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Mas y Junqueras, hacia el divorcio
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Antonio Casado

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Mas y Junqueras, hacia el divorcio

Estamos en vísperas del divorcio político entre Artur Mas y su socio de ERC, Oriol Junqueras, primeros actores de un drama catalán de incierto desenlace. Ayer,

Foto: El líder de ERC, Oriol Junqueras (d), escucha la intervención del presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)
El líder de ERC, Oriol Junqueras (d), escucha la intervención del presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)

Estamos en vísperas del divorcio político entre Artur Mas y su socio de ERC, Oriol Junqueras, primeros actores de un drama catalán de incierto desenlace. Ayer, en el debate del Parlament, los dos dieron un paso más hacia la ruptura de relaciones que se adivina como la primera consecuencia del muy previsible doble frenazo del Tribunal Constitucional a la ley de consultas y la convocatoria del 9 de noviembre. En ese punto se bifurcarán los caminos de CiU y ERC, cuando aquel se vea obligado a aceptar la suspensión (Mas siempre dijo que se trata de votar legalmente) y este, por el contrario, insista en llamar a la desobediencia.

El agrio cruce parlamentario entre Mas y Junqueras ha venido a ser el precursor del divorcio, al escenificarse la imposibilidad de una eventual entrada de ERC en el Govern: sólo si es para mantener conjuntamente el pulso con Madrid, al margen de que sea dentro o fuera de la ley, sostienen los independentistas. Pero es el caso que Mas, algunos de sus consejeros y, por supuesto, la UDC de Duran i Lleida se han hartado de decir que la consulta será “legal y pactada” o no será. Y en los últimos días han venido reprobando los llamamientos de ERC a la desobediencia civil si el Estado veta la consulta.

En la segunda jornada del debate de política general también quedó claro que la hipótesis de unas elecciones anticipadas, sugeridas el día anterior por el presidente de la Generalitat y líder de CiU, respondía a una amenaza de este mirando por un lado a la Moncloa (si no me dejáis hacer la consulta, tendréis un Parlamento ingobernable y un president insumiso) y por otro a ERC (se acabó eso de estar solo a las maduras).

Por tanto, lo de convocar elecciones fue amenaza y no un cálculo electoral, porque es indiscutible que unas comicios anticipados en estos momentos darían todo el poder a sus competidores independentistas y pondrían a CiU al borde de la bancarrota electoral. Ningún gobernante en su sano juicio convoca unas elecciones para perderlas cuando ni siquiera ha pasado el ecuador de la Legislatura. Se me dirá que Mas ya adelantó unas elecciones para salir trasquilado. Cierto, pero entonces no lo sabía porque las encuestas le jugaron una mala pasada. Ahora los pronósticos son abrumadores. Ahora ya sabe que una convocatoria anticipada de las elecciones catalanas supondría su muerte política y el desembarco de ERC en la Generalitat.

Más razonable parece suponer que Mas y su gente, donde todavía no se han agotado las reservas de sentido común, querrán apurar la Legislatura e intentar la remontada. Con Esquerra, si se apea de sus propuestas de insumisión institucional, o formando una nueva mayoría que, en diálogo con el Gobierno central, explore nuevas vías legales de encaje catalán en el andamiaje del Estado. No es ninguna ocurrencia del comentarista sino un significativo pasaje del cruce Mas-Junqueras de ayer, cuando el primero advirtió al segundo de que si ERC le retira su apoyo “puede haber otras mayorías”.

Estamos en vísperas del divorcio político entre Artur Mas y su socio de ERC, Oriol Junqueras, primeros actores de un drama catalán de incierto desenlace. Ayer, en el debate del Parlament, los dos dieron un paso más hacia la ruptura de relaciones que se adivina como la primera consecuencia del muy previsible doble frenazo del Tribunal Constitucional a la ley de consultas y la convocatoria del 9 de noviembre. En ese punto se bifurcarán los caminos de CiU y ERC, cuando aquel se vea obligado a aceptar la suspensión (Mas siempre dijo que se trata de votar legalmente) y este, por el contrario, insista en llamar a la desobediencia.

Artur Mas Oriol Junqueras Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) CiU