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37.000 millones de euros, y cero para el crédito
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Jesús Sánchez-Quiñones

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37.000 millones de euros, y cero para el crédito

Pese a la llegada de 37.000 millones de euros desde los fondos de rescate europeos para la recapitalización de la banca reestructurada, que nadie espere un

Pese a la llegada de 37.000 millones de euros desde los fondos de rescate europeos para la recapitalización de la banca reestructurada, que nadie espere un aumento del crédito al sector privado.

Del análisis realizado por el FMI sobre el progreso de la reforma del sector financiero español se deducen relevantes y sorprendentes conclusiones. El FMI menciona algunas cuestiones como dignas de tener en consideración, pero las condiciones para la aprobación de las ayudas parecen ignorar dichas advertencias.

“Será necesario valorar cuidadosamente si los planes de reestructuración tienen alguna implicación sistémica, dado que alrededor del 40 por ciento del PIB en crédito al sector privado está implicado en las operaciones de recapitalización”… (traducción libre).

Los planes de reestructuración de bancos ya aprobados, contemplan la reducción del 60% de sus balances con respecto a los existentes en 2010. Adicionalmente, en el plazo de cinco años (2017) el volumen de préstamos no deberá exceder del volumen de depósitos. La única forma realista de lograr esta reducción de balance es reduciendo el crédito. Por tanto, aunque traspasen créditos a la SAREB (el banco malo), los bancos reestructurados se verán muy limitados a la hora de poder facilitar crédito nuevo a la economía real.

El FMI parece ser consciente de este peligro, pero sorprende que no se haya puesto de manifiesto antes de aprobar los planes de reestructuración de las entidades.

“…La valoración debería incluir un análisis de la capacidad de los bancos más fuertes de compensar suficientemente una reducción de la cartera crediticia de los bancos reestructurados. Si del análisis se desprende que existe un riesgo material de que los planes de reestructuración en su conjunto pueden restringir la capacidad del sistema financiero para satisfacer la demanda solvente de crédito, se deberían considerar medidas que aseguren una adecuada oferta de crédito a la vez que se mantiene la capitalización y la viabilidad de los bancos.” (traducción libre)

Siendo muy razonable el análisis del FMI, y dada la presión sobre la banca “sana” para aumentar sus ratios de capital, será muy difícil que los bancos que no reciban ayudas públicas puedan compensar la reducción de crédito que tendrá que acometer la banca reestructurada.

El propio FMI incluye en su informe una tabla que recoge la evolución prevista del crédito al sector privado en los próximos años. Para el año 2012 la reducción será de algo más de 100.000 millones de euros (hasta septiembre ya se ha registrado una reducción de 81.000 millones de euros).

Para los próximos dos años, las cifras siguen empeorando: 93.000 millones de reducción adicional del crédito en 2013 y casi 20.000 millones en 2014. De acuerdo con las estimaciones proporcionadas por el FMI, el crédito a las empresas no alcanzará el nivel de finales de 2012 hasta 2017. Eso teniendo en cuenta la fuerte merma del crédito en 2012.

Cualquier previsión a cinco años vista corre un elevado riesgo de resultar fallida, pero sorprende que el FMI haga ahora estas advertencias cuando los planes de reestructuración ya están aprobados en unos casos y próximos a su aprobación en otros. En todos los casos se incluye una severa reducción del tamaño de los balances y de los volúmenes de créditos de las entidades, sin que exista la posibilidad de que la banca sana sustituya a la banca reestructurada en la concesión de crédito.

Adicionalmente, y para agravar la situación crediticia, el FMI insta a la SAREB (banco malo) a llegar a acuerdos de financiación con los bancos para poder dar financiación a los compradores de sus activos. En definitiva, el sector privado tendrá menos crédito y, además, la SAREB también intentará optar a la escasa financiación disponible.

Pese a la llegada de 37.000 millones de euros desde los fondos de rescate europeos para la recapitalización de la banca reestructurada, que nadie espere un aumento del crédito al sector privado.