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Un dilema de 59.000 millones de euros
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Un dilema de 59.000 millones de euros

Hace ahora un año, el gobierno español solicitó formalmente asistencia financiera a Europa para capitalizar las entidades bancarias con problemas (básicamente antiguas cajas de ahorros). España

Hace ahora un año, el gobierno español solicitó formalmente asistencia financiera a Europa para capitalizar las entidades bancarias con problemas (básicamente antiguas cajas de ahorros). España consiguió una línea de crédito por importe de 100.000 millones de euros a un tipo de interés mínimo y bajo un estricto condicionamiento recogido en el Memorando de Entendimiento (MoU) firmado en julio pasado. Hasta la fecha sólo se han utilizado 41.000 de los 100.000 millones disponibles.

El MoU incluye 32 condiciones que España se obliga a cumplir, y se detallaba la forma en la que los acreedores de cada entidad necesitada de recursos sufrirían pérdidas. Así, queda claro que bajo el MoU en ningún caso los depositantes ni los bonistas senior sufrirán pérdida alguna, mientras que los accionistas y los tenedores de bonos subordinados, entre ellos los preferentistas, debían asumir partes de las pérdidas, como así está siendo.

Para determinar la cantidad de recursos que necesita cada entidad financiera se realizó un test de estrés con dos escenarios: uno base y otro adverso. Mediante este ejercicio se pretendía conocer qué necesidades de capital requeriría cada entidad en base a hipótesis de comportamiento de la economía durante los tres años siguientes (2012-2014). Por tanto, se anticipaba al momento del resultado de los exámenes las necesidades futuras en función de los dos escenarios planteados.

 

Siendo el nivel de recursos propios exigido por la normativa actual española del 9%, no se entiende que en el escenario base de los test de estrés se exigiera un 9%, mientras que para el escenario adverso sólo se considerara un 6%. Es indudable que si se hubiese calculado la cantidad de recursos propios adicionales que necesitaban los bancos en el escenario adverso bajo una exigencia de recursos propios del 9%, la cantidad finalmente empleada habría sido muy superior a los 41.000 millones de euros utilizados de la línea de crédito acordada.

Hasta ahora los activos bancarios que más preocupación causaban eran los relacionados con el crédito inmobiliario y promotor. Una vez cubiertos estos riesgos, y debido a la persistencia del deterioro de la demanda interna en los últimos trimestres, la atención ha virado a los créditos refinanciados. El Banco de España ha publicado el 30 de abril una normativa, por la cual los bancos deberán reclasificar los créditos refinanciados en base a determinados criterios. Los créditos refinanciados de los principales bancos ascienden a 203 mil millones de euros, un 10% del total de la cartera de préstamos. Del total, 43% estarían clasificados como normales, 22% como subestándar y 35% como dudosos. Según los datos del BdE, el 24% de los préstamos refinanciados son hipotecarios, 36% a corporates no inmobiliarias, y 33% al sector inmobiliario y de construcción.

La cobertura media actual de los préstamos refinanciados subestándar asciende al 18%. La nueva norma del BdE aumentará las provisiones entre 13.000 y 15.000 millones de euros. Esta nueva medida del BdE respecto a los préstamos refinanciados recuerda a las progresivas vueltas de tuerca respecto al crédito promotor e inmobiliario. Las provisiones exigidas se fueron incrementando progresivamente y no de una sola vez.

Haciendo test de estrés sobre escenarios futuros, la cantidad de recursos propios adicionales necesarios para capitalizar los bancos dependerá de las hipótesis empleadas en dichos exámenes. No hay que olvidar que el objetivo de estos ejercicios es anticipar al momento presente las posibles necesidades futuras de capital. Europa acaba de comunicar que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) no hará nuevos test de estrés en 2013, sino en 2014. A día de hoy no se conoce cuáles serán las hipótesis que se utilizarán. A modo de ejemplo: si considerara una hipotética quita a la deuda pública mantenida en cartera, la totalidad de la banca española necesitaría recursos propios adicionales.

¿Por qué es tan importante que los bancos estén muy capitalizados? La respuesta es sencilla: la falta de crédito actual no es un problema de liquidez en la banca, que es abundante a través del Banco Central Europeo, sino de escasez de recursos propios. Sin más capital difícilmente podrán incrementar el volumen de préstamos en sus balances.

El gobierno tiene un difícil dilema

Por un lado, podría hacer uso de los 59.000 millones de la línea de crédito habilitada para capitalizar la banca antes del 31 de diciembre de 2013, fecha de vigencia del MoU. Para ello, debería endurecer la dotación de provisiones para aflorar las eventuales necesidades de capital. Como ventajas: el coste financiero de la utilización de la línea de crédito es irrisorio y no habría condiciones adicionales a las ya contempladas en el MoU firmado el pasado verano. El 100% de los depósitos y de los bonos senior estarían garantizados incluso en aquellas entidades que necesitaran recursos.

Por el contrario, si el gobierno no utiliza los 59.000 millones de euros disponibles de la línea de crédito para capitalizar la banca antes de fin de año, corre varios y serios peligros:

- El crédito a la economía real seguirá cayendo.

- Si una vez acabado este ejercicio los bancos españoles necesitaran nuevos recursos con motivo de nuevas normativas o del resultado de nuevos test de estrés como el que realizará la EBA el próximo año, España debería negociar las condiciones de nuevo, y previsiblemente se implementarían las normas recogidas en el todavía borrador de Directiva para las reestructuraciones bancarias en el que como principio se establece que antes de inyectar recursos públicos en los bancos “todos los acreedores”, excepto los garantizados, podrán sufrir pérdidas. En otras palabras, los bonistas y depositantes por encima de los 100.000 euros podrían, eventualmente, perder su dinero.

No es una decisión fácil, tras haber repetido una y otra vez que los balances bancarios ya son sólidos tras la recapitalización llevada a cabo. Por supuesto, los recursos puestos a disposición por Europa son un préstamo, no un regalo. Por tanto, hay que devolverlo. No obstante, cuanto más capitalizados estén los bancos, antes empezará a fluir el crédito y la economía antes se recuperará. La utilización de la línea de crédito disponible tiene fecha de caducidad: el 31 de diciembre de este año. No queda tanto tiempo para tomar una decisión.

Hace ahora un año, el gobierno español solicitó formalmente asistencia financiera a Europa para capitalizar las entidades bancarias con problemas (básicamente antiguas cajas de ahorros). España consiguió una línea de crédito por importe de 100.000 millones de euros a un tipo de interés mínimo y bajo un estricto condicionamiento recogido en el Memorando de Entendimiento (MoU) firmado en julio pasado. Hasta la fecha sólo se han utilizado 41.000 de los 100.000 millones disponibles.