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Rubalcaba se condena al ignorar a los liberales: tercera ‘fuerza’ política del país
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Alberto Mendoza

La Mirada Indiscreta

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Rubalcaba se condena al ignorar a los liberales: tercera ‘fuerza’ política del país

Los liberales españoles constituyen, tras socialistas y conservadores, la

Los liberales españoles constituyen, tras socialistas y conservadores, la tercera fuerza política del país, aunque su ideología no es homogénea y no poseen un partido que les represente. Muchos respaldaron al PSOE en las últimas elecciones generales, pero Alfredo Pérez Rubalcaba se ha olvidado de ellos de cara al 20 de noviembre. El candidato socialista ha hecho bandera de su giro socialdemócrata, a la vez que ha rescatado a Felipe González y Alfonso Guerra para movilizar a su voto más duro. Su estrategia pasa por convencer a los fieles para que eviten una derrota histórica, pero ha descuidado a una bolsa importante de electores que pueden darle la mayoría absoluta a Mariano Rajoy.

Los españoles se califican de liberales hasta el punto de que en el barómetro del CIS de octubre, previo al preelectoral conocido la pasada semana, esta opción ideológica era la mayoritaria con un 14,6%, superando a socialistas (13,3%) y conservadores (12,9%). En la última y controvertida encuesta, los socialistas habían subido al primer lugar con 15,1%, seguidos de conservadores (12.9%) y liberales (11,9%). En cualquier caso, se trata de un suculento segmento del electorado al que la campaña netamente socialdemócrata y nostálgica de Rubalcaba ha dado la espalda.

De hecho, el 6,4% de la extrema izquierda y el 10,5% de la izquierda moderada se definen como liberales, como también lo hace un 15,9% de los centristas, por lo que una parte importante podría acabar votando por el PSOE. Para José Luis Rodríguez Zapatero, el apoyo de los liberales significó un impulso determinante en 2008, ya que, según el CIS, entre un 9 y un 10,3% de los votantes socialistas se identificaron con esta rama política: es decir, más de un millón de papeletas. No es de extrañar que el presidente del Gobierno destacara en 2009 lo “paradójico” de que, frente al PP, el PSOE fuera “el gran partido liberal en España”.

Pero en esta ocasión, Rubalcaba ha optado por resaltar el perfil más socialdemócrata y por incluir en su programa guiños a la izquierda indignada. Su discurso se sustenta en alertar del peligro que supone el PP para el estado de bienestar, los derechos sociales o la igualdad entre hombres y mujeres. En busca de la movilización de sus más fieles y veteranos votantes, el PSOE ha concedido a González buena parte del protagonismo de la campaña, e incluso lo ha reunido en Sevilla con Guerra, 15 años después de su último mitin.

Esta estrategia, según el consultor político Iván Redondo, puede significar un alejamiento del electorado liberal y centrista a favor del PP, así como el rechazo de votantes jóvenes que no vivieron la era González-Guerra; o incluso de los ciudadanos de mediana edad que sí la vivieron, pero que acabaron desencantados con la última etapa de Gobierno del viejo PSOE. Para el fundador de la firma Redondo y Asociados, los socialistas deben afrontar también el problema de la fragmentación de su electorado en una gran variedad de tendencias ideológicas, lo que amenaza con debilitarles el 20-N.

El “Partido Liberal Popular” de Rajoy y Aguirre

Socialistas (36%), progresistas (12%), socialdemócratas (11,5%) y liberales (9%) conforman, de acuerdo con la encuesta preelectoral del CIS, el recuerdo de voto del PSOE en 2008, dificultando al equipo de Rubalcaba la segmentación de mensajes, así como la posibilidad de volverles a reunir bajo las mismas siglas en la jornada electoral. Por su parte, Rajoy aspira a que los votantes desencantados con el PSOE, junto a los liberales y su electorado tradicional (conservadores y democristianos) le otorguen la mayoría absoluta.

El PP puede quedarse con buena parte del voto centrista, que incluye a un 15,9% de liberales, mientras que probablemente recibirá al 13,7% de la derecha y al 8,4% de la derecha extrema que se ubica dentro del liberalismo. Aunque dada la diversidad ideológica que existe en el seno de esta rama política en España, otras formaciones como CiU, UPyD o IU también disfrutarán entres sus electores de autodefinidos liberales.

Así, puede que Rajoy, cuando el viernes pidió el voto para el Partido Liberal, no sufriera del todo un lapsus. El candidato del PP reclamó en Toledo el apoyo para el Partido Liberal, y al detectar el error, continuó como si nada bautizando a su formación como el” Partido Liberal Popular”. No obstante, hace apenas tres años, cuando Esperanza Aguirre cuestionaba el liderazgo de Rajoy tras su segunda derrota electoral, el presidente popular envío un mensaje envenenado a su adversaria interna: “Si alguien quiere irse al partido liberal, que se vaya”. Y es que Aguirre presumía de procedencia liberal, mientras tachaba a Rajoy de “socialdemócrata”. Pero la crisis económica y las previsiones de victoria han acabado con las disputas ideológicas.

Alfredo Pérez Rubalcaba