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Tareas y compromisos en el programa electoral de Rajoy
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Antonio Casado

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Tareas y compromisos en el programa electoral de Rajoy

A sólo veinte días del aniversario de la muerte de Franco que, como ustedes saben, este año coincide con las elecciones generales, el PP hace público

A sólo veinte días del aniversario de la muerte de Franco que, como ustedes saben, este año coincide con las elecciones generales, el PP hace público su programa electoral. Un repertorio de cuatrocientas siete medidas (407) que hoy se hacen públicas en la web del partido. Según dijo ayer su líder, Mariano Rajoy, en Santiago de Compostela, donde avanzó algunas de dichas medidas, es un listado de tareas más que un catálogo de promesas. Bien visto, ¿para qué va a prometer la retirada o la reforma de la Ley del Aborto, por ejemplo, si el trabajo se lo puede hacer el Tribunal Constitucional?

“No prometeré nada que no pueda cumplir”, dijo ¿Dónde hemos oído eso antes? Casi con las mismas palabras, en boca del otro aspirante, Alfredo Pérez Rubalcaba, desde el mismo día de su presentación en sociedad el pasado 9 de julio. Tal que así: “No me voy a comprometer a nada que no me sienta capaz de cumplir”. Inesperado ataque de sensatez, que se prolonga en su contagiosa  apuesta por los servicios públicos. Nadie diría que íbamos a escuchar a Mariano Rajoy apuntándose a la defensa innegociable de la sanidad, la educación y las pensiones ¿No quedamos, don Alfredo, en que el PP estaba preparando el desmantelamiento del Estado del bienestar, empezando por las Autonomías gobernadas por este partido?

La opinión pública entendería que el futuro gobierno presidido por Rajoy accediera a negociar con la banda terrorista el cómo, el dónde y el cuándo del desarme efectivo

Rajoy, no obstante, llegó a formular un compromiso concreto. Promete cumplir con el déficit público marcado por Bruselas. En mal día. A pocas horas de que el Banco de España nos diera la mala noticia de un estancamiento de la economía nacional en el tercer trimestre del año en contra de lo previsto, que era una remontada débil, pero remontada al fin. A pesar de las políticas de austeridad, los expertos ya han señalado los riesgos de una previsible desviación del objetivo de déficit del 6% marcado para el presente ejercicio. Que la suerte acompañe a Rajoy a la hora de hacer realidad su compromiso, formulado sin añadir más precisiones (no admitió preguntas de los periodistas), cuando han vuelto a sonar todas las alarmas sobre la posibilidad de una recaída en la recesión.

Aunque dice Rajoy que el PP no trabaja para los titulares efectistas o los fogonazos verbales, en los medios se ha abierto paso en las últimas horas la promesa de que no habrá negociación con los terroristas. Política, se entiende. Ahí vuelve a encontrarse con el candidato Rubalcaba, que estos días se ha llenado la boca de apelar al Estado de Derecho y el cumplimiento de las leyes en saludable concierto de unidad y firmeza con el PP.

Pero la opinión pública entendería que el futuro gobierno presidido por Rajoy accediera a negociar con la banda terrorista el cómo, el dónde y el cuándo del desarme efectivo ¿O no? ¿Y que hay del mandato constitucional de reinserción, individualmente aplicado y siempre que sirva para consolidar la irreversibilidad del “cese el fuego definitivo”?  Pues que se impondrá el sentido común de don Mariano.

A sólo veinte días del aniversario de la muerte de Franco que, como ustedes saben, este año coincide con las elecciones generales, el PP hace público su programa electoral. Un repertorio de cuatrocientas siete medidas (407) que hoy se hacen públicas en la web del partido. Según dijo ayer su líder, Mariano Rajoy, en Santiago de Compostela, donde avanzó algunas de dichas medidas, es un listado de tareas más que un catálogo de promesas. Bien visto, ¿para qué va a prometer la retirada o la reforma de la Ley del Aborto, por ejemplo, si el trabajo se lo puede hacer el Tribunal Constitucional?

Mariano Rajoy