Es noticia
Golpe bajo de Mayor Oreja al gobierno de su partido
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Golpe bajo de Mayor Oreja al gobierno de su partido

Entre las cuatro paredes del PP, el exministro Mayor Oreja, a la contra de la política antiterrorista del Gobierno, dijo ayer que ETA no está derrotada

Entre las cuatro paredes del PP, el exministro Mayor Oreja, a la contra de la política antiterrorista del Gobierno, dijo ayer que ETA no está derrotada porque va camino de conquistar el poder y que la eventual excarcelación del etarra Bolinaga, decidida por el juez de Vigilancia Penitenciaria y apoyada por Moncloa, a punto de ser firme si antes no la recurre la Fiscalía, favorece la causa de Bildu. El exministro de Interior insinúa que Rajoy y su equipo han heredado unos supuestos pactos del Gobierno Zapatero con la banda terrorista y su entorno político.

Sartenazo en el bajo vientre del presidente en formato de réplica sobrevenida a las explicaciones que el actual titular, Fernández Díaz, acababa de dar al Comité Ejecutivo del PP sobre la libertad condicional otorgada por razones humanitarias al carcelero de Ortega Lara. Además de injusta, la actitud de Mayor Oreja me parece insolidaria y profundamente errónea. Nadie de su partido le afeó la conducta a él cuando, como ministro de Interior, auspició una política de acercamientos y excarcelaciones de etarras.

Vayamos a las hemerotecas: “Estamos dispuestos a dialogar, a flexibilizar la política penitenciaria y estudiar una reinserción de los miembros de ETA, a hacer lo que sea necesario, sin exigencias previas, sin negociar la entrega de las armas, pero la paz depende de ellos”, declaraba Mayor Oreja a los medios informativos el 17 de septiembre de 1999, un año después de la tregua declarada por la banda terrorista.

Además de injusta, la actitud de Mayor Oreja me parece insolidaria y profundamente errónea. Nadie de su partido le afeó la conducta a él cuando, como ministro de Interior, auspició una política de acercamientos y excarcelaciones de etarras

Durante los 400 días que duró la misma, el Gobierno Aznar, del que formaba parte Mayor Oreja (y Rajoy, por cierto), autorizó contactos con ETA y con Batasuna, acercó a 120 presos a cárceles próximas al País Vasco y excarceló a 200 terroristas. Todo ello en nombre de lo anunciado por Aznar ocho meses después del asesinato de Miguel Ángel Blanco: “Estoy dispuesto a ser generoso si es necesario, a ser comprensivo si eso ayuda al final del terrorismo. Y esto lo tiene que entender todo el mundo, no es un camino sencillo” (1 marzo 1998).

Juzguen ustedes mismos los argumentos de réplica cuando el ministro Fernández Díaz le recordó que lo de las excarcelaciones tiene precedentes: “Las circunstancias eran distintas”; “era otro contexto”; “entonces se estaba acorralando a Batasuna”, dijo en su descargo el señor Mayor Oreja. Pero conviene recordar que Batasuna no fue acorralada e ilegalizada hasta cuatro años después, en 2003, como consecuencia de una operación de legítima defensa del Estado de Derecho que arrancó con el Pacto Antiterrorista propuesto por el PSOE y aceptado de buen grado por el Gobierno del PP en el año 2000.

Dejémoslo ahí. No entro en otras consideraciones porque precisamente lo que favorece a los amigos de ETA es la amplificación del disenso entre sus enemigos y, por supuesto, cualquier motivo de explotar el victimismo ante sus potenciales votantes. El inequívoco apoyo del presidente del Gobierno al ministro del Interior y su apuesta por una política orientada a consolidar el adiós a las armas de ETA, que cuenta con el apoyo del principal partido de la oposición, convierten el extemporáneo discurso de Mayor en un episodio menor.

Entre las cuatro paredes del PP, el exministro Mayor Oreja, a la contra de la política antiterrorista del Gobierno, dijo ayer que ETA no está derrotada porque va camino de conquistar el poder y que la eventual excarcelación del etarra Bolinaga, decidida por el juez de Vigilancia Penitenciaria y apoyada por Moncloa, a punto de ser firme si antes no la recurre la Fiscalía, favorece la causa de Bildu. El exministro de Interior insinúa que Rajoy y su equipo han heredado unos supuestos pactos del Gobierno Zapatero con la banda terrorista y su entorno político.