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Los fantasmas de Zapatero y Blanco chafan a Rubalcaba su reaparición en ‘prime time’
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Alberto Mendoza

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Los fantasmas de Zapatero y Blanco chafan a Rubalcaba su reaparición en ‘prime time’

Las sombras del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y de las sospechas de corrupción sobre José Blanco se proyectaron ayer de nuevo sobre Alfredo

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Las sombras del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y de las sospechas de corrupción sobre José Blanco se proyectaron ayer de nuevo sobre Alfredo Pérez Rubalcaba, quien reapareció en prime time en televisión para tratar de impulsar su candidatura. Consumida ya media campaña electoral y pasado el ‘cara a cara’ con Mariano Rajoy, el PSOE sigue sin encontrar el modo de recortar distancias con el PP.

En Antena 3, canal que según la Fundación Alternativas pulveriza la imagen del Gobierno socialista en la mente de los espectadores, y ante Gloria Lomana, el esprínter reconvertido en corredor de fondo se lanzó a por la última semana de carrera con ganas de “echar el resto”, pero con los mismos pesos atados a sus piernas: la herencia económica del Ejecutivo y la operación Campeón. Y es que el candidato diserta con comodidad de la crisis en la zona euro, de lo que debe hacer Alemania o de lo que serían sus medidas estrella, como los impuestos a bancos y grandes fortunas. Pero siempre se  acaba topando con los dos obstáculos que le alejan del PP.

A los pocos minutos del inicio de la entrevista televisiva tuvo que detener su relato de futuro para reconocer una vez más su “responsabilidad” por “haber estado en un Gobierno que tiene estas cifras de paro”. De poco sirvió entonces que recordara que fue ministro del Interior y no vicepresidente económico. Minutos después, el corresponsal de The Guardian, Giles Tremlett, invitado a formular una pregunta, le preguntó qué hubiera hecho diferente al Gobierno de Zapatero, y de nuevo Rubalcaba se vio fuera de su ruta argumental. “Es que estuve en el Gobierno de Zapatero”, replicó, para recurrir al retraso en el pinchazo de la burbuja inmobiliaria como su autocrítica de cabecera.

El candidato socialista tuvo que explicar también que el presidente del Ejecutivo, y todavía secretario general del PSOE, está “haciendo la campaña que quiere hacer”, eligiendo a qué mítines acude. “Yo no voy a esconder a Zapatero, es ridículo”, reiteró, asumiendo de nuevo que fue su “vicepresidente”. Sin conseguir zanjar definitivamente el asunto, volvió a ser preguntado por sus “distancias” con el presiente.

“Como dice Rajoy, depende. Hay que distanciarse de lo que uno cree que debe hacer, como ahora en economía, pero inventarme cosas ahora es absurdo porque la gente sabe perfectamente lo que ha pasado”, afirmó para rechazar enfrentamientos artificiales con el líder del partido. “He estado en el Gobierno, esa es una responsabilidad, pero ahora tengo otra y es evidente que no soy Zapatero. Ahora he presentado un programa para que España pueda salir de la crisis sin que nadie se quede atrás”, concluyó.

La mano en el fuego por Blanco

Pero solo se liberó de este fantasma para toparse con otro. Víctor Mallet, corresponsal del Financial Times, le cuestionó por su apoyo al ministro de Fomento y portavoz del Gobierno. “Blanco no ha hecho nada”, aseguró Rubalcaba, quien también respondió con un rotundo “sí” a la pregunta de si “ponía la mano en el fuego por él”. Irónicamente, no hace mucho que los socialistas observaban como un Rajoy incómodo tenía que responder a estas mismas preguntas sobre la honradez del procesado Francisco Camps. Las tornas han cambiado en esta campaña, aunque ninguno de los dos grandes partidos se ha atrevido a incluir la corrupción como materia de competición electoral.

Solo sabemos lo que dicen que cuenta un empresario encarcelado”, apuntó el candidato socialista, quien también achacó la presión sobre Blanco al proceso electoral: “Si no estuviéramos en elecciones estaríamos viendo las cosas de otra manera y cuando pasen las veremos de otra forma, porque Blanco no ha hecho nada”.

Al margen de estos lastres, Rubalcaba está pagando el clima de opinión creado sobre la segura victoria del PP, aunque trate de darle la vuelta para movilizar al electorado socialista temeroso de una mayoría aplastante de Rajoy. Así, el candidato del PSOE insiste en que su rival no explica lo qué va a hacer, y que esa ambigüedad incluye rebajas en la prestación por desempleo y recortes en sanidad, educación y pensiones. “Cuando leo las encuestas me levanto media hora antes”, señaló con humildad. “Entro en la recta final por detrás claramente, pero he visto muchas carreras en mi vida y las rectas finales son muy duras. Voy a echar el resto”, prometió. Le queda una semana.

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Las sombras del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y de las sospechas de corrupción sobre José Blanco se proyectaron ayer de nuevo sobre Alfredo Pérez Rubalcaba, quien reapareció en prime time en televisión para tratar de impulsar su candidatura. Consumida ya media campaña electoral y pasado el ‘cara a cara’ con Mariano Rajoy, el PSOE sigue sin encontrar el modo de recortar distancias con el PP.

Alfredo Pérez Rubalcaba Financial Times