Carta abierta al presidente de la Federación Española de Taekwondo

A la atención del presidente de la Federación Española de Taekwondo, don Jesús Castellanos

El pasado 10 de septiembre se entregaron en Bucarest, en una gala que conmemoraba los 40 años de la Federación Europea de Taekwondo (RFET), los premios que concedía ésta en sus diferentes categorías. En varias se podían encontrar grandes campeones de nuestro país. En concreto, uno de esos premios tenía un nombre propio: el mío. Sin embargo, es un premio que nunca pude recoger porque la federación a la que usted 'representa' (ya me voy haciendo a la idea de cómo) y de la que usted es el último responsable no fue capaz o no quiso hacerme llegar la invitación.

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Mire usted, no le quepa la menor duda de que los errores pasan y sólo la verdad permanece. Hace más de un mes, en concreto el 19 de septiembre, le remití un burofax en el que ponía de manifiesto mi descontento, malestar y perplejidad ante estos hechos.

Pues bien, señor Presidente, a usted le pasa lo que decía el poeta: el único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada. Y en esas está, porque no lo hizo, no lo hace y, más de un mes después, continúa sin dignarse a contestar un escrito dirigido a su persona. Si esta es su forma de hacer, créame, anda muy lejos de ser el presidente de todos los taekwondistas españoles, por desgracia para nosotros, los deportistas.

Si anteriormente alegaba que no encontró mi teléfono, mi dirección, que se le había perdido mi invitación o que se la había comido el perro... Ahora, ¿qué piensa decir? ¿Que lleva tiempo dedicado a dar salida a la convocatoria de las elecciones a la presidencia de la Federación Española de Taekwondo? Por cierto, sin comentarios, ¿verdad?

Entiendo que pueda estar preocupado por estos acontecimientos, no es para menos, porque ¿dónde encontraría un puesto de trabajo en el que pudiera manejar millones de euros en subvenciones y unas retribuciones, más gastos de representación (que, le recuerdo, pagamos todos los españoles), superiores al sueldo del Presidente del Gobierno de este país? Esto, como usted, lo sabemos todos: en ningún sitio. Está fuera de mercado. Y, además, después de ser detenido por la Policía. Como antes, sin comentarios, porque, por ser generosa: ¡¡¡¡QUÉ VERGÜENZA!!!! ¿No le parece?

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No pierda tiempo en contestarme a esto último pues no me interesa, se contesta solo. Y sí a esas cuestiones de aquellos que pagamos nuestra licencia federativa rigurosamente y nuestros impuestos que le planteé. Sigue sin cumplir con sus obligaciones. Le recuerdo que lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia.