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​Inesperada deserción: se cae la R de los BRIC
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Alberto Artero

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​Inesperada deserción: se cae la R de los BRIC

Si hay una caja negra en la economía mundial equiparable a la de China esa es Rusia. Da la impresión de que, cuando Jim O’Neill acuñó desde

Si hay una caja negra en la economía mundial equiparable a la de China, esa es Rusia. Da la impresión de que, cuando Jim O’Neill acuñódesde Goldman Sachs el acrónimo que encabeza este post para referirse al boyante crecimiento mundial que viviría elsiglo XXI gracias a la contribución de naciones como Brasil, India y las dos mencionadas, se le olvidó ponderar adecuadamente conceptos que acabarían siendo exigibles conforme fueran ganando predicamento internacional, en esencia: apertura y transparencia. Quien más quien menos de los BRIC ha hecho del control de capitales, el proteccionismo comercial y la opacidad contable, santo y seña de su actividad monetaria y fiscal. Así le va al mundo, la verdad.

No sólo eso, uno tiene la sensación de que ha sucedido con estos cuatro estados algo parecido a lo que acaeciera en su día con la burbuja puntocom. La unión entre prometedores fundamentales y moda fulgurante llevó a descontar demasiado pronto unas expectativas ingentes y, además, a impedir que procesos internos de cambio, no sólo económicos sino incluso sociales y políticos, pudieran consolidarse al ritmo necesario en unas estructuras administrativas esencialmente corruptas. Una pena, oportunidad perdida. Sus procesos reformistas van por detrás de la urgencia de los mercados, no hay una demanda interna capaz de suplir sudependencia de las exportaciones y, aunque las balanzas fiscales y cambiarias han mejorado, la subyugación a la inversión foránea continúa siendo alta. Eso por no hablar del infradesarrollo de sus sistemas financieros.

Poco a poco,los miembros de los BRIC han ido frustrando empíricamente con sus estadísticas macro la esperanza que habían depositado en ellos muchos gestores de fondos.

Se da la paradoja, sin embargo, de que, frente a la actitud de minimización de las dificultades presentes y apuntalamiento de perspectivas futuras realizadaspor gobiernos como el indio y el brasileño –misión: generar confianza por más que a este último le fallara, en un ataque de realismo sin precedentes, su beligerante Ministro de Finanzas, Guido Mantega (WSJ, Is Brazil in an 'Astrological Hell'?, 08-11-2013)- otro de los integrantes del club, Rusia, ha decidido auto descartarse de manera oficial, al menos si nos atenemos a las proyecciones realizadas por sus dirigentes para las principales variables macro hasta... ¡2030!. Una decisión, cuando menos, sorprendente. Más aún teniendo en cuenta la fuga de capitales que vive la confederación (48.200 millones de dólares en los 9 primeros meses del año), en un momento de lucha mundial por los recursos de financiación, y la negativa evolución de las materias primas minerales, de las que dependen buena parte de sus ingresos. Suicida salvo que haya gato encerrado.

Antes de entrar en la segunda derivada, detengámonos inicialmente en la primera.

El pasado viernes, el ministro de Economía ruso anunció que su PIB crecería al 2,5% anual cada uno de los próximos 16 años, muy por debajo del 4,3% pronosticado el pasado mes de abril y lejos del objetivo electoral de Putin del 5%. No sólo eso, dejó bien claro que no había catalizadores para revertir tal situación –no en vano, el paro oficial se sitúa en el 5% y la capacidad de utilización fabril está en máximos– y que, por si fuera poco, esperaba una contracción de beneficios y salarios, así como un abismo aún mayor entre ricos y pobres. Incluso la cohesión social podía estar en peligro (Financial Times, "Russia slashes long-term growth forecast", 07-11-2013). Errores de planificación –como los que han llevado a la confiscación temporal de las pensiones privadas el mes pasado– y problemas sustantivos de productividad laboral y tecnificación industrial son citados recurrentemente como temas estructurales a solucionar. Algo que, de acuerdo con los críticos, se debiera hacer cuanto antes aprovechando que las finanzas públicas están aún razonablemente saneadas y los ingresos de crudo y gas se mantienen a niveles elevados (The Economist, "Russia´s economy: the S word", 09-11-2013).

Es, de hecho, en la oposición del Presidente judoka a acometer tales reformas, dada su obsesión por mantener un insostenible Estado del bienestar, donde los más conspiranoicos encuadran unas declaraciones tan directas como las realizadas por uno de los miembros del equipo del primer ministro, Dmitry Medveded, que es el que tiene que lidiar con la actividad diaria y estaría aprovechando la inconveniencia de una crisis ministerial a pocos meses de los Juegos de Invierno de Sochi previstos para el comienzo de 2014 para lanzar sus soflamas. De hecho, no es sólo la estabilidad ciudadana la que está en juego, sino también la regional. Los más maldicientes dicen que es precisamente lo que está esperando Putin para reforzar su autoridad y perpetuarse en el poder. Quién sabe. En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, sino que todo depende del color del cristal con que se mira.

Lo único cierto y verdad, como dirían los engolados parlamentarios desde sus poltronas, es que la R de los BRIC se cae del acrónimo. ¿Será la última?

Si hay una caja negra en la economía mundial equiparable a la de China, esa es Rusia. Da la impresión de que, cuando Jim O’Neill acuñódesde Goldman Sachs el acrónimo que encabeza este post para referirse al boyante crecimiento mundial que viviría elsiglo XXI gracias a la contribución de naciones como Brasil, India y las dos mencionadas, se le olvidó ponderar adecuadamente conceptos que acabarían siendo exigibles conforme fueran ganando predicamento internacional, en esencia: apertura y transparencia. Quien más quien menos de los BRIC ha hecho del control de capitales, el proteccionismo comercial y la opacidad contable, santo y seña de su actividad monetaria y fiscal. Así le va al mundo, la verdad.

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