El estado de ánimo del Barcelona: entre la paranoia y la legendaria persecución

Lo peor que le puede pasar a un paranoico es que le persigan de verdad. No sé de quién es la frase, pero se ajusta como un guante a lo que está sucediendo alrededor del Barça en este inicio de campeonato. ¿Y qué está pasando? Pues en teoría nada, el FC Barcelona es líder de la Liga con seis puntos después de ganar la Supercopa de Europa y perder la de España frente al Athletic de Bilbao. En la práctica, sin embargo, aumenta la psicosis general sobre los arbitrajes y la manía persecutoria se ha instalado en el club, en el vestuario y en la grada. Y aún estamos en el mes de agosto... ¿Tienen motivos en el Barça para sentirse perseguidos? El fútbol es también una cuestión de sensibilidades, de estados de ánimo que dijo Jorge Valdano, y entre los culés se ha instalado la sensación de que van contra ellos.

El arbitraje de Jaime Latre el sábado en el partido ante el Málaga no hizo más que verificar las sospechas de los que ya han empezado la temporada con la mosca detrás de la oreja y que, por supuesto, refrendaba su opinión de que no conviene que el Barça vuelva a ganar y se hará lo posible desde los organismos, los poderes fácticos, las cloacas o llámalo x, para que no suceda. En el diario Sport, por ejemplo, se destacó que de los cuatro árbitros en partidos oficiales (dos de Liga y dos de la Supercopa), tres eran residentes en Madrid. Incluso se recalcaba que Latre era teniente del ejército español. Al parecer, si fuera dentista sería menos sospechoso dada la situación política actual, con el 11S a la vuelta de la esquina y, sobre todo, con el 27S en el horizonte.

En el debe de agravios está también Velasco Carballo, que expulsó a Gerard Piqué en el partido de vuelta de la Supercopa de España. Y sí, es cierto que el colegiado tenía asuntos pendientes con el central que venían de un partido ante el Sporting en el que Carballo expulsó al catalán y éste no se cortó al señalar tras el encuentro que había habido premeditación porque el árbitro ya le había avisado en el descanso que le iba a echar como no se callara. Piqué, sin embargo, optó hace unos días por la vía de la diplomacia para declarar en un acto publicitario que no cree que los árbitros vayan en contra del Barça.

Enfado general del Camp Nou

Las sanciones de la FIFA -el Barça no puede inscribir jugadores hasta enero-, de la UEFA -30.000 euros por la exhibición de esteladas en Berlín- y de Antiviolencia -66.000 euros por la pitada al himno y los fallos de seguridad en la final de la Copa del Rey-, junto a la imputación del club y de Bartomeu por el ‘caso Neymar’, no han hecho más que acrecentar el gregarismo. El nosotros contra todos y todos juntos porque van contra nosotros. Y es en ese caldo de cultivo, sumando el atávico recelo culé con casos, por ejemplo, como el célebre penalti que no fue de Guruceta, en el que ahora se sustenta la presunción de malicia. Así, entre los 80.000 espectadores que casi llenaron el Camp Nou el sábado ante el Málaga, el enfado fue general con Latre, pero también la sospecha de que sus actos y decisiones podían ser premeditadas.

El Barça no está solo en el terreno de las suposiciones. Diego Pablo Simeone ya avisó en una entrevista al diario AS el pasado mes de junio: “La Liga la veo peligrosamente preparada para el Madrid porque no puede pasar que esté siete años ganando solo una Liga”. Tras el parón liguero, el Atlético recibe al conjunto azulgrana en el Vicente Calderón en la próxima jornada. Será curioso comprobar quién sigue entonces encontrando motivos para alimentar las sospechas.