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El Sr. López, un presidente del Congreso fuera de control
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Nacho Cardero

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El Sr. López, un presidente del Congreso fuera de control

Se ha erigido en 'prima donna' de la política española, arrogándose funciones y un protagonismo que, en ocasiones, no le corresponden

Foto: Ilustración: PLL
Ilustración: PLL

Va camino de inscribir su nombre en el libro de los récords. A falta de presidente del Gobierno electo, Patxi López se ha erigido en ‘prima donna’ de la política española, arrogándose funciones y un protagonismo que, en ocasiones, no le corresponden. Ninguno de los leones del Congreso recuerda presidente de la Cámara Baja que haya dado tal cantidad de ruedas de prensa en tan breve lapso de tiempo. Se aproximan a las 15 en apenas dos meses. Le gustan más las comparecencias en televisión que a Villar Mir los huevos de Casa Lucio. Basta echar un ojo a su cuenta de Twitter para percatarse de su querencia por compartir los vídeos del Congreso que protagoniza. Aun así, a pesar de esta sobrexposición, el Sr. López se muestra incapaz de domeñar un Congreso convertido en ópera bufa. El Congreso y el Sr. López están fuera de control.

En el episodio seis de la primera temporada de ‘House of Cards’, el sindicato de profesores monta una huelga al congresista Frank Underwood por sus "mentiras” sobre la reforma educativa. Con el aliento del presidente de los EEUU en el cogote para que ponga fin a las manifestaciones, el congresista aprovecha la muerte de un escolar por una bala perdida para contratacar: “Si hubiera habido clases”, advertía, “ese niño no estaría muerto”. La culpa la tiene un “sindicato descontrolado”. Fue precisamente ese mantra, el del “sindicato descontrolado”, el que hizo doblar la cerviz a los profesores y es ese mismo mantra el que, en un hábil 'remake' patrio, está utilizando el Gobierno para arremeter contra López. Tanto PP como Podemos tiran de argumentario contra sus formas y prácticas.

Además de su afición a las ruedas de prensa, López es muy dado a recrearse en sus intervenciones desde Presidencia como si presentara un 'late night'

Juramentos descontrolados: el presidente del Congreso permitió, influenciado por la retórica de los nuevos tiempos y las nuevas políticas, más de 70 fórmulas de juramento dudosas y ajenas al ordenamiento jurídico. Por jurar, allí juraba hasta el bebé de Bescansa.

Escaños descontrolados: fue después de mandar a Podemos al gallinero del hemiciclo, y recibir una ristra de críticas, cuando Patxi López señaló a Celia Villalobos como artífice de semejante maniobra. La ardid resultó tan burda que, tras las críticas de Errejón, el portavoz del grupo socialista, Antonio Hernando, se vio obligado a salir a la palestra para ‘indultar’ a Villalobos y transar en una reubicación para sus señorías.

Investidura descontrolada: tras una reunión con Pedro Sánchez, el presidente del Congreso decidió dar un mes entero al candidato para preparar el debate y tratar de conseguir los apoyos necesarios. Curiosamente, este plazo es justo el doble de tiempo que el PSOE había exigido a Rajoy, solo 15 días, para preparar su ‘investidura interruptus’.

Calendario electoral descontrolado: al poco de anunciar que el debate tendría lugar los días 2 y 3 de marzo, se vio obligado a rectificar adelantando la fecha para que, en caso de elecciones, estas cayeran en domingo 26 de junio. Como el Pisuerga pasa por Valladolid, el presidente aprovechó el cambio para dejar a Sánchez libre toda la tarde del debate, es decir, que solo él interviniera ese día y los demás no pudieran ponerle en ningún aprieto ni echarle 'cal viva' hasta la mañana siguiente.

Calendario de investidura descontrolado: más fechas y más rectificaciones. En este caso, por el plazo entre la primera votación de investidura y la segunda.

Intervenciones descontroladas: no solo no llamó al orden a Pablo Iglesias por sus alusiones a Felipe González y sus manos manchadas de cal, tal y como le permitía el artículo 103 del Reglamento, sino que al final Patxi López fue víctima de las chanzas del líder morado por haberle tuteado. “Tu tiempo ya había terminado, señor Iglesias”, le dijo López. “Querido Patxi, no sabía que nos íbamos a tutear, pero si nos tuteamos no hay ningún problema”.

Votaciones descontroladas: la primera votación electrónica del Congreso fue un absoluto despiporre. Pablo Iglesias, de nuevo, se enfrentó al presidente del Congreso por no permitir que sus señorías de Podemos cambiaran el sentido de su voto ya que se habían confundido. López no cedió a sus pretensiones pero sí permitió, con una interpretación ‘sui generis’ de las normas, que los que no habían podido votar lo hicieran de viva voz.

Monólogos descontrolados: además de su ya mencionada afición a las ruedas de prensa, López es muy dado a recrearse en sus intervenciones desde Presidencia como si presentara un ‘late night’ de televisión.

Francisco Javier López (Portugalete, 1959), de profesión político, es “un hombre empático pero con sus limitaciones”, deja caer un allegado. Ya de joven trató de camuflarse de ingeniero industrial, pero lo cierto es que acabó haciendo pellas y yéndose a las Cortes. En su currículo figura con letras doradas el hecho de haber sido el primer lendakari socialista (2009 a 2012) y uno de los artífices del fin de la violencia. En el lado del ‘debe’, sin embargo, se le achaca una parte de la progresiva irrelevancia del Partido Socialista en el País Vasco… Solo una pequeña parte, ya que el desplome del socialismo es global y se da tanto en otras CCAA, caso de Cataluña, como allende nuestras fronteras, véase el reciente caso alemán.

Después de que el PNV le sacara de la Lehendakaritza en las elecciones de 2012, el PSE inició una misteriosa carrera hacia ninguna parte, cosechando unos malos resultados tras otros. En 2014, López abandonaba la secretaría general de la formación en aquella comunidad. El Euskobarómetro de la semana pasada confirmaba lo que era un secreto a voces, el ocaso del partido en Euskadi: cuarto puesto y mismos escaños que el PP. La debacle.

Va camino de inscribir su nombre en el libro de los récords. A falta de presidente del Gobierno electo, Patxi López se ha erigido en ‘prima donna’ de la política española, arrogándose funciones y un protagonismo que, en ocasiones, no le corresponden. Ninguno de los leones del Congreso recuerda presidente de la Cámara Baja que haya dado tal cantidad de ruedas de prensa en tan breve lapso de tiempo. Se aproximan a las 15 en apenas dos meses. Le gustan más las comparecencias en televisión que a Villar Mir los huevos de Casa Lucio. Basta echar un ojo a su cuenta de Twitter para percatarse de su querencia por compartir los vídeos del Congreso que protagoniza. Aun así, a pesar de esta sobrexposición, el Sr. López se muestra incapaz de domeñar un Congreso convertido en ópera bufa. El Congreso y el Sr. López están fuera de control.

Patxi López Celia Villalobos Antonio Hernando PNV