El turismo extranjero se debilita

Noviembre confirma el cambio de tendencia visto en octubre, con una caída en los ingresos por turismo extranjero del 1,1%

De entre todos los grandes sectores de la economía, el que mejor venía aguantando esta segunda oleada de crisis era sin duda el turismo extranjero. A pesar de que la economía europea había venido debilitándose en el último año, ello no había impedido que se registraran fuertes tasas de crecimiento tanto en turistas como en gasto de estos. Sin embargo, en los dos últimos meses se ha registrado un brusco cambio de tendencia, llegando a registrarse tasas negativas en promedio en el gasto (-0,6%, más del 3% deflactado) y en el número de turistas (-1,5%). En el gráfico podemos ver la evolución de los principales parámetros del turismo exterior en los últimos años. Se ve cómo hubo un crecimiento continuado y firme hasta 2008, seguido de un súbito desplome y, a continuación, una fuerte recuperación. Aunque las pernoctaciones están en máximos históricos, el número de turistas y, sobre todo, el gasto de estos (corregido de inflación) se halla todavía a niveles mucho más bajos que los de 2008.

 

Se aprecia también un preocupante desacoplamiento entre el gasto turístico y el número de turistas, clara muestra de la política low cost que se está manteniendo en el sector para preservar la demanda. A primera vista resulta bastante chocante que en un mercado en fuerte expansión en los últimos tres años (después de tocar suelo en 2009) se apliquen este tipo de políticas. La paradoja queda explicada cuando se revisan los datos de turismo nacional, que muestran un auténtico desplome fruto del hundimiento de las rentas salariales de las familias (-5,5% en el último trimestre sin descontar la inflación, la peor tasa desde que comenzó la crisis).

 

En conclusión, el sector turístico, lejos de vivir un buen momento, se encuentra sumido en una profunda crisis causada por el desplome de la demanda nacional, sólo parcialmente compensada por el buen comportamiento del turismo extranjero. Los empresarios del sector están aplicando políticas de precios muy agresivas que erosionan los márgenes comerciales y dificultan la renovación de las instalaciones. Este sombrío panorama todavía podría empeorar si se confirmara la pésima tendencia del turismo extranjero de los últimos dos meses.