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La hora de los valientes
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Ignacio Rupérez

Basado en la Evidencia

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La hora de los valientes

Se acaba el año y es el momento de hacer repaso. Puede parecer difícil encontrar la aguja optimista en el pajar del desánimo y, seguramente, la

Se acaba el año y es el momento de hacer repaso. Puede parecer difícil encontrar la aguja optimista en el pajar del desánimo y, seguramente, la mayoría de los análisis concluyan que 2012 ha sido, cuando menos, complicado.

Es cierto que no podemos (ni debemos) negar una tasa de paro por encima del 25%, ni que este ha sido un año de sacrificios y recortes. Tampoco podemos dar la espalda a las corruptelas institucionalizadas, ni a las muchas mejoras que aún nos quedan por acometer. Sin embargo, como en cualquier juicio -en el que se escucha primero la acusación del fiscal y después la defensa-, en lo que a la economía española se refiere, llevamos todo el año escuchando solo a fiscales acusando, y de vez en cuando es bueno hacer una defensa de las cosas positivas de este país, que las hay.

Para valentía, la que ha demostrado el conjunto de la sociedad. Nos decía recientemente una corresponsal extranjera que no alcanzaba a comprender que, con la situación adversa que atraviesa el país, los españoles no “quemaran las calles”2012 ha sido el año de los valientes. Y es que, a pesar de  que se han llevado a cabo los recortes más duros de nuestra historia reciente (11 puntos del PIB hasta 2014), solo nos habremos dejado un 6% del PIB en el camino del reajuste, cuando cualquier otra economía se habría despeñado. ¿El secreto? Las exportaciones, el turismo y los emprendedores. ¿Sabían que España es ya el segundo país en el mundo en ingresos provenientes del turismo después de EEUU? ¿O que durante la primera mitad de 2012 la tasa de crecimiento de las exportaciones españolas sobrepasó a la de China?

También en 2012, y por primera vez en la historia, el número de nuevas empresas va a superar al de las que se cierran. Según datos del INE, este año se han creado (a fecha de octubre) 73.205 nuevas empresas, mientras que las que han echado el cierre han sido unas 18.204. Las crisis, como bien es sabido, agudizan el ingenio, porque cuando la necesidad aprieta la creatividad deja de ser una opción para convertirse en una necesidad. Fue en los años 70 cuando se crearon en Estados Unidos los grandes gigantes tecnológicos (Apple, Microsoft y compañía), después de que muchos ingenieros se fueran al paro con la crisis de la época. Y ahora en España se está empezando a producir un cambio de mentalidad y se está pasando de la idea de ser funcionario, o empleado de por vida, a ser emprendedor.

Pero para valentía, la que ha demostrado el conjunto de la sociedad. Nos decía recientemente una corresponsal extranjera que no alcanzaba a comprender que, con la situación adversa que atraviesa el país, los españoles no “quemaran las calles”. Además de por la economía sumergida (otro de los asuntos pendientes de mejora), estoy convencido de que el motivo se encuentra en que, por mucho que digan algunos, somos una sociedad digna de admiración. Ya lo demostramos en la Transición o en la época más dura del terrorismo y ahora, en el ajuste más exigente de los últimos tiempos, tampoco dejamos de tener un comportamiento ejemplar. Decía Confucio: "En las horas de peligro es cuando la patria conoce el valor de sus hijos."

Estas fechas también son días de nuevos propósitos y de pedir deseos. Algunas de estas peticiones podrían ser un mayor apoyo a estos valientes exportadores y emprendedores, simplificando las trabas burocráticas o impulsando, por ejemplo, la puesta en marcha del fondo europeo de Venture Capital propuesto por la UE para la creación de un ecosistema emprendedor. También estoy seguro de que muchos pedimos a la clase política (en su conjunto, con independencia de sus colores) un poco de valentía para, tras la reforma laboral, la sanitaria, la bancaria y la fiscal, acometer la tan necesaria reforma de la Administración pública en todos sus niveles. Esta reforma debe pasar por el final de la corrupción, las duplicidades, los privilegios injustificables y los recortes en partidas innecesarias. Señores, los tiempos que corren lo exigen: es la hora de los valientes.

*Ignacio Rupérez Larrea, Corporate Finance Burson-Marsteller

Se acaba el año y es el momento de hacer repaso. Puede parecer difícil encontrar la aguja optimista en el pajar del desánimo y, seguramente, la mayoría de los análisis concluyan que 2012 ha sido, cuando menos, complicado.