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La mejoría de la economía española, anémica y en la cuerda floja
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Juan Carlos Barba

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La mejoría de la economía española, anémica y en la cuerda floja

Pese a los titulares en el sentido de que ya hemos tocado fondo y comienza la recuperación, hay más sombras que luces en todo ello.

Pese a los titulares en el sentido de que ya hemos tocado fondo y comienza la recuperación, hay más sombras que luces en todo ello.

En los últimos dos meses hemos asistido a toda una serie de noticias mucho menos negativas de lo acostumbrado sobre la economía española, básicamente en lo que atañe al sector exterior (exportaciones, balanza comercial y por cuenta corriente), al empleo y a la industria. Los indicadores adelantados de confianza, industria y servicios también han mejorado. Todo ello está haciendo lanzar las campanas al vuelo a muchos analistas pero, como veremos, hay que tomar con mucha precaución los datos y, sobre todo, hay que vigilar la preocupante evolución de la economía extraeuropea.

En primer lugar, tenemos la evolución reciente de la industria. En el siguiente gráfico podemos ver el índice de producción industrial (IPI) frente al PMI de manufacturas, uno de los indicadores adelantados más utilizados. La recuperación del indicador adelantado es evidente, aunque tibia, desde hace unos meses, habiendo comenzado a notarse también en el IPI desde marzo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que pese a que el dato del último mes ha sido bastante mejor, el PMI nos está diciendo que la industria continúa en contracción aunque, eso sí, mucho más débil.

En los servicios podemos observar una situación similar, con el indicador adelantado (PMI de servicios) en una leve subida, aunque parece que esta se acelera en el último mes. Está bastante claro que el indicador de actividad de los servicios (línea negra) empezará a caer con más lentitud en los próximos meses. Pero más aún que en el caso de la industria, en los servicios seguimos de forma clara en la zona contractiva.

Las razones para esta mejoría son complejas, pero en mi opinión se pueden destacar, además del buen comportamiento de las exportaciones, algunos otros motivos.

El primero de ellos es la mejoría de los indicadores de confianza que, aunque tímidamente, ha comenzado. Al ser indicadores bastante volátiles, en los siguientes gráficos los representamos suavizados. Tanto en confianza del consumidor como en servicios e industria podemos ver que hemos tocado fondo, aunque todos ellos se hallan en niveles muy bajos.

Otro factor más importante es, en mi opinión, la mejoría clara en la oferta monetaria. En el siguiente gráfico vemos la evolución de la M2 en España que, tras tocar fondo, ha empezado a subir otra vez. Aunque el flujo de crédito al sector privado ha caído en picado, las fortísimas inyecciones por parte del sector público (más de 180.000 millones en los 15 primeros meses de gobierno del PP) no cabe duda de que al final han conseguido revertir el dramático desplome de la oferta monetaria, con el evidente efecto arrastre de un aumento de esta en la zona euro.

Sin embargo, no podemos olvidar que en estos momentos la situación a nivel internacional se está deteriorando rápidamente, con muchos problemas en los emergentes -especialmente aquellos con déficits por cuenta corriente- y una debilidad cada vez más acusada en las industrias china y de EEUU, lo que vemos en el siguiente gráfico. Después de la fuerte recuperación de 2009-2010, la tendencia es cada vez peor, y en estos momentos ambas están muy cerca de entrar en recesión. Los PMI de otras economías, especialmente las emergentes, no son mucho mejores.

Dado que nuestro sector exportador se ha basado sobre todo en el comercio con estos mercados que ahora se están debilitando, se abren muchos interrogantes sobre la repercusión que podrá tener sobre la economía española esta evolución de la situación de la economía mundial.

Y a todo esto el petróleo sigue en niveles altísimos, como vemos a continuación. A pesar de la leve bajada de precios de los últimos meses, seguimos muy cerca de máximos. No deja de ser especialmente preocupante que en una situación de debilidad flagrante de la economía global los precios sigan tan altos. Tenemos un serio problema y es muy probable que sean los propios precios del petróleo los que están dañando la economía mundial. Con una subida continuada del 14% en los costes marginales de las nuevas explotaciones (13% en 2012), sencillamente no es posible aumentar la producción a no ser que los precios sean mayores. Pero ¿es posible para la economía mundial crecer, y por lo tanto demandar más producción, con esos precios de la energía?

Pese a los titulares en el sentido de que ya hemos tocado fondo y comienza la recuperación, hay más sombras que luces en todo ello.