates diabólicos como el del vasco Ibai Gómez o el villarrealense Mario. Diego López se ha erigido en uno de los sólidos pilares del muro blanco. Buena culpa la tienen sus compañeros Pepe y Sergio Ramos (que vuelven a niveles de estrellas). Pero también en la mano de Carlo Ancelotti. El italiano vive feliz con su triángulo mágico, el que forma Xabi Alonso y sus escuderos: Luka Modricy Di María. Con ellos, este Real Madrid de Liga ha adquirido velocidad de crucero. Y la figura de jirafa de Diego López luce esplendorosa.

Iker Casillas terminó el martes más feliz que nunca. Va camino de alcanzar una nota histórica. El Real Madrid se ha plantado en la final de la Copa del Rey con el cero de invicto. Nadie (Xátiva, Osasuna, Espanyol, Atlético…) ha podido perforar la portería que defiende. Y ahora espera la final. Si el Real Madrid se alzara campeón de la Copa por uno-cero, por ejemplo, habría conseguido un título y un récord que será muy difícil de batir.

Pero Casillas no puede sentirse feliz por completo. Ya no calentará portería hasta el 26 de este mes, cuando se enfrente al Schalke-04 en el retorno de la Champions. Si consigue remontar vuelo europeo, Casillas alcanzaría la final de la Copa (19 de abril) habiendo jugado tan solo cuatro partidos. Muy poca portería para un pura sangre, según se comenta entre dientes en el vestuario blanco.

Así las cosas, el único que tiene claro su futuro es Carlo Ancelotti. Con la continuidad del italiano asegurada para la próxima temporada, el 'marrón' se lo engullirán los porteros. Tanto Diego López como Iker Casillas se muestran herméticos y esquivos cuando le plantean la cuestión, pero es seguro que ninguno de los dos se encuentra feliz ante la coyuntura.

La relación personal entre ambos es fría, no pasa más allá del contacto profesional necesario e indispensable. Entre ellos no existe una mota de cordialidad. Casillas, tras el partido del Calderón, desperdició una buena ocasión para tenderle un cable a Diego en relación a las declaraciones de la hija de Ancelotti, que pedía justicia a los medios para el lucense.Pero Casillas no lo hizo.

Por mucho que haya dicho que quiere retirarse con las manoplas blancas, Casillas no quiere repetir una temporada como la presente. Iker quiere jugar siempre. Y el Real Madrid tampoco quiere que, Cristiano Ronaldo al margen, pagar a un futbolista 10 millones de euros netos para jugar solamente los torneos del KO. Iker, que será llamado por Vicente del Bosque para el Mundial de Brasil, ya sabe (porque así se lo han comentado) que Ancelotti no va a cambiar el paso. Y que si el de Móstoles se incorpora en agosto a la concentración madridista deEstados Unidos, le sucederá lo mismo que este año. Banquillo. Su idilio copero tiene fecha de caducidad.