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Los berrinches mal curados de Pablo Manuel
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Antonio Casado

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Los berrinches mal curados de Pablo Manuel

La inquina del líder de Podemos contra los periodistas no es nueva. Pero en esa dinámica nunca se ha atrevido a enfrentarse con quienes le han plantado cara de forma chusca

Foto: Iglesias se escuda en sus fans para lanzar sus ataques a los periodistas. (EFE)
Iglesias se escuda en sus fans para lanzar sus ataques a los periodistas. (EFE)

Ante un coro de palmeros dispuestos a reírle las gracias en sede universitaria -nicho fundacional de Podemos-, Pablo Manuel Iglesias confirmó sus peculiares ideas sobre el papel de la prensa (conocida es su teoría sobre control público de medios privados), así como el desmedido espacio de su indiscutible inteligencia que ha sido expropiado por el ego.

Sobre esos dos vectores de su pensamiento construyó el jueves pasado un desapacible ataque contra el eslabón más débil de la cadena en el proceso informativo cuyo fin último es formar el criterio de la ciudadanía en asuntos de interés público. En este caso, el eslabón más débil es el redactor de 'El Mundo' encargado de hacer el seguimiento habitual de la información que genera el mencionado partido político.

SobreÁlvaro Carvajal descargó Iglesias sus berrinches mal curados. Le acusó de trabajar en régimen de obediencia debida a unos jefes que le obligan a hablar mal de Podemos, y si hay que mentir o no decir la verdad, pues se miente o no se dice la verdad. Es el precio de la escalada si se quiere prosperar en este oficio, según el abominable discurso de Pablo Manuel.

Pablo Iglesias se ensañó con el eslabón más débil de la cadena informativa: el redactor de a pie

Dicho todo ello mientras su narcisismo se recreaba ante una masa dispuesta a llevarle en volandas si, como las estrellas de rock, hubiera volado hacia los brazos abiertos de sus fans.

Me recordó a otro gran necio, el entrenador del Barcelona,Luis Enrique, que hace unos días utilizó el apellido de un periodista para burlarse de él en una rueda de prensa. No guardo memoria de ningún líder político mofándose de un periodista. Y mucho menos por su aspecto.

“Tiene aspecto de epistemólogo”. De ese modo había empezado refiriéndose a Álvaro Carvajal. Y el tono irónico descartaba absolutamente que estuviera alabando el interés del periodista por las teorías sobre los mecanismos del conocimiento. Tampoco tengo noticia de que ningún periodista haya empleado el mismo tono para evocar, a partir del aspecto de Pablo Manuel, a los personajes enfermizos de los sanatorios antituberculosos que salen en 'La Montaña Mágica'de Thomas Mann.

A míno se me ocurriría. Ni siquiera en el ámbito académico, que fue el atenuante invocado por Iglesias después de su desahogo contra los periodistas que no le aman. Mucho menos en el campo de la ficción, donde todo está permitido por desbordamiento del tiempo y el espacio como límites del campo perceptivo, según diría un epistemólogo.

El líder de Podemos nunca se atrevió a exhibir esa agresividad con otros periodistas que le han reprobado con contundencia

En cambio, al líder de Podemos, desde una posición de dominio, sí se le ha ocurrido intentar la humillación pública de un periodista más comprometido con su oficio que con el alistamiento político que Iglesias espera también de los informadores que le siguen a diario. Me parece miserable.

Esa arrogante agresividad empleada con Carvajal nunca la utilizó con otros periodistas que, esosí, a nadie mienten en su pública aversión al delegado del chavismo-leninismo en la Península Ibérica. Estoy pensando en formadores de opinión abiertamente contrarios a Iglesias y lo que representa. Frente a ellos, nunca se empleó con menosprecio, desdén, arrogancia, agresividad o chulería. Y no por falta de motivos.

Ante quienes lo reprueban con argumentos de mayor cuantía, y una agresividad no menor que la empleada por él con Carvajal, no es que se vuelva inesperadamente humilde, es que se arruga, desaparece, hace como si no los hubiera oído o leído.

Con el redactor de 'El Mundo' se ensañó jugando en casa y sin dar lugar a réplica. Pero ante las palabras gruesas y las descalificaciones de Jiménez Losantos, Carlos Herrera, Félix de Azúa, Arcadi Espada, etc., se limita a guardar silencio. O a dedicarles una mirada estaliniana, como la que, según dice Antonio Elorza, ya le está dedicando a su compañeroÍñigoErrejón.

Ante un coro de palmeros dispuestos a reírle las gracias en sede universitaria -nicho fundacional de Podemos-, Pablo Manuel Iglesias confirmó sus peculiares ideas sobre el papel de la prensa (conocida es su teoría sobre control público de medios privados), así como el desmedido espacio de su indiscutible inteligencia que ha sido expropiado por el ego.

Íñigo Errejón El Mundo