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Benito y la purga
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Benito y la purga

En el Manual de atosigamiento al que manda, se indica que hay siete maneras de hacerlo: 1. Decir que, dadas las circunstancias, no podemos darle

En el Manual de atosigamiento al que manda, se indica que hay siete maneras de hacerlo:

1. Decir que, dadas las circunstancias, no podemos darle ni los 100 días de cortesía.

2. Decir que a ver cuándo hace eso.

3. Cuando lo haya hecho, decir que lo tenía que haber hecho antes.

4. Cuando lo haya hecho, decir al día siguiente que no se ven lo resultados.

5. De ahí, deducir que no sabe por dónde anda.

6. Hacer una encuesta en la que se pregunte a quién elegiríamos ahora, porque el que elegimos hace 6 meses ya no nos gusta.

7. Y, por tanto, que mejor sería que se fuera y dejase paso a otro, que ese otro sí que sabe lo que hay que hacer, sí que lo hará a tiempo y sí que los resultados se verán al día siguiente. (No se sabe muy bien quién es el otro, pero es lo mismo. No se trata de arreglar nada. Se trata de atosigar.)

Todo esto está basado en un principio científico que en Aragón se llama “la purga de Benito”. Mi padre le quitaba el “de” y le llamaba simplemente “la purga Benito”. Consiste en que todo lo que se ha estropeado a conciencia durante unos cuantos años, se arregla en el acto poniendo a otro. Si el que lo estropeó tiene la cara suficientemente dura, dice que se arregla poniéndole a él.

Una de las características del gobernante es marcar los tiempos. O sea, que hoy hago esto y hablo de esto y dentro de quince días, hago lo otro y hablo de lo otro. Y aunque todo sea urgente, como hay que hacerlo todo, hay que poner orden. Y lo tengo que poner yo, que para algo soy el que manda, y no me lo tienen que poner esos  entes que se llaman a sí mismos “agentes sociales” como se podían haber llamado “gente que habla”. Porque si pierdo el tiempo metiéndome en todos los huertos en los que esos señores me quieren meter, ellos me acusan de “estar siempre a la defensiva” y yo pierdo el oremus, frase que también se dice en mi tierra cuando, a fuerza de distracciones, no sabes dónde estás.

En el Manual de atosigamiento al que manda, se indica que hay siete maneras de hacerlo: