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El estrés test sobre la banca alemana tiene truco
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Jesús Sánchez-Quiñones

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El estrés test sobre la banca alemana tiene truco

            La publicación de las necesidades de capital de los bancos europeos ha sorprendido considerablemente por el escaso volumen de recursos requeridos tanto a los bancos

            La publicación de las necesidades de capital de los bancos europeos ha sorprendido considerablemente por el escaso volumen de recursos requeridos tanto a los bancos alemanes (5.184 millones de euros) como a la banca francesa (8.844 millones de euros). Dichas cifras contrastan con los más de 26.000 millones de euros de necesidades adicionales de capital de la banca española.

            La principal novedad de esta tercera edición de los test de estrés a la banca europea era la valoración a precios de mercados de la deuda pública mantenida en los balances bancarios. Entonces, ¿cómo es posible que las cantidades exigidas por depreciación de la deuda pública sea tan escasa para la banca alemana y francesa, con mucha más exposición a Grecia que la banca española?

Diversos factores explican el resultado tan anómalo de los test de estrés:

-          En el caso alemán se consideran sistémicas y se analizan 13 entidades que en conjunto apenas representan el 50% del sistema financiero. La otra mitad del sistema financiero alemán queda al margen de las pruebas de resistencia.

-          Mientras que la banca alemana mantiene en sus balances unos 18.000 millones de euros de deuda pública griega ($23.770 millones  de acuerdo con los datos proporcionados en septiembre por el BIS), los bancos examinados sólo contabilizan algo más de 7.000 millones de euros. A las entidades tenedoras de los restantes 11.000 millones de euros de deuda pública griega no se le exige un solo euro de más capital.

-          La valoración a precios de mercado se ha aplicado a la deuda griega, portuguesa o española, pero también a la deuda alemana. Al haber actuado el bono alemán como activo refugio su rentabilidad se ha situado en mínimos históricos, mientras que su precio se ha disparado, muy por encima de su valor nominal. Así, las plusvalías latentes de la inversión de los bancos alemanes de 270.000 millones de euros en bonos alemanes ha compensado las pérdidas latentes en bonos griegos, portugueses, italianos o españoles.

Desde que la Sra. Lagarde mencionó que la banca europea necesitaba hasta 200.000 millones de euros en nuevo capital parecía claro que algo había que hacer para lavar la imagen de las entidades financieras europeas. De este modo, si el objetivo de estos últimos test de estrés era distribuir 100.000 millones de necesidades adicionales de capital entre los distintos sistemas financieros europeos, habrá que felicitar a los negociadores alemanes.  Por el contrario, si lo que se pretendía era fortalecer los balances de los bancos europeos el ejercicio realizado sigue siendo insuficiente y claramente sesgado a favor de las entidades alemanas y francesas.

 La propia EBA (Autoridad Bancaria Europea) menciona que el objetivo de las pruebas era valorar la resistencia de las entidades consideradas “sistémicas” ante escenarios adversos. Bajo esta premisa es absurdo considerar las plusvalías latentes de los bonos alemanes mantenidos en cartera, teniendo en cuenta que al vencimiento de dichos bonos dicha plusvalía nunca existirá, sino que la entidad percibirá el nominal y sólo el nominal del bono.

 

 Por lo que respecta a la banca española, si se ha transigido con realizar un ajuste sobre la parte del activo considerada “sin riesgo”, la deuda pública española, en nuevas ediciones de las pruebas de estrés los potenciales ajustes sobre el resto de activos mantenidos en balance pueden llegar a ser considerables.

Todo apunta a que esta recapitalización forzosa de la banca no será la última.

            La publicación de las necesidades de capital de los bancos europeos ha sorprendido considerablemente por el escaso volumen de recursos requeridos tanto a los bancos alemanes (5.184 millones de euros) como a la banca francesa (8.844 millones de euros). Dichas cifras contrastan con los más de 26.000 millones de euros de necesidades adicionales de capital de la banca española.