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Los 'brokers' de bolsa, en pie de guerra contra Europa
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Alberto Artero

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Los 'brokers' de bolsa, en pie de guerra contra Europa

A finales de mayo advertimos de cómo los cambios regulatorios que se estaban produciendo a nivel europeo amenazaban con terminar con su señera industria del brokerage (Valor

A finales de mayo advertimos de cómo los cambios regulatorios que se estaban produciendo a nivel europeo amenazaban con terminar con su señera industria del brokerage (Valor Añadido, “Estocada mortal para el análisis bursátil y muchas cotizadas”, 29-05-2014). Las restricciones que se establecían al pago de honorarios por parte de uno de sus principales clientes, las gestoras de fondos, limitaría la posibilidad de que los intermediarios rentabilizaran sus servicios de análisis y recomendaciones y propiciaría una ola de cierres y despidos en el sector en un momento en el que el trading parecía recuperarse, tanto en volúmenes como en comisiones.

El punto de partida lo fijó la FSA británica cuando por aquellas fechas estableció que, ya a partir de junio, las instituciones de inversión colectiva sólo podrían usar sus comisiones de gestión para “adquirir research de carácter ‘sustantivo’, que incorpore conclusiones ‘significativas’ y añada ‘verdadero valor añadido’ a sus decisiones. Una frontera difusa –señalamos– que puede laminar mucho informe macro o sectorial recurrente o todos aquellos ratings que no vayan precedidos del strong antes del buy o sell”. Ya entonces los distintos expertos consultados daban por hecha la generalización de esta medida al conjunto de Europa.

Como así ha sido.

El siguiente documento consultivo elaborado por la ESMA (European Securities and Markets Authority) de cara a la implantación del Mifid II, Directiva de Servicios Financieros de obligado cumplimiento en la UE, plantea en su apartado 2.15 la posibilidad de cobro por parte de los brokers sólo si sus informes son distribuidos de manera generalizada al público en general, lo que obviamente devaluaría de inmediato su valor para los potenciales adquirentes que pagan, principalmente, por la exclusividad y el acceso preferente al contenido. Como ven, en este caso el supervisor continental fija la limitación por el lado del proveedor con el objetivo, defiende, de restringir los potenciales conflictos de interés. Efecto sandwich se llama esto.

La tormenta perfecta.

No han tardado en levantarse las voces contra esa medida, actualmente en fase de estudio. Entre otras las del CEO de Sanford C. Berstein, Robert van Brugge, que esta misma semana ha mandado una carta a todos sus clientes –a la que hemos tenido acceso– en la que afirma, en línea con lo que escribimos hace un par de meses, que, de materializarse esta iniciativa, las implicaciones para el conjunto del mercado de acciones serían significativas.

A la pérdida de puestos de trabajo, difícil supervivencia de las casas de análisis independientes, significativo aumento del coste del research o impacto sobre la eficiencia, transparencia y profundidad de las bolsas –debido a que a ese 50% de cotizadas que nadie cubre se añadirían muchas más– que recogimos en su día, añade la desventaja competitiva que esto va a suponer para muchos inversores locales respecto a los de otras plazas importantes de Asia o Norteamérica en que dichos servicios son remunerados como hasta ahora, lo que se podría traducir en un peor comportamiento relativo de los gestores de una regiones frente a otras.

Y realiza un llamamiento desesperado a todas sus contrapartidas: “Si comparte nuestra (negativa) visión sobre estas propuestas, le ruego que actúe con rapidez y mande sus reservas directamente a ESMA antes del 1 de agosto, que es cuando termina el periodo consultivo” a la vez que propone como alternativa que se exija a todos los actores de la industria un mayor desglose de las comisiones pagadas y recibidas, de los acuerdos de reparto de las mismas y de los mecanismos de retrocesión, lo cual, por otra parte, debería ser complementario y no necesariamente sustitutivo de la idea original. Sería, de hecho, un buen comienzo de que obras son amores...

No me queda sino concluir de la misma manera que el pasado 29 de mayo.

“Sea como fuere, a este toro herido de muerte y acochinado en tablas para el que el ganadero pedía desesperadamente el indulto ante la perspectiva de un mejor horizonte, le han aplicado un cruel descabello que, si no lo remata, poco faltará para ello. A quienes han contribuido a su cría, les queda la salida de emplearse en las propias gestoras, al abrirse un nuevo horizonte para el análisis in house, costoso sí, pero imprescindible para muchas de ellas. Poco consuelo parece ante tanta incertidumbre.

A mí, que he sido arte y parte en mesas de negociación y que conservo tan buenos amigos en ellas, la morriña de lo que fue, y ha dejado de ser, me invade al escribir estas líneas.

Sentimental que es uno”.

Pues eso.

A finales de mayo advertimos de cómo los cambios regulatorios que se estaban produciendo a nivel europeo amenazaban con terminar con su señera industria del brokerage (Valor Añadido, “Estocada mortal para el análisis bursátil y muchas cotizadas”, 29-05-2014). Las restricciones que se establecían al pago de honorarios por parte de uno de sus principales clientes, las gestoras de fondos, limitaría la posibilidad de que los intermediarios rentabilizaran sus servicios de análisis y recomendaciones y propiciaría una ola de cierres y despidos en el sector en un momento en el que el trading parecía recuperarse, tanto en volúmenes como en comisiones.

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