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El sacrificio de España y el boicot a Irán
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Antonio Casado

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El sacrificio de España y el boicot a Irán

Junto a Italia y Grecia, España será uno de los países más perjudicados por el boicot de la UE a las compras de petróleo iraní. Aunque

Junto a Italia y Grecia, España será uno de los países más perjudicados por el boicot de la UE a las compras de petróleo iraní. Aunque nos busquemos la vida en Arabia Saudí o Rusia, eso significa nuevas subidas de precios en la gasolina. Otra mala noticia para el pelotón de los torpes de la Eurozona. Pero España asume el sacrificio con deportividad. El nuevo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, declaró ayer que, efectivamente, nuestro país será uno de los más perjudicados por las sanciones encaminadas a forzar la negociación de los programas nucleares de Irán.

Se trata de impedir, en síntonía con EEUU -previamente sintonizado con Israel-, el acceso del régimen iraní a la bomba atómica en la región más sensible del mundo. Y España, tan solidaria como siempre con las causas de la civilización occidental: “Entendemos que la seguridad en la zona es prioritaria y, por tanto, estamos dispuestos a hacer ese sacrificio”, dijo García Margallo al terminar el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores reunido ayer en Bruselas.

España, tan solidaria como siempre con las causas de la civilización occidental

Esta vez sí, España con la “vieja Europa”, como hubieran dicho a dúo Bush y Aznar en su escapada a las Azores de 2003. Y la vieja Europa, cosida a EEUU a la hora de definir al nuevo enemigo exterior en sustitución del “terrorismo internacional”. El supuesto máximo es Irán como despertador de los resortes defensivos norteamericanos. Es obligado ponerse junto a nuestros “hijos de puta”, con perdón por la expresión. Es un clásico. Se utiliza en el mismo sentido que la utilizó el presidente Roosevelt cuando se refirió a Anastasio Somoza, uno de los dictadores del patio de atrás en el siglo pasado. Aplicable ahora al propio país norteamericano, junto al que toca estar. Y quedarse, aunque algunos no disimulemos nuestra incomodidad.

¿Una apuesta por la Civilización? Uno tiene sus dudas a la vista de esos soldados que orinan sobre cadáveres. ¿Está en el bando virtuoso la práctica del terrorismo de Estado (dicho sea por Israel, la cara oculta del conflicto con Irán) o las torturas del enemigo en la prisión extrajudicial de Guantánamo? Lo de secuestros y crímenes de guerra no se lo inventa el abajo firmante. Es cosa de la Audiencia Nacional, en la que el juez Ruz acaba de activar la causa por torturas de cuatro islamistas, uno de ellos de nacionalidad española.

España se apunta al bando que trata de impedir la hegemonía política y militar del régimen de Ahmadineyad en la región (conflicto palestino como telón de fondo). El forcejeo ya ha comenzado. Irán amenaza con cerrar el estrecho de Ormuz (33% del transporte mundial del petróleo) y EEUU advierte de que lo tomaría como un “casus belli”. La causa (o el pretexto): Irán rechaza una inspección internacional que verifique el uso pacífico de sus programas nucleares.

La última vez que EEUU invadió un país por negarse a una inspección internacional (supuesto arsenal de armas de destrucción masiva) fue un pinchazo en toda regla. No es alentador el precedente iraquí a la hora de elegir bando. ¿Acaso es más noble y más fiable la causa iraní? Ni de broma. Pero ya que España no se puede permitir la neutralidad, aunque salga perdiendo, sí nos la podemos permitir cada uno de nosotros.  

Junto a Italia y Grecia, España será uno de los países más perjudicados por el boicot de la UE a las compras de petróleo iraní. Aunque nos busquemos la vida en Arabia Saudí o Rusia, eso significa nuevas subidas de precios en la gasolina. Otra mala noticia para el pelotón de los torpes de la Eurozona. Pero España asume el sacrificio con deportividad. El nuevo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, declaró ayer que, efectivamente, nuestro país será uno de los más perjudicados por las sanciones encaminadas a forzar la negociación de los programas nucleares de Irán.